Por ejemplo: para producir un metro cúbico de gas se requieren maquinarias que lo extraigan del yacimiento, lo licúen y lo transporten.
Para un kWh de energía eólica, enormes molinos conectados a una extensa y costosa red de distribución.
LA DIFERENCIA QUE NOS QUEDA ES LA ENERGÍA NETA.
A mayor energía neta de una fuente de energía, mayor potencial para desarrollar la sociedad. Bajo este enfoque, nos conviene elegir energías con mejores rendimientos.
¿Cuáles son? Veamos este gráfico
Comparando las TRE (Tasa de retorno energético)
1) Los combustibles fósiles están en fase de rendimientos decrecientes (ya agotamos las fuentes convencionales y es cada vez más costoso extraerlos).
2) Las renovables están en fase creciente. ESTAMOS FRENTE A UNA NUEVA REVOLUCIÓN
LAS REVOLUCIONES SON OPORTUNIDADES, SI LAS APROVECHAMOS.
El capitalismo es atravesado por ciclos económicos relacionados con largos procesos de cambio tecnológico. Cada vez que irrumpe una nueva tecnología masiva, ocurre una revolución y modifica las reglas del juego.
En ese cambio de reglas, los países que entran tempranamente a una innovación tienen altas probabilidades de salir ganadores.
Por otro lado, los países que entran cuando la tecnología ya está madura, tendrán menores posibilidades de competir.
En el sector energético, hace 100 años hubo una gran revolución: el pasaje hacia el petróleo y la primera revolución de la electricidad.
Hoy parece haber otra: energías renovables y segunda revolución de la electricidad.
La energía ha sido una traba histórica para el desarrollo argentino: falta cuando la necesitamos, es un sumidero de subsidios y un sector demandante de divisas que tanto nos faltan.
Hoy tenemos la oportunidad histórica de convertirla en una palanca… ¿LA VAMOS A APROVECHAR?
Lógicamente, el potencial de cada energía debe combinarse con las capacidades del país para producirla.
Argentina tiene recursos energéticos de primer nivel.
Tenemos las condiciones y las capacidades técnicas y científicas para ser pioneros... ¿Alcanza?
La respuesta es: NO alcanza con tener recursos y capacidades.
Se requieren políticas a largo plazo que coordinen capacidades industriales, técnicas y científicas con las necesidades energéticas.
Hoy en día, las políticas energéticas se encuentran desalineadas de las industriales.
Un ejemplo de esto es la energía eólica. La construcción de parques se ha realizado con un nivel de componente nacional muy por debajo del alcanzable por la industria nacional.
Esto destruye las capacidades locales y profundización del subdesarrollo y dependencia tecnológica.
Si queremos que el sector energético sea una palanca del desarrollo, es necesario alinear las políticas energéticas con las industriales, identificando ventanas de oportunidad y capacidades de desarrollo local.
DE LO CONTRARIO, SÓLO VAMOS A PROFUNDIZAR NUESTRO SUBDESARROLLO.
Inducir un proceso de cambio estructural implica impulsar a sectores que tengan potencial para desarrollar alta productividad, generar puestos de trabajo genuinos y de calidad, trabajar con tecnología de punta, generar amplias ganancias e incrementar la competitividad del país.
La energía solar, por ejemplo, no tiene gran capacidad de generar cambios estructurales en la producción del país, más allá del sector de baterías, ya que todo el capital que se requiere para su instalación es primordialmente importado de China y Alemania.
Para tomar estas decisiones podemos armar una matriz que una la renta termodinámica (eje vertical) y un índice de potencial de desarrollar industrialmente al país (eje horizontal).
Digamos que cuanto más arriba y más a la derecha esté una tecnología, mejor.
La energía eólica y la termosolar aparecen como las mejores.
Vemos que el Gas Natural se encuentra abajo a la izquierda, el peor de los cuadrantes. Quiere decir que tiene un potencial muy bajo para inducir un proceso de cambio estructural.
Siempre tenemos que tener cuidado con las conclusiones.
¿Esto quiere decir que podemos basar nuestra matriz en un 100% de energía eólica y dejemos de producir gas?
Absolutamente NO, porque entran muchísimas más variables en juego.
Spoiler: EN EL CORTO PLAZO, estamos resolviendo problemas estructurales. EN EL MEDIANO PLAZO, estamos ante oportunidades sin precedentes en un mundo en revolución.
En el 2024 se empieza a solucionar un lastre que tuvo la economía en la última década: su déficit comercial de energía, que superó los 40.000 millones de dólares -equivalente al último préstamo con el FMI-.
En azul: variación en la producción de cobre de chile respecto a 2001.
En rojo: variación en el uso de energía para producir cobre chileno respecto a 2001.
Los esfuerzos crecientes para extraer recursos cada vez más remotos y costosos.
Extraer energía y minerales requiere cada vez más energía: menos energía neta disponible para reproducir sociedades complejas, menos energía neta para transformar la infraestructura energética.
Hoy, la producción de combustibles líquidos demanda aproximadamente el 15% de la energía generada por esos mismos combustibles, y para 2050 se estima que la mitad de la energía que generen va a ser deglutida en su propia producción.
Cómo crece el PBI y la deuda global, segundo a segundo.
En otras palabras, requerimientos exponenciales de materia y energía. Demanda de átomos, bits y joules; disociada de la capacidad ecosistémica del planeta.
Para funcionar, la economía requiere crédito. Para repagarlo, se necesita generar más ingreso del que había previamente. Detrás de cada dólar, hay un requerimiento físico.
La capacidad de abstracción humana y el poder de los sistemas productivos que genera avanza mucho más rápido que el tiempo que requieren los ecosistemas para adaptarse, llevando a distintos "puntos de no retorno" -cambios en cascada- impredescibles.
Al observar tu ritmo de vida, ¿crees que está más asociado a los ciclos naturales (ciclos estacionales y diurnos) o a los productivos (agenda, productividad, entregas)?
La organización de nuestro tiempo, hoy está en manos de un sistema productivo que se basa en la competencia y que necesita incrementar la productividad, y con ello intensificar el ritmo de nuestra vida de forma constante.
Cuando la productividad conquista al reloj se adueña de nuestro tiempo.
Así, el ritmo de nuestra vida termina más asociado a la productividad que a los ritmos naturales.
Necesitamos minería para todo lo que nos rodea, es cierto. Pero no es cierto que necesitamos de todo lo que nos rodea para vivir bien. No necesitamos electrodomésticos diseñados para romperse o dispositivos para cambiarse en cada temporada. Eso necesita la economía para funcionar
El problema es que el sistema económico se independizó de la satisfacción de necesidades humanas y confunde fines (satisfacción de necesidades) por medios (producción de objetos).
Las necesidades humanas quedan subordinadas a la producción de objetos, como desarrolla Max-Neef.
La mayoría de los ingresos de las empresas productoras de artefactos proviene de nuevas ventas.
¿Cuál es su incentivo?
¿Qué las cosas duren o no? ¿Qué puedas o no repararlas? ¿Qué se puedan o no reutilizar?
¿Qué onda con la situación de los hidrocarburos en el mundo? ¿Cómo evolucionará la producción de petróleo en Latinoamérica durante la próxima década?
Comparto algunas consideraciones.
El @el_BID modela 480 escenarios de producción, determinados por la demanda global al 2035, según distintos escenarios de calentamiento global y políticas públicas.
El informe muestra cómo la transición energética impone riesgos financieros para países productores de hidrocarburos, dada la incertidumbre futura de la demanda global.
Esto impone la necesidad de diversificar ingresos fiscales para los países más dependientes.