¿Alguna vez alguien hizo algo que te hizo sentir amado en medio de una crisis? Y si no, ¿cómo te hubiera gustado que te trataran cuando sufrías? En el 🧵pasado aprendimos las cosas que NO deberíamos hacer cuando alguien sufre. Ahora nos toca hablar de las que SÍ.
#OvejasSalvajes
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Trátala normal (a menos que pida algo diferente) y regálale algo de normalidad. ¿Qué cosas le gustan? Es probable que le sigan gustando aunque no tenga ánimo. La persona es más que su dolor, pero a veces damos a entender que no hay otro tema de qué hablar más que lo que le pasó.
Si te abre su corazón, mantén la confidencialidad. No quieres además agregarle el sufrimiento de la traición y humillación. Si la persona sabe que no la vas a exponer ni compartir sus palabras CON ABSOLUTAMENTE NADIE, Dios te puede usar poderosamente en su proceso de sanación.
Lamentamos que sea necesario aclarar, pero en nuestra experiencia sí lo es: “Nadie” quiere decir “realmente nadie”. Si Dios sabe y tú sabes, tanto tú como Jesús nuestro Gran Sacerdote están orando y no es necesario, ni útil, ni decisión tuya pedir que otros oren por esa persona.
OJO‼️Hablamos de no compartir sentimientos de la persona ni detalles de su experiencia. Sin embargo, si la persona está en peligro o está poniendo a otros en peligro tenemos la responsabilidad de involucrar a los -Y SOLO A LOS- que tienen el rol de intervenir (pastores, policía).
SÍ, llora con los que lloran. Además de ser un mandato bíblico, es una forma muy práctica de mostrar empatía y el amor de Dios. Incluso puedes orar por que Dios te permita sentir dolor por las personas que sufren. Tu presencia y tus lagrimas pueden hacer la diferencia.
SÍ deja que la persona llore todo lo que quiera. A Dios le importan tanto nuestras lagrimas que las guarda en una botella y en su libro (Salmo 56:8) e incluso manda a su pueblo a llorar (Isa 22:13,Lam 2:18). Dios va a traer restauración a su tiempo, hasta entonces llorar es bueno
SÍ, pregúntale por qué orar. Es SU sufrimiento y es probable que lo que anhele sea distinto a lo que pensamos que necesita. Orar es una oportunidad de mostrar amor y sinceridad con Dios respecto a nuestros sentimientos y miedos. Al orar por alguien seamos humildes, no arrogantes.
SÍ, demuestra comprensión y valida su experiencia y dolor. No es necesario que estés de acuerdo ni que te sientas igual en la misma situación. De hecho, es irrelevante. Lo necesario es que la otra persona sienta tu tristeza por su experiencia y tu empatía por su dolor.
SÍ, entiende que no es nada personal si no contestan tus llamadas o mensajes. A veces las personas que sufren no tienen ganas ni fuerzas para contestar o hablar, pero les hace bien saber que estás. No sabes lo significativo que puede ser recibir un mensaje aunque no contesten.
SÍ, escucha, escucha, escucha. Algunas personas necesitan mucha presencia, algunas otras necesitan espacio. Si queremos amarlas bien, tenemos que escuchar lo que realmente están diciendo y pidiendo para dárselo en lugar de suponer que sabemos sus necesidades.
Sigue escuchando. Muchas veces no sabemos qué decirle a una persona que está sufriendo. La buena noticia es que es mucho mejor escuchar que decir cualquier cosa. Dedica toda tu atención mientras habla, no pensando en lo que tú vas a decir después, sino simplemente escuchando.
SÍ, ten paciencia. Las personas toman un tiempo para vivir sus duelos y ni ellas ni nosotros podemos determinar cuando acabe. No nos cansemos. Aunque ya hayamos ofrecido todo lo que podemos, abandonar a nuestros hermanos no es una opción.
SÍ, confiemos en que Dios tiene el control y que les va a hablar. A veces nuestro consejo para los que sufren es que confíen en Dios, cuando somos nosotros quienes no lo hacemos. Dudamos de que Dios está haciendo su obra y queremos tomar el control y solucionar su sufrimiento ya
¿En qué otras maneras te has sentido amado por alguien más en medio de tu sufrimiento? ¿En qué maneras Dios nos ama cuando sufrimos? Compártenos tu experiencia.
#OvejasSalvajes
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