1. Aquel año, a toda prisa, desarrollaron una aplicación que supliese la responsabilidad y el civismo de la población. La app era bastante inofensiva, incluso respetaba razonablemente la privacidad de los usuarios. Un ingenioso sistema de claves...
2. permitía que solo el interesado tuviese acceso a la información relativa a sus datos.
El código de colores que, en principio, habían instaurado en China, se convirtió en un estándar a nivel mundial. Verde para los limpios, rojo para los impuros, amarillo para los dudosos...
El código de colores que, en principio, habían instaurado en China, se convirtió en un estándar a nivel mundial. Verde para los limpios, rojo para los impuros, amarillo para los dudosos...
3. Al principio, claro, no se llamaban así. Eran, creo recordar, "sanos", "en riesgo" y "afectados". Ni siquiera se atrevieron a utilizar el término "infectados" por mor de la corrección en el lenguaje que, ya entonces, imperaba por todas partes. Luego,...
4. la tecnología dio paso a la sociología. Razones de salud pública restringían el acceso al transporte público a aquellos que pudieran mostrar su pase verde en la aplicación. Nadie violaba la intimidad de tus datos, ni te obligaba a utilizar la aplicación, pero...
5. sí a mostrar el resultado si querías acceder al servicio. Algunos intentaron hackear la aplicación. No podían o no querían renunciar al autobus a pesar del riesgo que pudiera suponer para los demás. Una máquina no iba a decidir si podían o no seguir utilizándolo...
6. Los intentos de resistencia exacerbaron las políticas públicas a favor del uso de la app. Se empezó a solicitar el "verde" para acceder al puesto de trabajo. Después, algunos negocios lo exigieron como requisito de admisión también. Creo recordar que los primeros fueron los...
7. cines. Luego, en rápida sucesión, prácticamente todos los demás. En los restaurantes, se permitía el amarillo en las terrazas abiertas en, al menos, tres de sus paredes. Nadie conocía tus datos concretos, pocos sabían cómo funcionaba el algoritmo que te daba el pase para ser..
y 8. miembro de pleno derecho de la sociedad. Sin embargo, el código de colores era como un tatuaje indeleble que señalaba tu condición social sin remedio. Los cambios de color -hacia mejor- se celebraban por todo lo alto. En terrazas abiertas, por supuesto.
Los comentarios, de haberlos, mejor a éste. Así no se rompe el hilo. Gracias.
