Thread by @morontafelix

La historia interna de la respuesta de la OMS al coronavirus.

Cuando se desata una epidemia, los principales expertos del mundo se reúnen en una cámara de altísima tecnología en el sótano del cuartel general de la OMS en Ginebra.

(Sigue #hiloBio)

Se llama Centro Estratégico de Operaciones de Salud y ahí se toman decisiones de vida o muerte. Es justo ahí donde se tomaron decisiones críticas en los primeros días del brote del coronavirus.

El 22 de enero se reunió en ese sótano el comité de emergencia para tomar una decisión fundamental: si aconsejar a la organización en declarar emergencia de salud pública de interés internacional, ¡una alerta roja formal para el mundo!

Antes de esto, la OMS había estado compartiendo información con los estados miembros desde que se identificó el brote a finales de diciembre. Aún así, declarar la emergencia internacional era de gran importancia.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom, se sentó con ese comité de emergencia y escuchaba a todos los oradores dando sus puntos de vista.

Primero informes de China, luego de Japón y Tailandia. Luego fue el turno de los 15 miembros y 6 asesores del comité.

El debate fue muy técnico (obviamente) pero tenía un tema crítico. Se sabía que el virus se transmitía entre personas, pero la pregunta era ¿Con qué facilidad?

Si la transmisión entre personas solo ocurría en lugares cerrados, entonces tal vez podría ser contenida sin una alerta mundial con la interrupción económica global que conlleva.

El comité de emergencia estaba dividido. Entonces Tedro pidió una nueva reunión para el día siguiente con la esperanza de reunir más datos que pudieran crear un consenso.

Sin embargo la reunión del segundo día ni cambió la opinión de los expertos y el estancamiento siguió.

No fue sino hasta el 30 de enero que se declaraba la emergencia internacional, luego de la acumulación de más evidencias clara del contagio comunitario.

Estos acontecimientos han estado siempre bajo escrutinio de todos los países miembros.

Sin embargo, Trump procura convertir a la OMS en el chivo expiatorio de la debacle de los EEUU ante la pandemia.

Con su recorte, obstaculiza la respuesta contra la pandemia en los países

más frágiles y pobres.

China sí argumentó en contra de declarar la emergencia mundial, pero no lo hizo sola. Los otros miembros asesores eran de los EEUU, Tailandia, Francia, Rusia, Corea del Sur, Japón, Países Bajos, Australia, Senegal, Arabia Saudita, Suecia y Nueva Zelanda.

Si bien ese comité tardó una semana en declarar la emergencia, Trump pasó más de un mes minimizando la amenaza. El país más poderoso del mundo se quedó semanas atrás del resto de los países.

Además, los EEUU está bien representado en los primeros puestos de la organización. Hubo docenas de funcionarios del @CDCgov integrados a la OMS en enero y febrero.

Con respecto a Taiwán, sí hubo intentos de comunicación de la isla con su punto focal de la OMS.

Desde que la asamblea general de las NNUU votó para reconocer a la República Popular de China como el único representante de China en 1971, Taiwán no tiene estatus de miembro.

Todavía es una de las 15 entidades no estatales que tienen acceso a las deliberaciones de expertos del Reglamento Sanitario Internacional, que proporciona el marco legal para el trabajo de la OMS.

Por otra parte, Tedros ha sido criticado por sus elogios a China y Xi Jinping. Sus defensores dicen que tal adulación es el precio de garantizar la cooperación china con la información y las visitas de la OMS.

Tedros también felicitó a Trump en un tuit el 23 de marzo, y Trump fue efusivo al alabar a Jinping en la lucha contra el coronavirus en las primeras semanas de la pandemia.

Por otra parte, la OMS cometió un error garrafal...

El 14 de enero publicó un tuit citando estudios chinos preliminares que encontraron que no había evidencia clara de transmisión entre personas.

Ese tuit fue publicado el mismo día que la directora técnica de la OMS sobre covid, María Van Kerkhove (inmunóloga estadounidense) dio

una conferencia de prensa en Ginebra advirtiendo exactamente lo contrario. Preocupados de que este informe entrara en conflicto con las evidencias chinas, un funcionario de rango medio dio luz verde al equipo de redes sociales para publicar aquel famoso tuit.

Estos y otros acontecimientos de enero reflejaron las dificultades que Tedros enfrentó al negociar entre dos superpotencias hostiles y los egos de sus líderes, sin poder independiente para exigir cumplimiento e intercambio de información.

Con todo, los errores de la OMS poco tienen que ver con el fiasco de la respuesta de los EEUU en los dos meses posteriores a la alarma internacional.

Fuente: «Caught in a superpower struggle: the inside story of the WHO's response to coronavirus» Por @julianborger para @guardian.

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