Lo mejor que le pudo pasar a Colombia durante esta pandemia es el choque entre el presidente @IvanDuque y la alcaldesa mayor @ClaudiaLopez. En los siguientes tweets voy a explicar por qué esa conflictividad ha mejorado la calidad de nuestra democracia, el debate y las decisiones.
1. Porque es la mejor expresión del sano contrapeso que ejerce el poder descentralizado frente al nivel central. Montesquieu y los Padres Fundadores estarían felices de ver este ejercicio de control de poderes y checks and balances.
2. Ese choque entre poderes (o mejor, mutuo control) enriquece la calidad del debate democrático porque nos permite a los ciudadanos ponderar opiniones, razones y, sobre todo, evaluar los datos y sus polémicas interpretaciones por parte de los actores políticos.
3. Ambos, el presidente y la alcaldesa, actuán de buena fe haciendo su trabajo lo mejor que pueden. Pero han acertado y se han equivocado alternativamente en la presentación y análisis de los datos, que deben ser siempre interpretados y modelados por los expertos.
4. Y es que ni siquiera entre los expertos (epidemiólogos, matemáticos, economistas, estadísticos) hay consenso debido a la complejidad e incertidumbre que envuelve el debate sobre las mejores decisiones de política pública que pueden tomarse (los trade-offs son el orden del día)
5. En todo caso, esta conflictividad ha generado un espacio deliberativo que enriquece nuestra democracia y nos permite a todos evaluar diferentes puntos de vista con los datos que alcanzamos a procesar, según nuestra disponibilidad de tiempo para informarnos y experticia.
6. Ha habido algunas sobreactuaciones mediáticas en el debate, pero es un precio bajo que se paga por mantener controlado el hiperpresidencialismo que caracteriza a nuestro régimen político. Si un actor quiere ejercer mayor presión es legítimo que ventile el tema en medios.
7. Falta, sin embargo, que se visibilicen y expliquen mejor, por parte de los gobernantes, los datos con base en los cuales están tomando las decisiones. Es muy limitado el análisis de datos que se puede hacer con la información hasta ahora publicada en websites institucionales.
8. Cierro mi hilo con una reflexión: discrepar no es un problema en una democracia. El problema serio sería que existiera unanimismo o silenciamiento de la crítica en medio de la peor crisis en lo que va de siglo. Este debate es signo de alguna robustez en nuestra democracia.
