Corría el año 2025, y Alicia calculaba que habían sufrido una nueva mutación del virus cada seis meses, aproximadamente. Aunque, en la práctica, esa información era totalmente irrelevante.
El odio entre los ciudadanos aumentó. Internet se inundó de vídeos de gente increpando y lanzando todo tipo de objetos a quienes incumplían las normas.
“Sólo unidos seremos capaces de hacer frente a esta terrible amenaza”. La gente estaba emocionada, jamás se había visto una alianza similar.
Se trataba de un indicador de estatus social que te puntuaba en base a tus datos personales, tu historial y tu comportamiento.
Al poco tiempo, toda persona decente llevaba el chip implantado y lucía orgullosa una característica marca en el antebrazo.
A cambio, ofreció a los ciudadanos con mayor CBC la posibilidad de trabajar como Vigilantes desde sus balcones y ventanas.
Todo pasó a ser un juego.
Ella también había tratado de ser una ciudadana ejemplar...