Va, hoy un hilo fácil. Que si no se me envician a ecuaciones. Les voy a explicar cómo sé que Trump miente cuando afirma que puede probar que el Coronavirus salió de un laboratorio. Y de paso hablaremos de las creencias, y de la psicología de la mentira. Dentro hilo!
Como sabrán, yo soy el que se inventó la historia (falsísima) de que el Covid había salido de un laboratorio, mucho antes de que fuese noticia. No la leyeron? Tuvo mucho éxito, la tienen aquí:
Lo hice como ejercicio para explicar cómo se fabrican las fake news. Luego el Coronavirus explotó, y por eso dejé de explicar cuentecitos, y me puse a difundir información. Pero, precisamente como sé fabricar mentiras, sé pillar a un mentiroso.
Cuando alguien emite una acusación, le corresponde aportar las pruebas. Ya saben, aquello de la presunción de inocencia, y lo de inocente hasta que se demuestre lo contrario. Esto es por un motivo evidente para todo el mundo, excepto el Sr. Trump: para ser eficientes y justos.
Supongamos que alguien dice “Dani ha robado”, y no dice más. Si no existiese la presunción de inocencia, yo me podría tirar toda la vida tratando de demostrar que nunca, en ningún momento, he robado. Lo cual es lento: he vivido 45 años, hecho miles de cosas en mi vida.
Demostrar que NO he hecho algo es larguísimo, hasta no resultar eficiente. Por eso se obliga al acusador a demostrar que SI has hecho algo: para no colapsar el sistema con miles de acusaciones sin pruebas. Acusas. Tienes pruebas? Genial. No tienes? A casa.
Es lo que en un juicio se llama la Carga de la Prueba: es el acusador el que ha de probar, no el defensor, que algo ha sucedido. Por ello los acusadores van a las vistas con toda su artillería de indicios. Un indicio es menos que una prueba: es el elemento que permite imaginar…
…que se van a encontrar pruebas. Y por eso los jueces, antes de proceder con un caso, examinan los indicios y a veces rechazan porque “no hay caso”, es decir, la acusación es incapaz de presentar ni siquiera indicios de que se ha hecho algo malo.
El problema es que, en el mundo moderno, existen populistas. Son listos: saben que con las redes difundir rumores es gratis. Y conocen un estudio clásico que dice que las noticias más escandalosas viralizan más. Es normal: por inusuales, resultan atractivas, y las queremos contar
Que si hay cocodrilos en la alcantarilla de Nueva York. Lo de que Miguel Bosé había muerto. El Cacao Maravillao. Que Elvis vive. Los remedios milagro. Y mil tonterías que la gente comparte como ciertas, porque son buenas historias. Pero recuerden: si no hay pruebas, no hay nada.
Volvamos a Trump. Un presidente responsable no usaría estos trucos: hay demasiado en juego. Cuanto más seria es una acusación, más seguro se ha de estar de lo que se dice. Salvo que estés mal de la cabeza, o seas un cínico irresponsable. O ambos. (volveré sobre esto en un rato).
Imaginemos que realmente China fabricó el virus. Imaginen las consecuencias geopolíticas, las indemnizaciones billonarias, las reclamaciones. Sería el apocalipsis. Saben además que los USA están enzarzados en una guerra comercial brutal con China por la hegemonía planetaria.
Les aseguro que *nada* haría más feliz a Trump que poner a China en un apuro planetario con una acusación demostrable. El problema es que, desde que empezó a decir esto, Trump no ha presentado ni una prueba. Literalmente NADA. Cuando lo que más le beneficiaría sería presentarlas.
Es teoría de juegos: si tienes una mano ganadora a poker, la usas. Guardarla no sirve de nada. Pero Trump no muestra su “mano ganadora”. Se dedica a fanfarronear con que la tiene. Con lo cual, repito, no gana NADA. Saben el refrán de “perro ladrador, poco mordedor”?
La idea es la misma: si te reporta un beneficio atacar, atacas. Amagar pero no atacar no consigue nada. Y degrada tu credibilidad. Por tanto, el mismo hecho de que no saque un informe mañana mismo detallando sus pruebas, por pura psicología, demuestra que no lo tiene.
Porque si no, ya lo habría sacado. Y más siendo un bocazas como es Trump, incapaz de callarse nada. Lo cual me lleva a dos preguntas: 1) si no es cierto, por qué lo dice? Fácil: Trump se juega las elecciones en Noviembre. Y los USA están batiendo records de muertos por Covid.
Trump necesita un relato de que él lo hizo bien. Si no, tiene un flanco descubierto. Y la mejor forma de demostrarlo es inventar un enemigo externo para desviar la atención. Por tanto la historia es que él lo hizo bien, pero es que los Chinos son muy malos. Trump no es tonto.
Y cuidado, no estoy diciendo “el virus no salió de un laboratorio”. Para nada. Estoy diciendo: “Trump miente cuando dice que lo puede demostrar”. Lo cual me lleva a la pregunta 2: salió de un laboratorio realmente? Bien, segundo principio científico de hoy: la Navaja de Occam.
Dice que primero hay que testar las hipótesis más simples como las más probables. Haciendo una variante, hay que elegir la que haya sucedido con más frecuencia antes. En ciencia hay pocas novedades aisladas: todo está relacionado o se parece a conocimiento ya existente.
Por tanto, veamos: enfermedades con origen o vector animal: gripe, SARS original, MERS, ébola, salmonella, rabia, SIDA, zika, fiebre del Nilo, encefalitis equina, enfermedad del sueño, malaria, anisakiasis, anthrax, enfermedad de Chagas, lepra… y me dejo muchísimas.
Enfermedades fabricadas en un laboratorio: ninguna, salvo en las películas. Y me dirán “es que no lo puedo demostrar, pero sé que es cierto que salió de un laboratorio”. Y les digo: suban seis Tweets, y vuelvan a leer. Si no tienen pruebas y hechos, no tienen nada.
Y si ustedes me dicen “ya, pero es que yo sigo creyendo esto, por más que no lo puedo demostrar”. Y ahí quería llegar yo: usted no SABE algo. Lo CREE. Y esto es un mal muy común: dar categoría de ciencia a nuestras creencias. Porque nuestras creencias definen nuestra personalidad
Cuando las desafían, nos sentimos atacados. Nos creemos idiotas. Y por eso nos negamos a admitir que algo que creemos es falso, aunque nos lo demuestren. Una señal de madurez es ser capaz de abandonar creencias que se demuestran falsas. Lean, por favor: fastcompany.com/40528587/why-y…
Recuerden a Bertrand Russell: “que mi opinión se base sólo en hechos”. Vigilen: el mundo está lleno de gente malvada que conoce la psicología humana. Y les venden medias verdades o mentiras auténticas porque saben cómo se hace. Trump no es tonto: es perverso.
La humanidad avanza cuando acumula conocimiento: analizando hechos, extrayendo conclusiones, y compartiéndolos con la sociedad. Lo moderno no es Trump: Trump es la tribu. Si fuese tan listo, sus cifras de Covid no irían camino de ser las peores del mundo.
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