Thread by @LauMarcilla

A petición popular, les doy la bienvenida a este #hilo sobre ORIENTACIONES SEXUALES 🏳️‍🌈

🔊 𝐷𝑖𝑛, 𝑑𝑜𝑛, 𝑑𝑖𝑖𝑖𝑛: Por favor, dejen sus prejuicios en las taquillas, agárrense bien a la información científica y no saquen las falacias fuera del vagón.

¡Allá vamos! 🎢

Cuando hablamos de orientación sexual nos referimos hacia dónde se dirige nuestra atracción sexual, hacia qué géneros se orienta (de ahí el término). Es decir, quiénes nos atraen sexualmente.

Y no, no hay veintemil orientaciones, palabrita, son solo unas pocas y bastante fáciles de diferenciar. Aunque se le puede poner nombre a todo, que te gusten las personas altas (p.ej.) no es una orientación (no se refiere a géneros), como mucho es una filia o preferencia erótica.

También hay que entender que la orientación sexual es independiente de la identidad de género y de la expresión de género.

Es decir, da igual cual sea tu género, esa información no nos dice nada sobre quién te gusta a ti. Sería como intentar adivinarlo por tu color de pelo.

La expresión de género es el conjunto de todos nuestros comportamientos. Desde los roles de género los comportamientos tienden a interpretarse como “típicamente” masculinos, “típicamente” femeninos o neutros, aunque obviamente son solo eso: estereotipos.

Aquí es donde la gente cree que funciona la bola de cristal, BUT NO, it doesn't.

Da igual que tu compañero de trabajo tenga la voz más aguda, mueva mucho las manos al hablar, odie el fútbol y le encante el rosa. No puedes averiguar si es gay o no a menos que él te lo diga.

Y no importa si crees que has acertado veinte veces antes a la hora de etiquetar a la gente, eso se llama SESGO DE CONFIRMACIÓN, es más fácil recordar y dar peso a las veces que "acertamos" (aunque haya sido por casualidad). La orientación NO se puede reconocer a simple vista.

Vale, ya sabemos qué es la orientación sexual y que no depende de nuestra identidad ni de nuestra expresión.

Ahora toca explicar las diferencias entre atracción sexual (que es la que más nos interesa aquí), atracción romántica y deseo sexual (nos va a hacer falta para después).

Brevemente y sin enrollarme mucho, la ATRACCIÓN ROMÁNTICA es "de quién nos enamoramos" (porque oye, no nos podemos enamorar de toda la gente que nos atrae sexualmente, que el corazón no está para tanto jaleo).

Y ahora viene algo un poco más difícil: la diferencia entre ATRACCIÓN SEXUAL y DESEO SEXUAL.

Pay attention to this.

La atracción sexual siempre se dirige hacia alguien en concreto y no se puede controlar a voluntad (ni para provocarla, ni para que desaparezca).

Es lo que comúnmente se llama que alguien "te ponga", pero no siempre tiene que ir acompañada de deseo sexual.

Sí, es verdad, la atracción y el deseo son muy amigos y les gusta hacer muchas cosas juntos, pero como en toda relación sana, también tienen espacio propio y no siempre tienen que ir de la mano.

Es decir, que a veces puede haber atracción sin deseo o deseo sin atracción.

Tomad nota de esto, que va a ser especialmente importante cuando lleguemos a la asexualidad.

Simplificando, el deseo sexual son “las ganas de tener sexo” (y con sexo me refiero a cualquier práctica sexual, incluida la masturbación).

Y como os dije, aunque alguien nos atraiga, no siempre y en todo momento y lugar vamos a querer tener sexo con esa persona. Por mucho que te atraiga tu pareja, no estáis en la cama 24/7, ¿verdad?

Aquí unos cuantos insertarán sus bromas sobre que “yo si pudiera, estaría todo el día dándole” y jiji-jaja, pero en verdad sabemos que NO. Que por mucho que alguien te ponga y aunque tuvierais la oportunidad, llega un momento en que el cuerpo te pide otras cosas también.

El deseo, como decía, sí se puede modificar hasta cierto punto y no siempre se dirige a alguien en concreto. ¿Nunca os habéis levantado un poco más tontorrones y con ganas de sexo porque sí, sin nadie al lado? Pues eso, que el deseo puede ser impersonal (la atracción, no).

Además, sobre el deseo se puede influir. Si empiezo a fantasear con cosas que me excitan o busco según qué contenido, puedo despertar un deseo que antes no estaba ahí. Y lo mismo a la inversa: puedo distraerme para que desaparezca un deseo que no me viene bien en ese momento.

En cambio, grabémonos esto muy fuerte: LA ATRACCIÓN NO SE PUEDE MODIFICAR.

Me comentan por mi pinganillo imaginario que alguien dirá lo siguiente: “pero a veces te empieza a atraer una persona que antes no lo hacía o te deja de atraer alguien que antes sí.”

Cierto, PERO…

Una cosa es que la atracción cambie, fluctúe, varíe (en función de muchos factores, como información nueva sobre una persona, habituación a ella o un laaaargo etc.) y otra muy diferente que nosotros podamos provocar esos cambios a voluntad.

Por ejemplo, en consulta se puede trabajar sobre el deseo sexual de las personas, para conseguir que éste aumente o disminuya si está provocando algún tipo de malestar en una persona o en una pareja. Pero no podemos “fabricar” atracción por la pareja ni por nadie.

Tampoco podemos hacer que se desvanezca. Si una persona infiel viene porque quiere dejar de serlo, no vamos a conseguir que otras personas dejen de ponerle, sino que vamos a trabajar el control de impulsos para que esa atracción no impida respetar los acuerdos de pareja (p. ej.).

Por eso la (llamada) “terapia de conversión” NO FUNCIONA. Y además es deleznable desde el punto de vista ético.

psychiatry.org/newsroom/news-…

Cuando se hacían experimentos en este sentido, no se conseguía sustituir la atracción homosexual por atracción heterosexual, sino que se creaba una aversión condicionada que generaba malestar en los sujetos cada vez que sentían atracción sexual hacia el mismo género.

¿Qué hacían los sujetos de estos experimentos tras el “tratamiento”? Pues no exponerse a este tipo de situaciones porque sabían que iban a sufrir. Una evitación en toda regla, vaya. No era una cura ni una solución a nada. Es imposible crear la heterosexualidad en un laboratorio.

Por si fuera poco, además de no funcionar, la “terapia de conversión” aumenta las posibilidades de sufrir depresión y de tener ideaciones suicidas. Vamos, que debería estar prohibida y ser legalmente punible.

heinonline.org/HOL/LandingPag…

Y bueno, ya me he vuelto a ir por las ramas porque, en fin, ya me conocéis.

Breve resumen:
Atracción sexual = no modificable y siempre centrada en alguien.
Deseo sexual = se puede influir sobre él y puede ser impersonal.

Y recordad que dijimos al principio que la orientación sexual se refiere a qué géneros nos provocan atracción sexual (que no deseo).

De hecho, el sufijo “-sexual” viene precisamente del tipo de atracción al que se refiere, no significa que lo que nos atraigan sean el sexo/los genitales de alguien.

(Vamos, que no necesitamos haber visto los genitales de nadie que esa persona nos ponga).

Según esto, una persona homosexual es aquella a la que le atraen sexualmente las personas del mismo género y una persona heterosexual es aquella a la que le atraen sexualmente personas de otro género.

Hasta aquí bien, ¿no? Vamos a complicarlo un poco.

Entonces… ¿la bisexualidad es la atracción hacia personas de los dos géneros? Pues no es del todo correcto. Para empezar, porque existen más de dos géneros. Existen personas no binarias que no son ni hombres ni mujeres.

Y esto no es ningún “invento” actual ni una modernidad del siglo XXI, las personas no binarias ya estaban presentes en muchas culturas hace siglos (en la América precolonial, p. ej.) e incluso se reconocen terceros géneros en algunas mitologías antiguas.

Vaya, que las personas no binarias han existido y existirán siempre, lo que varía es la aceptación social que reciben en cada cultura y en cada momento histórico.

revistaselectronicas.ujaen.es/index.php/rae/…

¿Qué ocurre? Que en nuestra cultura, cuando surge por primera vez el término “bisexual”, lo hace con un significado MUY diferente al actual. Las palabras (por suerte) pueden cambiar de significado y esto es lo que ha ocurrido con la “bisexualidad”.

“Bisexual” en un principio significaba “que tiene dos sexos”, es decir, no hacía referencia a quién nos atrae, sino a nuestros genitales y se usaba para denominar a las personas a las que después se llamó “hermafroditas” y que hoy en día conocemos como intersexuales.

Fue Sigmund Freud quién reconceptualizó este término y lo uso por primera vez para referirse a la atracción sexual. Según el amigo Segismundo, todos “nacíamos bisexuales” (sin un objeto de deseo definido) y nuestra sexualidad se desarrollaba después.

No es que esto funcione así exactamente, pero, a pesar de eso, el día de la visibilidad bisexual se sigue celebrando en el aniversario de su muerte (23 de septiembre) para agradecerle que fuera el primero en intentar teorizar sobre la bisexualidad.

(Sí, es importante tener un día de la visibilidad bisexual porque, aunque las personas bisexuales representan más de la mitad del colectivo LGBT+, aún demasiado a menudo pensamos en las personas como hetero/homo en función de con quién vayan de la mano).

lgbtmap.org/file/invisible…

El caso es que, finalmente, “bisexual” empezó a usarse para definir una orientación sexual, pero en aquel momento a las personas NB (no binarias) no se las tenía muy en cuenta y “bisexual” se interpretaba como “que siente atracción por hombres y por mujeres”.

Cuando nos dimos cuenta de que esto inducía a error (bueno, yo personalmente no, que entonces aún llevaba pañales), se publicó el Manifiesto Bisexual (1990) aclarando, entre otras cosas, que la bisexualidad no es binarista.

Vaya, que la bisexualidad es la posibilidad de sentir atracción sexual hacia cualquier género (que no hacia “todas las personas”). Por cierto, por si aún había dudas, no es sinónimo de promiscuidad. Se puede ser bisexual y célibe. No confundamos orientación y práctica sexual.

Y me diréis: Pero, ¿”bi” no significa “dos”? Pues sí, pero los significados evolucionan, por lo que ahora se concibe de la siguiente manera ese “bi”: atracción hacia (1) mi propio género y (2) otros géneros. ¿A qué no es tan difícil?

Pues ahora llega lo polémico. En los años 70 (antes del manifiesto), ante la creencia de que la bisexualidad estaba dejando fuera a las personas no binarias, un grupo de personas eligieron un nuevo término para definir su orientación sexual: la pansexualidad.

(Graciosillo de turno inserta chistes fáciles sobre que les pone el pan bimbo y el pan de chapata y continuamos hablando en serio).

El caso es que el término pansexual surge en principio bajo una premisa que luego se demostró errónea (la de que las personas bisexuales solo sienten atracción por hombres y mujeres y que hacía falta un término nuevo que incluyese a NB).

De hecho, no tiene mucho sentido pensar que se puede no sentir atracción por alguien solo por ser NB, ya que la mayoría de las veces no podemos saber si lo es o no (no llevan un cartel en la frente) y solemos leer a las personas en clave binaria casi todo el tiempo.

(Ejemplo que pongo en mis talleres: Miley Cyrus (aka Hanna Montana) es una persona NB (agénero, en concreto), pero “desde fuera” casi todo el mundo la lee como mujer, por lo que despierta atracción sexual en hombres hetero, mujeres homo y personas bi.)

Por lo tanto, esa definición de pansexualidad que refiere atracción hacia todos los géneros en realidad no aporta ninguna diferencia con respecto a la bisexualidad.

¿Qué otras definiciones hay? Pues hay otra bastante popular (y errónea y tránsfoba) pululando por ahí que dice que es “atracción hacia hombres, mujeres y personas trans”. Supongo que es una mala adaptación de querer decir “personas trans NO BINARIAS”, pero…

Las personas trans no necesitan una categoría aparte, los hombres y mujeres trans son tan hombres y mujeres como cualquier otro y encajan sobradamente en las opciones preexistentes de hetero/homo/bi.

Entonces, ¿qué es realmente la pansexualidad?

Bien, antes de continuar quisiera hacer un DISCLAIMER: esto es aún conocimiento en construcción, voy a exponer cosas que he aprendido/leído sobre los pros y los contras de esta categoría y pretendo ser respetuosa con todo el mundo.

No tengo una opinión 100% formada e inamovible al respecto, porque entiendo tanto los argumentos a favor como en contra de usar esta etiqueta, así que me voy a limitar a los datos más objetivos posibles y a lanzar algunas reflexiones abiertas al aire.

Cualquier tipo de aportación, opinión y experiencia es bienvenida siempre que se haga desde el respeto y por supuesto sin incurrir en descalificaciones hacia otras personas, independientemente de la etiqueta con la que se definan.

Bueno, pues parece que la diferencia entre pansexualidad y bisexualidad es muy sutil e incluso hay estudios que consideran la bisexualidad como un “paraguas” donde entrarían diferentes orientaciones plurisexuales (incluida la pansexualidad).

tandfonline.com/doi/full/10.10…

Si la bisexualidad se define como “la atracción hacia todos los géneros” la pansexualidad sería más bien “la atracción sin importar el género”. ¿No es lo mismo? Pues no exactamente, aunque no sé si es o no suficiente para separarlas completamente.

Las personas bisexuales pueden sentir preferencia por unos géneros frente a otros o, por ejemplo, sentir atracción romántica solo hacia uno de ellos, con lo cual existen personas bisexuales heterorrománticas u homorrománticas.

Por lo tanto, aunque el género no impida sentir atracción sexual a una persona bisexual, sí puede ser un factor que influya en la intensidad, la frecuencia o la facilidad con la que esta atracción se da.

Según las personas pansexuales, para ellas el género no juega ningún papel a la hora de vivir esa atracción sexual, sino que son tan solo otros factores los que desencadenan esta atracción.

Hay quien lo ha intentado definir como “atracción por las almas” o “atracción por la personalidad” y ambas cosas tienen sus limitaciones. El propio concepto de “alma” dificulta (cuando no imposibilita) el estudio científico de la pansexualidad.

El concepto de “personalidad” es menos ambiguo, pero esta definición puede dar la errónea impresión de que la personalidad solo importa/afecta a atracción de las personas pansexuales, cuando es un factor muy importante para la atracción de absolutamente todas las personas.

A nivel práctico cuesta mucho encontrar diferencias importantes entre la bisexualidad y la pansexualidad, salvo el hecho de que una persona pansexual no debería tener ningún tipo de preferencia sobre un género frente a otros.

A nivel teórico, muchas personas parecen sentirse más cómodas con esta etiqueta que con la de bisexual, a pesar de que se podría decir que son “primas hermanas”. ¿Dónde está el conflicto entonces?

Muchas personas bisexuales argumentan que diferenciar pansexualidad y bisexualidad es abrir una fractura en la lucha por los derechos del colectivo y que invisibiliza aún más esta orientación.

También, si alguien asumiera la definición de pansexualidad que “separaba” a las personas trans, podría concluir que las personas bisexuales son tránsfobas, con lo cual se genera un estereotipo dañino y erróneo sobre la bisexualidad.

Por otro lado, las personas pansexuales reclaman el derecho a usar la etiqueta que sienten que mejor les define y esgrimen que negar la pansexualidad no es tan diferente a lo que se hacía con la bisexualidad hasta hace bien poco.

Cabe mencionar que en países hispanoparlantes (y particularmente en redes sociales) este es un conflicto muy vivo, a menudo casi una “guerra” declarada entre defensores y detractores del concepto de pansexualidad como orientación.

Es llamativo que sea así cuando en otros países las dos etiquetas conviven pacíficamente y la pansexualidad ha adquirido mucha visibilidad (especialmente en EEUU) gracias a las muchas celebrities que se presentan como pansexuales.

Lo dicho, que no pretendo que toméis un bando u otro en este dilema de bisexualidad vs pansexualidad, muchas investigaciones lo conceptualizan como orientaciones separadas, pero esto no son ciencias exactas, aún estamos aprendiendo.

tandfonline.com/doi/abs/10.108…

Creo que es válido decir que, si las vivencias son tan similares entre personas bi y pan, quizá tenga más sentido sumar que dividir, pero también opino que los ataques a personas pan por definirse así hacen más grietas en el colectivo LGBT+ que el hecho de usar un término u otro.

En fin, que es posible que no haya una sola respuesta correcta y lo que creo que sí podemos extraer es que la sexualidad es diversa, que los términos sirven para internar aproximarnos a las realidades, pero no las deberían nunca encorsetar/limitar como si fueran cajas estancas.

Y para completar el hilo, no podemos dejar de tener en cuenta una de las orientaciones sexuales más desconocidas y que muchas personas no entienden bien. Por último, pero no menos importante, vamos a hablar de ASEXUALIDAD.

La asexualidad es la ausencia de atracción sexual hacia los demás géneros. Y aquí es donde os voy a pedir que por favor recordéis lo que expliqué al principio sobre la diferencia entre atracción sexual, atracción romántica y deseo sexual.

*Revisan sus apuntes*

Las personas asexuales se pueden enamorar (pueden sentir atracción romántica) y pueden tener relaciones sexuales (sienten deseo sexual). Cuando deciden tener relaciones sexuales, no hay nada que les impida disfrutar y experimentar placer.

De hecho, las personas asexuales también se masturban y tienen fantasías sexuales y en general, aunque existan algunas diferencias, las investigaciones no las encuentran demasiado significativas en comparación con el patrón del resto de personas.

utpjournals.press/doi/abs/10.313…

A veces me preguntan (sobre todo en los talleres de educación sexual) “y si no sienten atracción sexual hacia la otra persona, ¿por qué tienen relaciones sexuales”. Yo suelo responder con una metáfora con comida, que son las mejores.

Imaginemos que la atracción sexual es “hambre” y el deseo sexual son las “ganas de comer”. Ahora pensemos en una comida muy abundante o una cena de Navidad, por ejemplo. Nos llenamos hasta no poder más, ya no tenemos hambre, ¿cierto?

Bueno, pues ahora llega el postre.

Pensad en uno que os guste mucho (yo siempre me imagino un brownie de chocolate). A pesar de no tener hambre porque nos hemos hinchado lo más grande, cuando llega ese plato, tenemos ganas de comérnoslo.

Porque sabemos que está rico y que lo vamos a disfrutar. Porque no siempre que comemos es porque tengamos hambre. Pues lo mismo pasa con el sexo. Se puede sentir deseo sin atracción y se pueden disfrutar las relaciones sexuales tanto como los brownies.

De aquí lo más importante es entender que la asexualidad NO es una enfermedad ni un trastorno que necesite cura, es una orientación sexual sana y normal. No hay que sentir pena por las personas asexuales o sus parejas, no se “están perdiendo nada”.

link.springer.com/article/10.100…

De hecho, la asexualidad es tan amplia y variada que hablamos de ella como “espectro asexual”, porque hay muchas maneras diferentes de vivirla. A menudo se acorta como “ace” (por el sonido en inglés de sus dos primeras letras).

Por ejemplo, las personas del espectro asexual, pueden tener también prácticas sexuales no normativas, habitualmente llamadas “kink” (recordad que orientación y práctica son cosas separadas). Los aces también tienen fetiches y pueden practicar kink.

uwe-repository.worktribe.com/output/3608079…

Se calcula que aproximadamente un 1% de la población es asexual, aunque obviamente esto no es algo matemático. No es un porcentaje nada desdeñable, para que os hagáis una idea, en España la población homosexual representa algo menos del 7%.

ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/15497056

Para profundizar más en el espectro asexual, voy a valerme de unos dibujos del llamado “triángulo de AVEN”, teniendo siempre en cuenta que esto es una simplificación para entender algo nuevo y no una representación exacta de la realidad, que es más compleja.

Imaginad que representásemos las orientaciones en un triángulo invertido (no, no estoy insultando al triángulo, solo explico su posición).

Vale, en la parte de arriba se sitúan las personas que sí sienten atracción sexual, con las personas hetero y homo en los extremos (en los vértices). En la parte inferior colocamos a las personas asexuales.

Todos los puntos intermedios entre la heterosexualidad y la homosexualidad representan a la bisexualidad, bien sea con preferencias hacia un género o no.

Si dividimos el triángulo en dos “mitades” más o menos, el espectro asexual quedaría en la parte inferior y la parte superior, donde están las personas que sí sienten atracción sexual es lo que conocemos como alosexualidad.

En nuestra sociedad hay diferentes cosas que se consideran LO NORMALTM, entiéndase, lo normativo, lo más común y que está “bien visto”. En cuanto a identidad de género, se considera “normal” ser cis en vez de trans.

En cuanto a orientación sexual y romántica, se condiera “normal” ser hetero en lugar de homo/bi y ser alosexual en lugar de asexual. Realmente todas estas categorías son sanas y normales, pero unas están mejor vistas porque nuestro sistema es alo-cis-hetero-normativo.

Por eso, las personas asexuales también sufren discriminación, se ha patologizado su condición o tienen que escuchar comentarios como que “ya se les pasará cuando conozcan a la persona adecuada” (os suena, ¿verdad?).

Siguiendo con el triángulo, vamos a imaginarnos que le ponemos color negro a la asexualidad y color blanco a la alosexualidad. Como en realidad, las cosas nunca son ni blancas ni negras, sino que tienen muchos matices, en medio quedaría una zona de tonos grises.

Esto es lo que llamamos grisexualidad, que forma parte del espectro asexual y representa a las personas que sí que pueden sentir atracción sexual pero únicamente en condiciones muy específicas.

digitalcommons.colby.edu/cgi/viewconten…

Por ejemplo, dentro de la grisexualidad, la categoría más conocida es la demisexualidad, personas que sí pueden llegar a experimentar atracción sexual pero para ello necesitan primero haber desarrollado un vínculo emocional e íntimo con la otra persona.

¿Es eso lo mismo que “ser exigente” o no tener relaciones sexuales con alguien que acabas de conocer? No, no es lo mismo. Recordad que aquí hablamos de orientación, no de prácticas.

Una persona alosexual puede sentir atracción sexual desde el minuto cero, pero por la razón que sea, puede elegir no tener relaciones sexuales con esa persona hasta más adelante (o no tenerlas nunca, como es el caso de las personas célibes).

En cambio, para las personas demisexuales, la atracción simplemente no aparece hasta que no se ha forjado ese vínculo, lo cual no significa que no puedan tener también relaciones sexuales solo por deseo, sin atracción, igual que el resto de aces.

Por eso, ser demisexual no es sinónimo de ser “difícil” o “estrecho/a”. Simplemente es que esa atracción no se manifiesta antes de que exista ese vínculo. Esto se puede entender claramente con los famosos, por ejemplo.

Una persona alosexual, aunque no conozca a una persona famosa puede sentir atracción por él/ella/elle. Una persona demisexual es probable que entienda que es una persona atractiva según el canon estético, pero no sienta esa atracción porque no existe un vínculo emocional.

Y hasta aquí mi hilo de hoy, sé que ha sido bastante largo (9 páginas llevo en Word, Julio).

Espero que se haya entendido. Quiero que quede claro que ninguna orientación es mejor o peor que otra y que los términos nos sirven para comunicarnos pero no nos definen como personas.

A modo de super resumen, las orientaciones sexuales se refieren a la atracción SEXUAL(no al deseo ni la atracción romántica) y según eso:
Hetero=atracción hacia otro género.
Homo=atracción hacia el mismo género.
Bi=varios/todos los géneros.
Ace=ausencia de atracción sexual.

Y nada, si habéis llegado hasta el final, gracias por vuestra paciencia. Agradezco comentarios, likes y rts, que no es por nada, pero me lo he currado bastante.

Recordad lavaros las manos y los prejuicios frecuentemente.