No preguntéis por un contrato, ni si le han pagado algo.
Esta vecina,siendo las 15:30 horas, ha sugerido que la mujer se fuera lo más pronto posible a la sede del Samur Social en Madrid, la sede de los servicios sociales de una ciudad que tiene albergues,
Que dirija a la mujer hacia Vallecas, a Las Caracolas.
Son ya las 19hs. Mientras tanto, la vecina intenta confirmar que en Las Caracolas hay plaza para ella. Llama y escribe a más de
Pero hoy no es posible. Estamos en Fase 0
La vecina contacta con alguien que sabe mucho de cómo alguien que huye se siente y en 5 minutos hablan por teléfono. En 10 está conectada con quien gestiona la primera acogida en la ciudad,
Son muchas situaciones vulnerables las que gestionan y se les puede y debe perdonar un lapsus así, o diez.
Lo espera. Llega. Sube. Quizá ya no llora.
El conductor le dice que no puede pagar en efectivo.
¿Cuánta gente que carga día a día, que no tiene acceso a banco habrá? Esto lo piensa la vecina.
Casi a gritos, pero sólo casi, consigue un teléfono móvil del equipo de trabajadores municipales a cargo del centro.
Llama. Son las 22:15. “Ahora mismo doy la orden de que entre”. Muy amables.
sitio correcto, ya pasó”.
Llora una, la otra se aguanta las ganas.
Cuánto dolor. Cuánta rabia. Cuánto que cambiar. Un sistema de asilo que es un derecho, no un regalo; conductores de autobús que sepan reconocer a alguien que lo está pasando mal, trabajadores sociales que ven llegar a la verja a alguien asustado
Y unas instituciones públicas que dejen de dar las gracias a la solidaridad y se dediquen a poner los medios para que no pase. Para que nadie se sienta excluído o de segunda categoría.
Cuando vienen miles de personas desde este país, huyen de aquí. La mujer que, es una de ellas. Una vez consigue salir y solicita protección internacional a la que tiene derecho, esto.