No consigo que me deje de llamar la atención la desproporcionada presencia del término "autónomos" en los discursos políticos.
País de miseria.
País de miseria.
La ubicuidad en los discursos de las loas a los autónomos, siempre puestos al mismo nivel que los trabajadores asalariados, no es casual. No.
Se nos ha vendido que un país con muchos "autónomos" es algo así como un país emprendedor. La realidad es que son países tercermundistas quienes están a la cabeza de los rankings mundiales de empresarios autónomos.
En una serie de Ed Burns previa a The Wire, llamada The Corner, el protagonista sostenía que los que trabajaban más duramente en la ciudad de Baltimore eran los yonquis. Porque día tras día se las arreglaban para reunir el dinero de su dosis.
Los autónomos, al margen de unos cuantos relatos fantásticos, no son más que un exponente de la fragilidad del mercado laboral. Se trata de una alternativa al desempleo que nos señalan desde el poder por su conveniencia.
Decía San Pablo "el que no trabaje no comerá", y en la España que se desindustrializó le añadieron "y se hará autónomo".
Al mismo tiempo, debido a la naturaleza humana, el grado de fracaso económico que acumula el mundo de los autónomos es tan grande, sus deudas tan acuciantes, que de alguna manera esos autónomos suelen constituir una "reserva espiritual" para la extrema derecha.
Con esos autónomos que militan por el anarcocapitalismo tenemos el caso de quienes exigen vender el coche para comprar gasolina. Son gente explotada pero que es más radical en sus exposiciones políticas que sus propios explotadores.
Al mismo tiempo, esos autónomos son un elemento clave en casi cualquier discurso para aumentar la presión sobre los desempleados, que cada vez son más.
Los autónomos son un chollo para el miserable sistema económico bajo el que vivimos.
Los autónomos son un chollo para el miserable sistema económico bajo el que vivimos.
Con razón la palabra "autónomos" se pronuncia con tanta reverencia y pompa en las tribunas y los pasillos del poder político en España.
¿Te sientes explotado? No tienes excusa, sé tú el explotador.
Menudo planazo.
¿Te sientes explotado? No tienes excusa, sé tú el explotador.
Menudo planazo.
