Su ejecución –perpetrada desde las alturas del poder– fue un crimen de Estado. Quienes ordenaron el crimen quedaron impunes.
Han transcurrido 36 años desde entonces pero las nuevas generaciones de periodistas mantienen presente el legado de Buendía y Julio Scherer, como referentes del periodismo mexicano del siglo XX. No fue ninguna coincidencia que
Parece que fue ayer. Era miércoles. Me acuerdo bien. Ese día del 30 de mayo de 1984 un eclipse de sol oscureció la mañana en buena parte del país por un lapso de once segundos.
Desde entonces las sospechas recayeron en varios personajes.
Le pido a Ignacio Cobo –el mejor amigo de Bartlett– que me apoye para lograr una entrevista a fondo con su socio y compañero de toda la vida. Conozco a Nacho desde hace más
Me dice Nacho: “le entregue tu petición a Manuel. Me pidió que te dijera que podías escribir lo que
Sobre el tema Manuel Buendía, Bartlett rehusó una entrevista cara a cara con el periodista Miguel Ángel Granados Chapa. A cambio, Bartlett aceptó responder a un cuestionario en el que
El periodista Miguel Ángel Granados Chapa documentó este caso en su libro póstumo Buendía. El primer asesinato de la narcopolítica en México, aunque existen otros libros sobre el tema que robustecen la presunta vinculación de Bartlett con el caso Buendía.
En el viejo régimen del PRI, el secretario de Gobernación gozaba de un poder inconmensurable. El Presidente reinaba, el verdadero poder emanaba de Gobernación.
En sus seis años como titular de Gobernación Bartlett dejó sentir su poder. Una noche envío a Zorrilla a las oficinas de la revista Proceso para amedrentar a Scherer y lo consiguió. En 1983 censuró
La conexión Bartlett-Zorrilla nació en 1962 durante los últimos años del gobierno de Adolfo López mateos. Bartlett se desempeñaba entonces como secretario auxiliar
El resto de la historia ya la sabemos.
Gracias a su enorme poder e influencia, Bartlett no fue investigado. No se le consideró sospechoso de ser uno de los autores intelectuales del homicidio de Buendía.
Para Bartlett fue el crimen perfecto.
La ejecución de Buendía fue un atentado a la libertad de expresión. En su defensa Bartlett puede objetar que nunca fue llamado a un juicio como probable responsable. También opera a su favor el
A Bartlett lo protegieron. Lo hicieron intocable. Fue una forma de corresponder a sus “servicios patrióticos” para que el régimen del PRI se prolongara hasta su agotamiento.
Lo malo es que después de Manuel Buendía han sido asesinados