En realidad fue a ... Arsenio Martínez Campos
Por su éxito como negociador del Pacto del Zanjón, Martínez Campos regresó a Cuba en 1895 para tratar de sofocar la guerra que recién comenzaba.
Pero eran otros tiempos
En esta carta anticipa que sólo con medidas extremas se podría ganar la guerra.
Pero se niega a ser él quien las implemente.
De costumbres espartanas, se le consideraba cruel con sus hombres y amante de los caballos.
La reconcentración era la “estocada final” para privar a los rebeldes de apoyo
La muerte de cientos de miles de cubanos fue justificada como “el único método eficiente de lucha” y, en palabras de Weyler, los insurrectos reconocían el impacto de la medida en cartas interceptadas
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