Thread by @ldpsincomplejos

1) Hoy he intervenido en un ciclo de conferencias de Vox Burgos y he hablado del verdadero conflicto que estamos viviendo, que NO es (aunque traten de vendernos esa moto) de derecha contra izquierda.

2) El verdadero conflicto, del que los demás son solo pantallas, es el que enfrenta a los movimientos globalistas contra los estados nación.

3) Si la pretensión fuera crear estructuras supranacionales democráticas, nada habría que objetar. El problema es que se pretende otra cosa: crear estructuras supranacionales NO sometidas a control democrático y manejadas por las élites político-financieras.

4) Y para eso, los estados nación son un estorbo. El último escollo. Por eso quieren acabar con los estados nación. A Trump, por ejemplo, no le odian por ser "de derechas": le odian por pretender mantener y reforzar el estado nación americano.

5) Les dejo aquí un artículo de 2002, donde ya se hablaba de esta "guerra" cultural: "Democracia liberal frente a progresía transnacional: el futuro de la guerra civil ideológica en Occidente".
hudson.org/content/resear…

6) Aquí un párrafo particularmente revelador del artículo: disolver los estados hacia arriba (hacia organismos supranacionales) y hacia abajo (hacia regiones autónomas). ¿Les suena?

7) Desde esa perspectiva, gente como Pablo Iglesias es irrelevante: un simple títere que tiene como misión (voluntaria o inconsciente) evitar que exista ningún verdadero movimiento de resistencia desde la izquierda a los planes de esos poderes político-financieros.

8) Una izquierda que ha sustituido las reivindicaciones sociales por "ismos" (que no son otra cosa que divisiones artificiales de la ciudadanía) no solo no es ninguna amenaza para esas élites globalistas, sino que resulta de enorme utilidad.

9) "Divide et impera", decían los romanos: ¿qué podría ser más deseable, para las élites económicas, que tener a los ciudadanos del mundo divididos en unidades territoriales carentes de peso y divididos, además, en grupos sociales enfrentados entre sí? El paraíso del déspota

10) Por eso las categorías tradicionales (derecha, izquierda) no sirven de nada. Aquí lo que nos jugamos es otra cosa mucho más importante: nos jugamos la propia democracia. Miren los organismos "transnacionales" existentes y pregúntense: ¿qué control tiene el pueblo sobre ellos?

11) La respuesta es: ninguno. Pues imaginen ahora un futuro donde los estados nación fueran barridos, un futuro en el que los poderes financieros, a través de élites políticas corruptas, impusieran su ley a través de esos organismos transnacionales carentes de control democrático

y 12) Yo no quiero ese futuro, lo siento. Amo demasiado mi libertad. Y el estado nación es la fortaleza que me protege frente a ese peligro.