Thread by @errolcartwright

Hoy he estado pensando sobre los "chepitos/as"

Se me hizo un hilo, escribiéndolo:

A veces, lo que puede parecer exceso de confianza de un individuo (por ejemplo, esas innecesarias y tediosas palabras y/o actos de tu amigo/a que buscan, aparentemente, la interminable reafirmación de sus cualidades), son compensaciones, producto del intenso dolor...

...que implicaría el dejarse ser quien es ante los ojos imaginarios y omnipresentes de quien cree que lo juzga.

Es decir, no puede conscientemente experimentar el primer verbo del ser humano, la misma existencia, sin entrar en conflicto consigo mismo en alguna medida.

Es un constante dolor que se agarra de la mismísima condición de estar vivo, de la condición de ser, para quien lo experimenta. Se detesta tanto, que dejarse sentirlo sería insoportable. Haría evidente la necesidad de su fin.

En su interior, se mira, todo el tiempo, y le dice no a todo lo que es.
Puse un sad face escribiendo esto.
Lo voy sintiendo mientras lo imagino.

Esta realidad inconsciente permea en los actos y pensamientos. Por qué? Pienso que, entre otras razones...

...es tan potente y constante la fuerza que quiere acabar con su existencia que debe ser así.
Debe reafirmarse (*sin saber por qué*, además) en la realidad palpable (por ejemplo, en la dimensión social de la realidad, donde tiene mayor posibilidad de obtener esa reafirmación...

...que busca; esto es usualmente lo que percibimos, donde luego del acto o la palabra, esperan la confirmación, como el hambriento a la comida), para sobrevivir, pues su realidad psíquica lo quiere muerto.

Es un humano, escapando de sí mismo.

Es un humano que siente, en todo momento, su propia persecución.

Se ha vuelto una preconfiguración de su realidad.
Es por eso que se encuentra -siempre- en negación.

Usualmente, recurrimos a esta (negación), por ejemplo, cuando nos cogen en una mentira; en definitiva, para un momento donde todo el resto de opciones se han acabo.

El estado de crisis descrito, ese momento de perdición que alguna vez habrás experimentado breve, pero poderosamente, cuando no hay más opciones, cuando todo, por un segundo, se derrumba, es el lugar donde habita este individuo.

Que terrible vivir ahí.
Que terrible vivir así.

Su vida es el absurdo por excelencia.
Me conmueve profundamente este pensamiento.
Ni siquiera conocen su propio dolor.

Es un dolor que, de permitirse, por traer una verdad que contradice innegablemente la endeble estructura en la que se apoya la persona cuya conducta es la descrita, implicaría la literal muerte de quien el individuo concibe que es.

Una solución podría ser el profundo entendimiento de que el juicio se debe hacerse ante los ojos de uno mismo. Qué quiere decir esto? Juzgarse bajo los parámetros de lo que uno quiere y puede ser, y no bajo los que *creemos* son los parámetros ajenos.

Ademas, es lógicamente imposible, puesto que la profundidad de cada individuo es insondable incluso para sí mismo, que sea acertado juzgarse con los ojos de otro. Creo que no solo es un error circunstancial, sino, más bien, uno propio de la naturaleza humana.

Esta, en gran medida, en uno su modulación y posterior corrección.

Por otro lado, que la sentencia de ese juicio sobre el acto de uno, tanto si es un veredicto positivo como uno negativo, debe, en la medida de lo posible, y entre otras cosas, hacer uso...

-del conocimiento derivado del condicionamiento, y, de forma más humana,- del significado del amor, y de su desglose en dimensiones pertinentes a las relaciones interpersonales. Una vez esclarecido esto (nada fácil, imagino), aplicar este conocimiento a la relación con uno mismo.

En todo caso, creo que ayudaría tener presente este dolor ajeno en mente cuando nos volvamos a topar con alguien así. De pronto nos da la paciencia suficiente para enseñar, con el ejemplo, como debe este tratarse a sí mismo.

Hasta aquí.

... juicio debe hacerse...*

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