Hace muchos meses tomé la decisión de dejar de usar el término 4T en mis textos, conversaciones y tuits. Decidí llamar a la administración actual "gobierno obradorista", "gobierno de AMLO" y "gobierno de López Obrador"...
...creo que llamar a AMLO como "López" afianza un estereotipo de clase, a partir del uso que le ha dado la oposición en México. Pero llamar a un gobierno como transformación, a priori, es concederle algo antes de que suceda, o no suceda...
...como periodistas, creo que es es nuestra responsabilidad hacer público nuestro voto y actuar profesionalmente, es decir, que el voto no condicione nuestro trabajo. Si entendemos que este es un gobierno, con aciertos, errores, corruptos, honestos, víctimas y victimarios...
...podremos quitarle ese vaho casi Bíblico que defensores y detractores insisten en darle. El gobierno mexicano no es monolítico, ni antes ni hoy. Hay fracturas internas –cada vez más enconadas y serias–, hay decisiones equivocadas y mezquinas, como siempre hubo...
...hay buenas intenciones y algunos logros, como siempre hubo. Criticar lo que sea criticable hoy no invalida lo que sucedió antes. Callar sobre lo que pasa hoy, tampoco lo hace. Como periodistas, lo he dicho antes, no somos imparciales, pero nos toca ser éticos y rigurosos...
...esto es algo de lo que pienso, dos años después de la victoria de AMLO. Desde mi gremio, creo que toca seguir contando las historias que lo que pasó antes, sin abandonar lo que pasa hoy. Si esto es una transformación, ya se verá, o no, lo que sé es que no lo será por decreto.
