Hilo de una de las historias más graciosas de la historia de España: la Revolución Cantonal. Contexto: 1873, se proclama la I República y se intenta configurar un orden federal, pero algunos intransigentes empiezan a declarar sus ciudades ‘cantones independientes’. Aquí un mapa: 
Comienzan las trifulcas entre gobierno republicano y cantones y a estas se les suman las de los cantones entre sí. Utrera se independiza de Sevilla y Sevilla le declara la guerra. Hasta Jumilla se proclama independiente para “vivir en paz con el resto de pueblos europeos“.
Granada también declara la guerra al de Jaén por sus ‘fronteras nacionales’. Hoy en día el Aeropuerto de Granada se llama Aeropuerto de Granada-Jaén para que los jienenses puedan decir que tienen aeropuerto. El aeropuerto parece la Estación de Autobuses de Tomelloso.
Pero el cantón que de verdad se flipa es el de Cartagena, los putos amos. En 185 días les da tiempo a acuñar moneda propia (el duro cantonés), a bombardear Almería para saquearla y a casi declararle la guerra a Alemania por un conflicto marítimo.
Cuando se proclama la insurrección en Cartagena, los rebeldes buscan una bandera roja, símbolo de la revolución, pero sólo encuentran una de Turquía. Un capitán del ejército español la ve y escribe un telegrama al gobierno de Madrid: “Han ondeado la bandera turca“.
Cartagena terminó siendo asediada por el gobierno español y lanzó su último órdago: una petición formal para anexionarse a Estados Unidos y convertirse en uno estado estadounidense más como California o Wisconsin. Acho, pijo, con dos huevos.
La I República tuvo 4 presidentes en 11 meses, uno de ellos, Estanislao Figueras, dejó una frase célebre: “Señores, voy a serles sincero: estoy hasta los cojones de todos nosotros“. Al día siguiente, sin dimitir, cogió un tren y no se bajó hasta llegar a Francia. Fin.
