Pero su realidad no mejoró, sino empeoró. Aquí el resultado y el -merecido- reclamo.
Gobernar desgasta. Gobernar desde una alta expectativa, desgasta más.
Celebran no tanto por el posible resultado positivo que esto pueda traer, sino porque ven que los opositores están "llorando".
Hablan de mezquindad cuando la lista de errores de este gobierno es infinitamente mayor, en número e impacto negativo, que lo mucho (o poco) que puedan presumir como aciertos.
Esos abrazos del 2018, hoy están siendo transformados en bofetadas, burlas, polarización y falsas acusaciones de clasismo y racismo.
Si no me creen, pregúntenle a esa señora si volvería a votar por Morena e imagínense cuántos mexicanos están pensando igual.
Fin.