HASTA EN LAS MEJORES FAMILIAS
Jesús fue un incomprendido. Ni siquiera en el círculo de su propia familia percibieron el significado de su Misión. Sus familiares creyeron que estaba “fuera de sí”, mientras que los maestros religiosos dijeron que estaba endemoniado.
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Jesús fue un incomprendido. Ni siquiera en el círculo de su propia familia percibieron el significado de su Misión. Sus familiares creyeron que estaba “fuera de sí”, mientras que los maestros religiosos dijeron que estaba endemoniado.
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Si por su familia hubiese sido, Jesús no habría tomado las decisiones que tomó, ni hecho todo lo que el Padre le había pedido. La contradicción existía, y de ella dan cuenta los Evangelios, entre la voluntad de la familia y la de Dios.
Estas dos voluntades eran antagónicas para el caso de Jesús. Él, libre de complejos religiosos y de ataduras culturales, optó por la segunda.
Jesús mantuvo relaciones de respeto y afecto por su familia (Juan 19:26), pero no de sumisión, ni sometimiento, como era la costumbre en la sociedad grecoromana.
No hizo de la familia tradicional la gran causa de su Evangelio. Por el contrario, fue crítico con ella (Mt 10, 34-42; Lu12, 51-53; ) y propuso un nuevo modelo de relaciones familiares basadas en el amor (no en la obligación) y en el respeto mutuo (no en la dependencia económica)
Son estos los valores que ampara el Evangelio, para que la familia sea epicentro de amor reparador (Efesios 5:21-33).
También, en una ocasión fue enfático en decir que las relaciones familiares iban más allá del cerrado circulo de la familia de origen. Para él, donde hay amor, respeto, amistad, cuidado y ternura, allí hay familia.
M 12:46-50
#evangeliodeldia #biblia #espiritualidad #evangelio
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