¿Sabés por qué muchos creen que se acabará la corrupción? Porque ponen su fe en el Estado, en la falsa creencia de que toda solución provendrá del sistema. Es el dios moderno: el Baphonet, la vaca sagrada, ídolo de pies de barro del paraíso terrenal al que inútilmente se aspira.
Aquí está el resultado de 300 años de ideologías, partidos y estados gobernados sin ley natural, apegados al consenso gaseoso que se evapora en cada generación, según humor o sensibilidad social de cada tiempo. No hay columnas, no hay cimientos, no hay referencias; no hay verdad.
A la mala noticia de que todo está mal sobrevendrá otra mala noticia: que el gobierno actual, tras la crisis, debilitado, caerá y dará paso a otros pillos ansiosos por hacer lo mismo. Será el nuevo capítulo de esta ya larga saga de decepciones. ¿Por qué adorás becerros de barro?
Al que entiende el simbolismo que encierra este hilo, porque se preparó, lo vió venir y meditó: ¡ánimo! Esto tiene que suceder, iba a llegar el día en que el hombre se convertiría en el lobo del hombre, porque sin afecto natural no existe otra alternativa que la furia del abismo.
Esto se extiende por el mundo y sobrevendrá una breve pero intensísima dictadura global de la que saldrá, como reacción, el mundo del futuro. Es el dolor de parto del alumbramiento de una era que dará paso a otra, diferente. Esperemos que mejor.
