"Nunca frente a tu muerte nos paramos
a pensar en la muerte."
Jaime Sabines.
Mi madre murió hace un par de años. Tuvo una larga agonía, a la fecha la sigo extrañando y a veces quisiera que me regañara como cuando era niño.
Ya no le duele nada, ni necesita nada de este plano. Ya no sufre. Esto va más allá de creer o no creer en Dios.
Cuándo perdemos a alguien nos embarga la pérdida y el desasosiego. Nos sentimos un poco abandonados por el irremediable hecho de la muerte de ese alguien.
La pérdida de un ser querido a veces nos deja un cierto vacío, al partir algo de nosotros se va con ellos. Pero también algo de ellos se queda con nosotros.
Quizá que en estos momentos sientas que tu vida no será igual y no voy a mentirte.
Déjame que te diga algo:
¿Has pensado en cuál es nuestra principal obligación consciente?
Ser felices, aquellos que nos han amado en verdad siempre quieren eso para nosotros.
Cuando estés de mejor ánimo y menos triste escríbeles una carta y diles todo lo que les tengas que decir, bueno o malo.
Los muertos no se han ido realmente, mientras vivan en nuestra memoria. Sólo entonces los que se han ido mueren.
Per Mexicum.