Thread by @ramiroayala_

EMPRENDER A LOS 19 AÑOS.

Expectativa vs Realidad, contada por un estudiante.

Hace poco más de 4 años, teniendo 19 años, construí este proyecto con un dos socios.

El país estaba en una situación tecnológica en auge, comenzaban a estar de moda las apps de delivery, reserva de mesa online, pedir servicios online, entre otras. Vimos una oportunidad.

La idea consistía en crear un sitio web y una app para que puedas reservar y pagar una cancha de forma online para jugar con tus amigos.
Considerábamos que ese mercado estaba muy informalizado.

Es bastante engorroso tener que llamar a las canchas, preguntar los horarios, pagar en efectivo, arreglar el día, etc. Además, está la famosa “seña” que siempre es un tema con tus amigos a ver quién va a la cancha a pagarla antes del partido.

Nuestra idea: ponías tu dirección, la aplicación buscaba canchas cerca tuyo, elegías el día, horario y tipo de cancha, pagabas y listo… sonaba excelente, no?

Con @iannizotalis veníamos hablando hace un tiempo de emprender algo juntos, así que esta idea nos cerró bastante y arrancamos el proyecto sin entender nada. Lo primero que hicimos fue hacer un listado de todas las canchas de Buenos Aires, para arrancar ahí y después expandirnos.

No entendíamos nada de sitios web ni apps, tampoco teníamos plata para pagarle a un programador, así que necesitábamos un socio que sea emprendedor como nosotros y pueda darnos una mano con esa parte.

Nosotros nos encargaríamos de toda la parte “comercial” y él se encargaría de la parte tecnológica. Pan comido.

Descubrí que la @UCEMA_edu tiene un directorio de CVs de graduados, y te deja filtrar por profesión, carrera que estudió, experiencia, etc.

Busqué un ingeniero informático con espíritu emprendedor y preferentemente un MBA para que también sepa de management. Luego de un par de llamados, finalmente uno de los que contacté accedió a juntarse con nosotros.

Nos tomamos un café con él. Dos estudiantes de primer año de la facultad, casi sin experiencia laboral, contándole de una idea a un ingeniero informático con un MBA y más de 10 años de experiencia en tecnología. La situación era re loca, pero enseguida nos entendimos.

MatchAdvisor iba tomando forma. Ya éramos 3 socios, teníamos una idea “genial” y mucho entusiasmo por desarrollarla.

Arrancamos. Las primeras semanas fueron a puro research, juntar datos, pensar el nombre de la empresa. En ese momento todavía no lo sabíamos, pero le dedicamos muchísimo tiempo a encontrar el nombre “perfecto”.

Después fuimos investigando a distintas agencias de desarrollo web para arrancar el sitio, programadores para la app, algún diseñador para el logo, cómo íbamos a comercializarla, etc.

Armamos una presentación de powerpoint por si había que hacer un pitch para inversores en algún momento, básicamente creíamos que en cuanto sumemos varias canchas a la plataforma y veamos que la idea gustaba, íbamos a salir a buscar financiamiento.

Al cabo de unas semanas, llegó la hora. Encontramos una agencia para hacer el sitio web, nos reunimos con ellos, hicimos el pago (en cuotas porque no teníamos guita ni para pagar el desarrollo de una), y el proyecto ya casi estaba tomando forma.

Queríamos hacer un video comercial con un texto relatado por un locutor, para que quede mejor. Como no teníamos guita, contacté a un locutor y le expliqué todo nuestro proyecto desde cero.

A lo último le pedí por favor que nos cobre barato, teníamos muchas ganas de usar el video para conseguir los primeros clientes y poder empezar a generar dinero. El tipo hacía locuciones para tv y era groso, y se copó y nos cobró $500 por relatar el texto. Un crack.

Gastamos 50 dólares en hacer este video institucional para que en cuanto tengamos la página lo publicitemos por todos lados y empecemos a tener clientes. No me pueden negar que el video quedo excelente, una joyita

Ni siquiera estaba lista la idea, no teníamos canchas que se quieran sumar todavía y ya habíamos invertido en un logo, un video, una página web y un locutor. En ese momento me acuerdo que usamos todos nuestros ahorros para estas 3 cosas.

Arrancaron los problemas.

Nuestro socio tecnológico estaba con mucho laburo, nosotros también trabajábamos de 9 a 18 y nos empezamos a dar cuenta que había que dedicarle más tiempo al proyecto para que funcione.

El entusiasmo inicial del proyecto estaba en declive, sumado a que la facultad lleva mucho tiempo y teníamos que dedicarnos a estudiar también.
Intenté convencer a @iannizotalis de que renunciemos para dedicarnos 100% al proyecto, menos mal que no lo hicimos.

Habían pasado casi 3 meses desde que pagamos el sitio web y todavía no estaba listo, los de la agencia nos decían que dentro de poco iba a estar, pero nos chamuyaron con eso durante mucho tiempo.

Fuimos a Defensa del Consumidor. Les hicimos un reclamo para que nos devuelvan la plata, queríamos usarla para pagarle a otra agencia porque estos no nos iban a dar el sitio listo. Llegamos a un acuerdo y nos dieron lo que tenían hecho del sitio web y el 50% del pago. Nada mal.

Antes de buscar una agencia nueva, nos tomamos un momento de reflexión. Habíamos detectado problemas nuevos que eran bastante graves:

-No había chance de implementar el pago online. Las canchas negrean casi todo y no estaban dispuestas a facturar el servicio de cancha para los clientes, y el pago online requería eso.

-La aplicación era la parte más importante del proyecto y era carísimo desarrollarla, y se nos complicaba testear al negocio con el sitio web solamente

-Ninguno de los tres sabía diseñar ni manejar las redes (es más complicado de lo que parece).

LA ÚLTIMA GRAN (PÉSIMA) IDEA

Último intento. ¿Por qué no sumamos una diseñadora al equipo?

Las canchas se iban a dar cuenta de que les convenía usar nuestra plataforma cuando hagamos un buen marketing y tengamos clientes listos para reservar cancha online.

Publiqué un aviso de empleo en una página y nos contactó una diseñadora que buscaba laburo, nos reunimos con ella y le contamos todo. Cuando le dijimos que no teníamos guita para bancarle un sueldo mensual, cambió la cara. La idea era que se sume como socia, pero no resultó.

El proyecto no prosperó. La idea era original pero la implementación fue pésima, nuestro análisis de mercado fue muy acotado y sesgado a lo que nosotros creíamos, fuimos poco objetivos y gastamos mucha plata en algo que todavía no habíamos testeado ni tenía un solo cliente.

Aprendimos muchas cosas:
-La idea se testea con poco (o nulo) dinero.
-Tu idea puede sonar genial pero si no analizas al mercado en el cual queres operar, quizás te termines dando cuenta que no es tan genial.

-Busca una necesidad. Si encontrás una necesidad existente en la sociedad que puedas resolver de una forma innovadora, arrancás con el pie derecho.
-La idea puede tomar 1 millón de formas distintas, nosotros estábamos totalmente rígidos a lo que teníamos pensado.

Entendimos que no sabíamos un carajo de emprender así que nos capacitamos cuando abandonamos el proyecto. Hicimos un curso completísimo al respecto con una metodología a “bajo costo”.

Conocí mucha gente con muchas perspectivas de los negocios, entendí que emprender es un proceso largo con altibajos y que no necesariamente requiere de plata pero sí requiere de flexibilidad y adaptación, las ideas se pueden moldear hasta llegar a lo “óptimo”.

Si alguno quiere emprender un negocio relacionado a las “multisided platforms” donde conectas proveedores con personas, personas con profesionales, etc. Recomiendo este libro que enseña como funcionan este tipo de plataformas y como escalaron las más conocidas.