Curioso el reduccionismo con el que algunos periodistas y “analistas” manipulan el tema de una posible intervención militar en Venezuela. No se si lo hacen por desconocimiento, por interés político o más bien por temor. 🧵
Pareciera se alegraran cuando algún vocero norteamericano declara sobre las condiciones y dificultades de una acción militar en Venezuela. Más que las preocupaciones naturales que pueden surgir con una acción de este tipo, lucen como angustiados por el destino del régimen.
Salen corriendo a responder con las hipótesis apaciguadoras que, en lugar de hablar de cese de la usurpación, piden que rebajen las sanciones, pues deben reconocerse como regímenes “duros”, como otros en el planeta y que por tanto estas no son efectivas.
Y como no salen con sanciones, utilizan el “paradigma” derrotista de Cuba con 60 años en el poder, pero aún peor, abogan por el cese de las sanciones y hasta se atreven a plantearlo como un dilema ético por el sufrimiento del pueblo.
Les indigna que EEUU incremente su presión a través de sanciones, imputaciones, recompensas, desconocimiento al régimen, bloqueo selectivo al aparato criminal chavista, operaciones antinarcóticos, incautación de millones de $ y captura de testaferros.
Además, se aventuran a decir que a las mafias chavistas les falta poco para cansar a la Casa Blanca pues Trump ya no sabe cómo responderles, y que esto es sólo un juego de resistencia donde gana el que más tiempo dure en el poder, y por tanto es mejor negociar antes que invadir.
Triste papel de estos micro analistas que en la limitada linealidad de sus conclusiones siguen viendo a la política como un juego simple de causas y efectos, cuando en realidad hace rato que el mundo sólo es posible entenderlo desde la dinámica de lo complejo.
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