Por evidentes razones cada vez es más frecuente que los medios se refieran a la #militarización de la seguridad, de la política, de una región o del país, pero tengo la impresión de que se aluden fenómenos distintos con la misma palabra 🧵
En los estudios históricos pasa igual y no siempre se explicitan los sentidos con que se usa este término que en realidad es muy nuevo: apareció en el diccionario en 1917 simplemente para definir “acción y efecto de militarizar”
Los registros de Ngram comprueban que tanto en inglés cuanto en español se trata de una palabra del siglo XX, lo que de ningún modo invalida su uso para fenómenos anteriores pero conviene ser conscientes del anacronismo y de sus posibles acepciones.
En un artículo muy útil, Rabinovich recuperó a Halperin para diferenciar tres formas de #militarización: 1) ascenso social de los militares, 2) exportación del modelo militar a la organización social y estatal en su conjunto ppct.caicyt.gov.ar/index.php/ravi…
y 3) crecimiento o masificación de fuerzas armadas reclutadas y extensión del servicio armado a sectores sociales cada vez más amplios.
Mientras que los primeros dos sentidos se acercan más al “militarismo”, el último se centra en la cuantificación.
Con estas diferencias en mente, son más interesantes los debates historiográficos como el relacionado con la militarización de la monarquía española con los Borbones en el XVIII (acá un buen texto de Eissa-Barroso 👇) revistarelaciones.com/index.php/rela…
en los que se sugiere la militarización como una forma particular de gobernar y no solo la implantación de instrumentos defensivos (sobre todo en América, médula del mentado "reformismo borbónico");
o los debates sobre las políticas de la actualidad como los impulsados por @perezricart que buscan superar la sola medición del gasto militar y se enfocan en el incremento de prácticas y lógicas militares en instituciones civiles y de seguridad interior revistascientificas.udg.mx/index.php/CL/a…
y pues... eso, como los sentidos y las implicaciones de las militarizaciones históricas y actuales me interesan, por acá agradeceré todo lo que tengan que compartir al respecto.
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Hace 199 años 34 señores (dentro de los cuales había 6 españoles europeos y un venezolano) declararon que la "Nación Mexicana" recobraba, luego de 300 años, su soberanía y declaraban entonces la independencia del "Imperio Mexicano", ¿eso importa? Breve 🧵 :
Como todas, esta declaración es tan pretenciosa como simbólica. Al decir, hace: no hace más que decir. Ese 28 de sept no pasó nada más que esa ritualidad, como había ocurrido en Chilpancingo o en Texas en 1813 o en las más de 20 declaraciones hispanoamericanas entre 1810 y 23.
Me parece irrelevante fijar la fecha de la independencia si asumimos que esta no es un evento sino un proceso. Un estado (ya no digamos una nación) no es una entidad biológica: no nace, se va construyendo y transformando colectivamente.
¿Me aguantan un 🧵 sobre esta editorial? creo que veremos muchas opiniones así el próximo año, mejor discutirlas desde ahora: (prometo no pasarme de 20, pa quien le interese)
1.El 1er párrafo sugiere que se hablará de la "historia patria" (mejor que "oficial"): ámbito bien interesante que, conformado por discursos educativos, políticos, historiográficos y estéticos, busca generar un tipo de comunidad a partir de la exaltación de ciertos valores.
2.En la "historia patria" mexicana la Independencia ocupa un lugar privilegiado. Hidalgo y Morelos tienen un papel fundamental como símbolos de valores. Eso es un objeto de discusión en sí mismo: la utilización cívica de hechos y figuras.
Sobre la polémica del "imperialismo académico" o el "colonialismo epistemológico" encuentro 4 causas sobre la mayoritaria ausencia de la historiografía latinoamericana en lo que se publica en EU:
1.Desconocimiento. Si estando acá es difícil enterarse de lo que se publica y discute en México o en Latinoamérica por la pésima y precaria distribución, peor aun fuera.
2.Menosprecio. Incluso si se conoce lo que se publica/discute acá, no se considera interesante para la interlocución académica allá, quizá porque se le juzga deficiente o porque sus referentes son explícitamente localistas o nacionalistas.
El médico y ciudadano José Joaquín de Clararrosa fue en realidad la segunda identidad del vizcaíno Juan Antonio Olavarrieta, nacido en 1763 y alguna vez fraile franciscano. Figura fascinante y de las pocas que en sus andares novelescos se parecen al padre Mier.
Disidente y aventurero, lo mismo fue paniaguado en Guayaquil, periodista en Lima, cura en Michoacán y médico impostor en Portugal. Terminó como liberal exaltado en el Cádiz del Trienio Liberal.
Ahí publicó montón de cosas entre 1820-21. Anticlerical, abogó por la tolerancia religiosa y por la independencia de América (sobre todo de Buenos Aires). Como era de esperarse, fue encarcelado y ahí perdió la salud y salió solo para morir en 1822.
En 1821 circuló en España un suplemento al exitoso folleto "Condiciones y semblanzas de los diputados...", pero solo dedicado a los americanos en las Cortes de Madrid.
Lo publicó Blanca Esther Buldain y de ahí les pongo estas semblanzas "jocoserias" (como decían):
👉🏼Ramos Arizpe
👉🏼 Francisco Fagoaga
👉🏼 el marqués del Apartado
👉🏼 Tomás Murphy
Acá mis 8 modestas recomendaciones para la escritura de artículos académicos (historia), a gentil invitación del respetado David Alegre @ruhm_online :
1. Construir una pregunta o un conjunto de preguntas. No quiere decir que no haya un tema, creo que precisamente el tema puede plantearse en una serie de dudas originales y bien fundadas.
2. Elegidas las preguntas, navegar exhaustivamente en la historiografía para encontrar quién las ha planteado y cómo las ha resuelto. Humildad: si ya están respondidas satisfactoriamente, volver al paso 1. Sin espantarse, una buena pregunta lleva a otras todavía más pertinentes.