La física establece que un sistema se estabiliza cuando logra equilibrio entre todas las fuerzas que en él actúan, y su resultante es la expresión de lo que estas fuerzas pueden obtener. Es decir, la estabilidad es la solución de menor resistencia que un sistema puede alcanzar.🧵
Si vemos la política como un sistema, lo ocurrido esta semana en Venezuela, aunque no puede considerarse en equilibrio, comienza a mostrar cierta estabilidad, o al menos definición, y no es de extrañar, porque es la única expresión posible con las fuerzas disponibles.
Existe un teorema en la matemática que se llama el principio de incompletitud. Dice básicamente que cuando surge una inconsistencia en un sistema, la solución a la inconsistencia está necesariamente fuera del sistema y que esta debe incorporarse para completarlo.
De hecho, el galáctico se dio cuenta de esto muy temprano en su gobierno. En 2007 cuando perdió el referéndum para la reforma constitucional sabía que su sistema revolucionario se hacía inconsistente y debió incorporar a chinos, rusos e iraníes para estabilizarlo.
Siendo Venezuela un sistema es fácil darse cuenta que la solución de menor resistencia es acordar con el régimen unas elecciones. Sin duda, una salida totalmente inconsistente, aunque quieran demostrar lo contrario es una ruta que no soluciona y más bien agudiza la inconsistencia
Plantear por tanto, que no podemos solos es perfectamente lógico, pues hemos llegado al mayor punto de inconsistencia, de allí que la solución se encuentre fuera y deba incorporarse. No hacerlo, es seguir revolviendo todas las piezas sin lograr salida alguna.
Los venezolanos sabemos esto y hemos intentado soluciones externas como los diálogos de Oslo, pero no han sido las correctas, pues resulta que no basta que la solución venga de fuera, sino que tiene que ser adecuada al sistema. Allí, nuestro principal reto.
El tema es que la política es un sistema en extremo complejo y muy sensible a las fuerzas que en él interactúan. Por eso es fácil, a través de narrativas simular soluciones. Por ejemplo, haciendo creer que participar en una elección fraudulenta va a construir una ruta de salida.
Estamos en medio de un conflicto donde la incertidumbre le da ventajas a quien controla el poder. La premisa no puede ser “algo tenemos que hacer” cuando lo más importante es comenzar por entender. A veces por hacer sin entender podemos terminar mucho peor. Ya nos ha ocurrido
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