BOOM: El ministro de Justicia anuncia que la semana que viene empezarán a tramitarse los indultos a los presos del Procés y, enseguida, la reforma de los delitos de Rebelión y Secesión en el Código Penal.
Voy a explicaros por qué el liberalismo no es anti-Estado. El Estado contra cuyas arbitrariedades se rebelaba el liberalismo (de ahí el blindaje de la propiedad privada individual) es el Absolutista. El liberalismo nace de la burguesía para plantar cara a Obispos y Reyes. (Hilo)
El Estado moderno surge de esa impugnación liberal de los poderes dinásticos y religiosos. Y ese Estado es creación del liberalismo porque supera el del Antiguo Régimen para garantizar que los débiles no serán atropellados.
De modo que todo ese rollete paleoliberal que dice ser hijo de la teoría política liberal y que abjura del Estado y de la ley, en realidad no puede ser más contrario al liberalismo, puesto que clama por un regreso de la ley del más fuerte y de las viejas sociedades estamentales.
Cuando hace poco más de un año empezó la deriva de adoración nocturna del dolor y un aislamiento identitario, desempolvé la alegoría de Waco y David Koresh. Recordaba bien el caso, pero no creí que fuera tan exacto. La serie de Netflix invita a un HILO sobre sus enseñanzas.👇
La serie no trasciende el suceso. No reflexiona sobre lo que significa tantos años después. Sencillamente utiliza una ingente cantidad de material inédito para narrar aquellos 51 días del asedio componiendo una crónica detallada.
Vista hoy, escuchando las conversaciones de Koresh con las autoridades, lo que decía de sí mismo y el comportamiento de sus seguidores, creo que elegí bien la alegoría. El proceso de adoración y progresiva paranoia es incuestionable. No merece la pena abundar. Pero hay más.
Ahora que se cumple un año del magnicidio de Pablo Casado, siempre me han llamado la atención las diferencias con el magnicidio de Pedro Sánchez en aquel 1 de octubre del 2016.
Ambos tienen en común que toda la estructura de poder del partido, del PSOE en 2016, del PP en 2022, decidió que el mal menor era matar al líder. Eso sí, los motivos eran contrarios.
El PSOE lo hizo por motivos de estrategia política, un giro ultraconservador: para salvar al régimen del 78, hay que impedir un gobierno de la izquierda y hacer presidente a Rajoy.
Lo cierto es que la polémica en torno a la "exclusiva" a medio cocer de Hersh está siendo muy elocuente respecto a la escaso conocimiento del oficio periodístico, más grave entre quienes llevan años reclamando "periodismo de calidad", claramente sin saber de qué hablaban. Hilo👇
Al margen de los motivos por los que lo de Hersh es impublicable (porque se ha saltado todos los pasos que diferencian un chisme de portera de una información sólida) y que @AntonioMaestre explica bien en esta pieza, hay otros equívocos notables. lamarea.com/2023/02/14/nor…
Uno de los más llamativos es considerar a Hersh un periodista "valiente" comparable con Julian Assange o Edward Snowden. En realidad es lo contrario que ambos. Luego lo explico. Pero además, ni Assange ni Snowden son periodistas ni lo que hicieron es periodismo.
HILO: Algunos sostienen hoy que esto empezó con su independentismo y el vicepodcast escribe que todo es una reacción desencadenada por Su Venida.
Estupendo, pero haré un breve hilo sobre el germen de esto que nos pasa para aquellos que hayan superado los furores de la pubertad.
Tras unos años de funcionamiento más o menos virtuoso y expansivo de la interpretación de los derechos políticos por parte de una judicatura garantista y un Constitucional con magistrados de gran reputación, a partir de mediados de los noventa la cosa empezó a cambiar.
Primero muy tímidamente, con indicios como la Ley de la Patada en la Puerta del PSOE, y luego de forma más intensa. La segunda mitad de los 90 asistimos al que podemos considerar un jalón en el retroceso democrático: el Sumario 18/98 contra el llamado "entorno de ETA".
«Pedro Vallín podría acabar sus días como Cyrano de Bergerac. Este libro está plagado de hallazgos que aumentarán su nómina de enemigos. Lo mejor que se ha escrito sobre lo que ha ocurrido en la política española en los últimos años». (Pablo Iglesias, 'La Base')
«Pedro Vallín utiliza en este ensayo culto y juguetón, valiente y provocador, los arquetipos narrativos del cine para desvelar cuál es la mecánica real de la política española». (Jordi Amat, 'El País')