«Los gorriones son una de las peores plagas, son enemigos de la revolución, se comen nuestras cosechas, mátenlos. Ningún guerrero se retirará hasta erradicarlos, tenemos que perseverar con la tenacidad del revolucionario»
Esto lo dijo Mao Zedong.
En su empeño por catapultar a China hacia una industrialización comunista, lanzó el Gran Salto Adelante para reformar completamente la sociedad agraria de entonces.
Una de las primeras medidas tomadas fue la Campaña de las Cuatro Plagas.
Las cuatro plagas a eliminar eran las ratas, las moscas, los mosquitos y los gorriones. Estaba convencido que los gorriones se comían los granos que estaban siendo cultivados para el pueblo obrero.
Según los cálculos chinos de entonces, cada gorrión comía 4,5 kg de grano al año. Por lo tanto, matando a un millón de gorriones, se podría alimentar a 60 000 personas más.
Aldeas enteras salieron a los campos con tambores para asustar a estas criaturas y no darles descanso.
Destrozaban sus nidos. También eran abatidos en pleno vuelo. Lo que no mataron los perdigones lo mataron los cebos envenenados. Un genocidio ornitológico.
Y si alguien no mataba gorriones era considerado un contrarrevolucionario. Y ya sabemos lo que eso significa.
Un ornitólogo chino, Tso-hsin Cheng, osó a alzar su voz. Se declaró contrario a la campaña de Mao contra los gorriones.
Cheng fue declarado criminal. Le dijeron que «los pájaros son animales públicos del capitalismo» y tuvo que colgarse una placa que decía «reaccionario».
Lo sometieron a un supuesto examen de su formación ornitológica además de ser obligado a barrer los pasillos y limpiar baños. Redujeron su salario al mínimo indispensable. Lo mantuvieron aislado en un establo durante seis meses
y su casa fue registrada por la Guardia Roja (rojita) que confiscó todas sus pertenencias.
Pero resulta que los gorriones no comen solo granos, sino también insectos. De hecho, comen más insectos que cualquier otra cosa.
Con la desaparición de los gorriones, las plagas de langostas y otros insectos asolaron a China, causando la destrucción de miles de plantaciones.
Lo que empezó como un plan para mejorar la producción agrícola, terminó con la Gran Hambruna China.
Exterminar a los gorriones llevó a la muerte por hambre a decenas de millones de chinos. Se estima que gran parte de los 15-45 millones de muertes por la Gran Hambruna, fueron debido a las plagas de langostas.
Muy parecido esto a la pseudociencia soviética del agrónomo Trofim Lysenko que también mató a millones de rusos, pero esto lo dejo para otro hilo.
1/ Se acaba de publicar un estudio de más de 7 años alimentando macacos con maíz transgénico.
¿El resultado? El mismo de siempre: ningún efecto adverso en salud, metabolismo ni sistema inmune.
Entonces… ¿Por qué se siguen haciendo estos estudios?
Voy con #HiloBio🧵
2/ No es por necesidad científica.
Tras 30 años de consumo seguro de OGM, repetir estudios con animales, y en especial primates, no aporta evidencia nueva ni cambia el consenso científico.
3/ Pero hay algo que sí cambia: la presión política y social.
Activismo antitransgénico, desinformación, campañas emocionales, influencers nutricionales que recomiendan todo bio... crean una percepción de riesgo que no se sostiene con datos, con evidencia.
La harina PAN para hacer arepas 🤤 tiene una etiqueta «No GMO», indica que no se utilizó maíz transgénico.
Estas etiquetas son una pésima idea porque:
+Fomentan creencia de que OGM son malos
+Legitiman la mala ciencia
+Perjudica la biotecnología
+Daña la agricultura