Thread by @DaniNovarama

Creo que soy un tipo razonable. He escrito unos 200 hilos, y unas 57.000 personas me leen, y encuentran lo que digo interesante. Y hoy, alguna de esa gente, que cree que soy razonable, se negará a aceptar lo que digo cuando hablo de algo que conozco bien: Catalunya. Dentro hilo.

Y es curioso. Cómo puedo ser razonable hablando de innovación, de covid, o de pensamiento creativo, y en cambio cuando hablo de uno de los temas que conozco mejor, mi tierra, me equivoque, y sea un gilipollas sabihondo? Se puede ser razonable a ratos?

Y dirán: te falta objetividad. Aceptemos eso. Pero entonces... por qué lo que diré hoy no sorprenderá a nadie en Catalunya, ni los que me leen desde fuera de España, que son muchos, y en cambio provocará urticaria específicamente a algunos lectores al Oeste del río Ebro?

Me falta objetividad? Están seguros? Ya dije que no estaba aquí para caer bien, sino para hacer pensar. Y por eso escribo esto. Porque ayer inhabilitaron al President de Catalunya, y es bueno comentarlo. De forma civilizada, pero clara. Porque a fin de cuentas, por eso me leen.

Hoy quiero hablar de cómo evolucionan los sistemas. Y lo haré sin casi hablar de Torra. Les contaré un cuento, evidentemente falso. Y ustedes, que son inteligentes, ya sabrán de qué hablo. Vamos allá: yo conocí una vez un señor muy mandón.

Pasaba la vida diciendo a la gente qué debían hacer. Cómo vestirse. Cómo comportarse. Tuvo un hijo que quería estudiar informática, y dijo que era mala idea. Su hijo encontró una novia, y tampoco le parecía bien. Para este señor, todo lo que no decidía él, estaba mal, siempre.

Mucha gente intentó hablar con él, pero no cedía. Creía que podía dominar la cosa a base de órdenes. Y así se fue enquistando el problema. Y los problemas largos y enrocados, niños, parece que los tienes controlados, que la otra parte no avanza. Pero no es así.

Pasaron los años y su negatividad consiguió que su familia desconectase mentalmente del asunto. Y de repente, un día, todo se fue al carajo, y nadie miró atrás. Y seguramente él se debió quedar con cara de sorpresa: él, que tanto había mandado, de repente no tenía nada.

Hay que vigilar las tendencias negativas sostenidas en el tiempo. Lo hemos visto estos meses, verdad? el coronavirus iba avanzando, a ritmo de un 5 o un 10% de casos nuevos cada día. Y nadie veía la tormenta, pero esa se iba fortaleciendo. Y cuando hubo crecido, era imparable.

Pero cuidado: el coronavirus era una tormenta visible. Cada día crecía, lo decían los números y las tablas. En cambio, otros fenómenos de la vida son igual de inexorables, pero mucho más soterrados. El señor de mi cuento, que es inventado, evidentemente, no veía nada raro…

… y todo parecía controlado pero, de un día para otro, se quedó solo. Este tipo de desenlaces es lo que se llama la precipitación de los acontecimientos. Les doy otro ejemplo, este histórico: la expulsión de España de México. Un día, llegan los borbones a nuestro país.

Como venían de Francia, trataron de imponer de un modelo centralista inspirado en la monarquía francesa. Para ello, necesitaban transferir riqueza de las colonias a la metrópolis. Y los territorios periféricos, herederos de la ilustración y la Revolución Francesa, lo rechazaron.

En pocas décadas, España perdió todo su imperio americano. Y si hablasen con la metrópolis unos años antes, les dirían, como el señor: no vimos el descontento que iba creciendo. Cuidado con la tensión acumulada durante años. Parece invisible, hasta que estalla.

Volvamos a Catalunya. No comentaré el asunto Torra: sería dar importancia a los datos concretos de un día de Covid. O recordar una discusión concreta con ese señor tan mandón. No, miremos la foto móvil. La tendencia. De dónde venimos, y hacia dónde vamos.

Pues bien: venimos de que todos los presidentes de la Generalitat en 100 años, salvo dos, que eran de partidos de ámbito estatal (Montilla y Maragall, del PSOE) han sido fusilados, denunciados por el estado, en la cárcel, o exiliados. Todos. Qué malos eran todos, verdad?

No! Quedan dos, recuerdan? Pero es que los que quedan, del PSOE, avisaron, LOS DOS, que la deriva era peligrosa: Montilla habló de la famosa “desafección de Catalunya hacia España”, y Maragall, lo recuerdo, trató de resolverlo con el Estatut, que España prohibió también.

Y me dirán: es que incumplieron la ley. Y es cierto. Pero no es menos cierto que la ley se adapta y moderniza para acoger colectivos y reducir tensiones. Y no adaptarla eterniza problemas. Problemas que, o se afrontan, o un mal día por sorpresa todo salta por los aires.

Porque también metieron negros en la cárcel por violar la ley. Y sufragistas. Y sindicalistas. Y gays. Luego entendieron que reinventar la sociedad era mejor idea. Como he dicho mil veces, las naciones rara vez progresan ordenadamente: progresan integrando revoluciones que les…

… enseñan cómo debe ser el futuro. O es que Mandela no ponía bombas? O es que los de la Revolución Francesa eran pacíficos? O es que los anarquistas eran angelitos? Es la integración de los colectivos discrepantes lo que nos hace avanzar, no el inmovilismo!

Y cuidado con la ley, porque una ley aplicada con excesos o selectivamente corre el riesgo de parecer no justa. Y entonces no es ley: se llama discriminación, y opresión. Cliquen los links:
rtve.es/noticias/20200…
lavanguardia.com/politica/20180…

Los líderes, en cambio, integran hábilmente a los discrepantes para escribir el futuro. Ahora que soy mayor, a veces recuerdo ese cuento, el del señor mandón. Seguro que era un tipo brillante. Pero en su soberbia no supo ver cuándo había que dejar de imponerse y escuchar.

Pienso en ello, mirando a dos enanas que ya duermen: en no decirles qué tienen que ser, en no querer tener razón en todo. Más bien, juntos, en pensar cómo vamos a ser o vivir. Porque la convivencia no es que tú hagas lo que yo digo: es saber encontrar puntos medios razonables.

Es una pena que el señor del cuento no viese eso en su día, habría sido interesante. Pero se obsesionó con que mandando impondría su modelo. Y imponiéndolo, se cargó la familia. Del mismo modo, España nunca creyó que hubiese que hablar con “las colonias”. Y así acabó.

Pregúntense por qué en América Latina se usa el término “latino” como signo de orgullo, y el término “hispano” está en retroceso. Por qué se tumban estatuas de Colón. Por qué la mayor calle de México DF es la Avenida Insurgentes, y la de Buenos Aires la Avenida del Libertador.

Y sé que esta afirmación escuece, pero hace demasiadas décadas que se ignora lo que se dice desde Catalunya. Y no me refiero a la independencia, este debate es mucho más profundo. La independencia es la tos que surge de una gripe. Yo lo que quiero es hablar de la gripe en sí.

De que España es un país centralista que se niega a admitirlo, heredero de un modelo borbónico radial. Un ejemplo: es normal que Catalunya haga una ley de pobreza energética y el gobierno la prohíba? cronicaglobal.elespanol.com/politica/el-tr…

Es normal que Catalunya prohíba los toros y Madrid los declare “cultura nacional” y prohíba prohibirlos? Es normal que un ministro diga “hay que españolizar a los niños catalanes” y el país aplauda? Porque en los USA un estado tiene Pena de Muerte y otro no, y no les va mal.

Miren las redes de transporte. La ubicación de los ministerios. Las sedes de empresas. La presencia de culturas periféricas en los medios. España es un satélite de Madrid, y vamos a peor. Y no lo digo yo, catalán. Lean, por favor, lo que no quieren leer:
abc.es/espana/comunid…

España está repitiendo los errores que ya cometió en América: blindar la definición de qué es ser español, e imponer un modelo que radia desde el centro. Vuelvo a los USA: su capital es la ciudad número veinte en población de todo el país. Eso aquí es impensable!

Podría existir otro país mejor. Uno que empiece mirándose al espejo, críticamente, y diga: vale, cómo hacemos convivir colectivos muy diferentes entre sí, respetando a cada cual, pero compartiendo elementos comunes? Cómo es una España realmente descentralizada?

O pueden hacer como el señor del cuento, o como la España en el siglo XVIII, y decir “Ni caso: aquí mando yo. Además, tengo la fuerza”. Pero recuerden: los problemas que negamos, no desaparecen. El tiempo pasa, y la generación de la Transición va desapareciendo.

Es sustituida por gente con otros valores. Gente que no entiende que una niña de 14 años vaya a ser “reina” por herencia. Gente que, en Catalunya, cada vez siente menos España. Gente que ya no siente el “el espíritu de la transición”: eso son batallitas del abuelo. Gente que ve…

…un país con unas tasas de paro juvenil brutales, dominado por la bronca, y que se niega a hacer reformas en profundidad. Y dirán “pero no sois mayoría”, y ese será su grandísimo error: el mismo error de no entender que un virus va creciendo poco a poco, hasta que es imparable.

Pero hoy duerman tranquilos. Torra está inhabilitado, Catalunya nunca se irá. No hace falta hacer reformas. México siempre será español. Y el virus casi no avanza, un 10% al día no es nada. Felipe: el trono no peligra. Y los señores mandones aún tienen familia.

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