Mucha gente sabe que los primeros colonos de Australia eran presos. Lo que no conoce tanta gente es que, en realidad, los primeros europeos que habitaron la costa australiana no fueron ésos, sino otros que fueron llevados allí específicamente para morir.
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Es de dominio público que Australia es un lugar duro. Sí, qué bonitos los canguros, pero hay cocodrilos que aparecen de pronto para matarte, toda clase de serpientes venenosas, y hasta los ornitorrincos tienen un espolón venenoso. Incluso los canguros pueden liquidarte a patadas.
A pesar de esta agresividad natural, la gente se ha empeñado en vivir en Australia. Nosotros en este hilo vamos a hablar sólo de gente europea (o sea, blanca). Los aborígenes que habitaban allí antes que ellos llegaron hace 40.000 años en una migración todavía llena de enigmas
De hecho, uno de los mayores interrogantes es que los pueblos que protagonizapron esta gesta, pese a que debían dominar la navegación, perdieron buena parte de esos conocimientos y los olvidaron durante siglos. ¿Por qué? Como muchos misterios de Australia, quizá nunca lo sepamos
Oficialmente, Australia fue descubierta (para Europa) por el barco del británico James Cook. Sin embargo, la cosa no está tan clara. Existen sospechas más que fundadas que fueron españoles los primeros que avistaron el continente oceánico: abc.es/historia/abci-…
Por otra parte, los primeros colonizadores comentaban que se cruzaron con barcos franceses que, muy caballerosos, aceptaron deportivamente su derrota por llegar segundos (en aquella época, las cosas se tomaban de otra manera).
También -milagros del extraño continente australiano-, había ocasiones en que los ingleses encontraron indígenas que chapurreaban el idioma francés, indicando que alguien más había estado allí. ¿Quién? Como os he dicho, Australia es fuente de misterios inextricables.
El escritor Bill Bryson tenía una perspectiva muy curiosa sobre la hipotética posibilidad de que Australia hubiera sido francesa. Más allá de los cambios de idiomas, costumbres o alianzas, lo que le llamó la atención es que se habrían ahorrado 200 años de comida británica.
En aquella época, te podían ahorcar por 200 delitos, entre otros, “hacerse pasar por egipcio”. En contraste, la deportación a Australia sólo duraba 7 años, pero como casi ninguno podía pagarse el pasaje de vuelta, en la práctica equivalía a un destierro eterno.
Al final la prisión era una forma de control social; de hecho, muchos presos eran rebeldes irlandeses contra el dominio británico. No se sabe cuántos viajaron en aquella primera deportación a Australia. Se estima que iban unos 1000; 700 serían prisioneros, de entre 9 y 82 años
La colonización no se hizo tampoco con muchas luces. El lugar que se eligió para los primeros asentamientos era un destino que a James Cook le pareció fértil y próspero. Llegó en la estación húmeda, y observó una cubierta vegetal prometedora.
Cuando arribaron los colonos (17 años después, sin nadie que hubiera realizado una exploración más profunda) se encontraron con una zona pantanosa donde apenas había forma de sobrevivir.
Al escaso estudio sobre el terreno, se unió la falta de preparación de los colonos. En ningún momento se seleccionó a los presos por sus habilidades manuales, con lo cual, resultó que muy pocos tenían las capacidades necesarias para contribuir al bien común de la colonia.
De los 700 presos, sólo uno sabía pescar, y sólo 5 tenían experiencia en la construcción. Nadie sabía de plantas, ni reconocer las venenosas ni desde luego cómo cultivarlas. No tenían idea de cómo manufacturar ningún producto, así que sus ropas y calzado estaban hechos jirones.
Encima, cada preso decidió optar por su propia supervivencia, no sólo de manera egoísta, sino a veces totalmente inepta. Apareció un típico cuñado diciendo que lo sabía todo sobre tintes, al que le dejaron meses experimentando hasta que se dieron cuenta de que no tenía ni idea.
Un grupo de desaprensivos les vendió a unos incautos un mapa que mostraba cómo llegar desde Australia a China. Un grupo de 60 intentaron una huida que, en su cabeza, resultaba espectacular. Como os imagináis, a quienes lo intentaron nunca se les volvió a ver
Como consecuencia, los padecimientos fueron terribles. La comida escaseaba, tenían problemas con los nativos, desde Inglaterra nunca llegaron las ayudas prometidas… Tanto tripulación como presos eran ahora prisioneros. Hasta, en una ocasión, se les escaparon las vacas.
A lo mejor Australia, la tierra de los mamíferos venenosos, les estaba mandando un mensaje.
Recuerda a esa historia que comenté en su día sobre unos pobres a los que estafaron para vivir en medio de la jungla en Centroamérica. La diferencia es que a éstos les habían engañado, mientras que los que fueron a Australia nunca tuvieron ninguna opción:
Aun así, los colonos hicieron acopio de una increíble resiliencia y sobrevivieron, creando las primeras ciudades. Uno de los efectos secundarios de que los primeros habitantes fueran presos es que en las biografías de los grandes hombres de Australia puedes hallar cosas curiosas
“Fundó X ciudad, construyó tal puente; ah, por cierto, fue a Australia porque se cargó a su esposa”.
Al menos, a estos deportados les fue mejor que a los primeros occidentales que tocaron tierra en Australia para quedarse allí de manera indefinida: porque ellos fueron abandonados directamente para morir.
Para conocer esta historia, debemos hablar del hundimiento del Batavia. Se ha contado muchas veces en algunos artículos muy buenos, así que no voy a entrar en profundidad. Sólo os haré un sucinto resumen: lasoga.org/hundimiento-de…
El Batavia era un barco holandés que se desvió de su rumbo y embarrancó en un archipiélago cercano a la costa australiana. Náufragos en unas islas sin apenas comida ni agua potable, un grupo al mando de la máxima autoridad al cargo partió en un bote para buscar ayuda.
El problema es que, entre los que se quedaron, un fanático religioso llamado Cornelisz tomó el liderazgo. Instauró una política del terror en la que mató a muchos, maltrató a la mayoría, y hasta tomó esclavas sexuales para sí mismo.
Un grupo de rebeldes se levantaron contra esta aberrante forma de gobierno y estalló un conflicto digno de “El señor de las moscas”. La fortuna quiso que, en mitad de la lucha, apareciera milagrosamente el barco de rescate. Digo milagrosamente porque pocos creían que iba a volver
Los recién llegados a aquella isla de los horrores dudaron sobre por quién tomar partido, pero cuando se enteraron que Cornelisz había sido el causante de 110 muertes, actuaron. Cornelisz fue ahorcado junto con varios de sus seguidores, a algunos allí mismo y otros en Inglaterra
En tierra de nadie (literalmente) quedaron 2 personas. Una a quien Cornelisz había dejado al mando en su campamento, aunque intentó frenar ciertos excesos. El segundo era un partidario de Cornelisz caracterizado por su avidez de sangre; sin embargo, era sólo un adolescente
Como había motivos para condenarles y para perdonarles, optaron por la calle del medio: les dejarían abandonados en la costa del cercano continente australiano. Y que Dios decidiera si debían sobrevivir.
Fueron los primeros occidentales que pusieron el pie en la zona continental de Australia para habitarla. No sabemos qué fue de ellos. Nunca se han encontrado sus cuerpos. Probablemente murieron allí (de hecho, ése era el destino que les deseaban), pero no ha habido confirmación
En las islas donde naufragó el Batavia sí que se han encontrado restos arqueológicos de los sangrientos sucesos que tuvieron lugar. Un triste reflejo de la barbarie a la que puede llegar el ser humano cuando las circunstancias se lo permiten: abc.es/cultura/201502…
Lo curioso es que, hoy en día en Australia, la gente practica buceo, surf y otras actividades sin imaginarse los inmensos sufrimientos que padecieron los primeros moradores, a veces para hacerlo posible. Recordadlo la próxima vez que disfrutéis de unas vacaciones en la costa
Y éste ha sido el hilo. Si os gusta, retuiteadlo, favoreced a algún humilde tuit, seguidme a mí o a mi blog (), o ligaros a un/una surfista australian@emilio-tejera.blogspot.com
Si queréis leer más #HilosdeHistoria escritos por mí, podéis consultarlos en este enlace:
Aparte de las fuentes que he ido mencionando, también he empleado otras de libre uso y, en especial, “En las antípodas”, un divertido libro de Bill Bryson sobre Australia que ya comenté aquí: emilio-tejera.blogspot.com/2021/01/los-li…
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No me gusta el modelo Instagram: la fotografía perfecta, la vida ideal… Ni siquiera tomo muchas fotografías durante mis viajes. Pero hay un lugar donde el aspecto “instagrameable” y la llegada del turismo les ha hecho un gran favor.
Bienvenidos a EL PUEBLO DE COLOR. Dentro 🧵
En un hilo anterior os hablé de Indonesia. Es un país estupendo para hacer turismo, lo cual no quita que sea un país en desarrollo, lleno de desigualdades, y con muchísima gente muy pobre.
La ciudad de Malang, situada en el corazón de la isla de Java, no es una excepción. De hecho, Malang, en el idioma local, significa “pobre” (o eso me dijo mi guía; ya sabéis, no fieis de todo lo que os cuentan por ahí).
Hoy voy a contar cómo una técnica milenaria demostró su superioridad sobre otra moderna y nos enseñó cómo, en medio del paraíso, a veces lo más antiguo y modesto (por mucho que les extrañe a algunos) es mucho mejor.
Hoy toca una de arroz, o EL AUTÉNTICO TESORO DE BALI. Dentro🧵
Bali se ha convertido en sinónimo de playas perfectas, de fotografías ideales de Instagramers, de belleza y de lujo, de fiesta sin fin. Parece que allí la vida es perfecta, entre otras cosas porque es un paraíso construido ex profeso para eso, ocultando el resto de la realidad
Es un lugar que, en muchos sentidos, muere de éxito (luego explicaremos eso): hay gente que ha ido a Bali y casi no conoce nada acerca de Indonesia, un país con mucho más que ofrecer a nivel humano y turístico.
Hoy os voy a contar una historia donde, como en la guerra de Troya, los mitos tienen algo de real, y las explicaciones biológicas subyacen por debajo de referencias religiosas y culturales.
Bienvenidos al misterioso caso de UN GUSANO ASQUEROSO y el símbolo de la medicina: el 🧵
Partamos de un hecho: a pesar de que el cristianismo nos ha vendido que las serpientes son malas (por eso del pecado original, la tentación de Eva y demás), para el resto de las culturas no tienen tan mala sombra.
En verdad, el símbolo de la serpiente (o a veces su equivalente mitológico, como el dragón) puedes hallarlo en relieves y esculturas en toda clase de edificios a lo largo de diversos continentes y eras, desde los templos de Kukulkán en México hasta en la India y Extremo Oriente
En Islandia hay una tumba cuya lápida está elevada decenas de metros encima del cuerpo que aloja.
Esto se debe a algo que, de golpe, estuvo a punto de cargarse una isla y la economía del país. Pero que creó un beneficio.
Con vosotros, EL VOLCÁN QUE SURGIÓ DE LA IGLESIA. Dentro🧵
Hoy, nos vamos a un archipiélago situado al sudoeste de Islandia y que tiene el poco original nombre de islas Vestmann (o sea, Islas del Oeste: los islandeses no son muy originales poniendo nombres).
A pesar de algunas bellezas naturales como la Roca Elefante, la isla sólo fue conocida hasta hace poco por ser un refugio para protegerse de los piratas.
Que hoy es una isla turística, y hasta con centro de rescate para frailecillos y ballenas beluga, pero en su día no era mucho
Todos tenemos una acción de la que nos arrepentimos y por la que deseamos volver al pasado para corregirla.
Este hombre (claro) no pudo. Pero se halló en la situación más similar posible.
Para salvar a María Antonieta.
Hoy, EL HOMBRE QUE VOLVIÓ AL PASADO A SALVAR A SU AMOR. El 🧵
Voy a presentaros al protagonista en cuestión.
Se llamaba Hans Axel de Fersen, era un maromaco y aristócrata sueco que se fue a vivir a Francia, donde allí conoció a María Antonieta.
Y la leyenda dice, por supuesto, que se hicieron amantes.
Digo leyenda porque hay mucha discusión sobre este asunto. Sobre todo porque posteriores custodios de diarios y gente implicada hicieron todo lo posible para no se supiera, o que nunca hubiera seguridad sobre si habían mantenido relaciones íntimas o el amor era sólo platónico
Hoy os voy a contar un relato que implica catástrofes, inundaciones, leyendas… y, sobre todo, la increíble capacidad del ser humano para conservar los hechos pasados a través de la narrativa.
Bienvenidos a LA HISTORIA MÁS ANTIGUA JAMÁS CONTADA.
Todo relato tiene un punto de partida y, como hay que ponerlo en alguna parte, nosotros vamos a situarlo en la cultura de los aborígenes australianos. Es decir, los primeros habitantes de Australia, aunque al pensarlo solamos tener en la cabeza a otros:
Aunque aún no sabemos exactamente cómo fue la migración que llevó a éstos a establecerse en Australia, hace entre 120.000 y 40.000 años (se duda de si vinieron de África o Asia), hay una cosa segura: durante muchíiisimo tiempo, estuvieron solos, y cultivaron sus propios mitos.