Thread by @ichingiking

¿Las vacunas pueden impedir un "contagio"?

La respuesta está clara. ¡No! Al contrario, los datos históricos prueban que la vacuna es en muchos casos la que puede provocar la aparición de la enfermedad.

A continuación mostraré algunos ejemplos.

Dado que la primera vacunación que se conoce fue contra la viruela, éstos son también los informes más antiguos sobre errores, que empezaron con Edward Jenner:

- A principios del siglo XIX aparecen continuamente casos de viruela en personas que ya estaban vacunadas.

- En 1828 hubo una epidemia en Marsella con 40.000 casos de viruela, de los cuales 3.000 estaban vacunados.

- En 1865 un informe de la "Académie de Médicine" francesa descubre que en las 10 áreas donde menos se vacunaba a la gente, hubo 16 víctimas mortales; en cambio en las 10 con mayor número de vacunados hubo 106 muertos.

- El Dr. Oidtmann, médico general de la Armada de Prusia anuncia en un informe oficial, que en Dueren, en los años 1868, 1869 y 1870 sólo enfermaron de viruela personas vacunadas. En una familia de 6 miembros, 4 vacunados y 2 no vacunados, sólo se salvaron los 2 no vacunados.

- En un informe oficial se refleja que en 1868 aparecieron víctimas mortales de viruela en el 1er. regimiento de fusileros franceses después la vacunación. En cambio en el 2º regimiento, en el que no se vacunaron, no hubo muertos.

- De la epidemia de viruela de Colonia (1870-73) podemos reconstruir gracias a las informaciones oficiales, que ya hizo estragos entre los vacunados durante algunas semanas, antes de que fuera contagiado el primer no vacunado. Fue el enfermo número 174.

En todas las familias enfermaron primero los vacunados. Sufrían los peores síntomas y morían antes.

- Cuando en 1905 Filipinas fue ocupada por los norteamericanos, la mortalidad de la viruela (% de muertos entre los enfermos) era de un 10%, por lo que se decidió comenzar enseguida con una campaña de vacunación.

En 1906 se produjo una epidemia con una mortalidad del 25%.

Los americanos intensificaron la vacunación, hasta llegar en 1918 a unas 15 millones de vacunas, para el 95% de la población. Sin embargo (¿o precisamente por ello?) el país sufrió una de las epidemias de viruela más graves que haya vivido jamás. La mortalidad subió al 54%.

La gran mortalidad en Manila (63,3%) nos indica que las vacunas están relacionadas con este porcentaje, allí casi todos los habitantes fueron vacunados, mientras la mortalidad más baja (11,4%) fue en la isla de Mindanao, cuya población no se dejó vacunar por motivos religiosos.

- Hasta 1871 fueron vacunados en Leicester (Inglaterra) un 95% de los bebés, como medida de prevención ante una epidemia. El gran número de enfermos y muertos mostró con claridad la inutilidad de las vacunas.

Acto seguido, las vacunas fueron abandonadas por las autoridades y en vez de ello se tomaron medidas de higiene. LA VIRUELA DESAPARECIÓ de Leicester antes que en otras regiones (desde 1879 hasta 1889 no hubo ni una sola víctima mortal por año).

- La estadística británica entre 1872 y 1962 muestra con claridad que, cuanto menos se vacunaba aparecían menos casos de viruela. En 1964 sólo fueron vacunados contra la viruela un tercio de los niños, lo que trajo consigo que se produjeran entre ellos 86 muertes en 25 años

En cambio, entre los no vacunados (2/3 del total) sólo murieron 4 personas. Así pues, la vacunación aumento la mortalidad 43 veces; y así informó el Ministerio de Salud británico al Parlamento el 12 de febrero de 1964.

En los años 1953-61 el riesgo para los vacunados fue 316 veces mayor que en los no vacunados, tal y como podemos deducir de las estadísticas del Ministerio de Sanidad.

Resulta interesante que el engaño de la vacunación contra la viruela haya perdurado hasta nuestros días...

... a pesar de que todos los factores siempre volvían a demostrar lo contrario y muchos médicos siempre lo estaba advirtiendo.

Algo parecido a lo que ocurre en los actuales tiempos de plandemia.

El Dr. Gregory, que fue durante 50 años el director de la institución de vacunación de Londres, concluyó que la idea de acabar con la viruela mediante la vacuna era una alucinación y que los vacunados estaban más predispuestos a contraer la enfermedad que los no vacunados.

Durante la epidemia de viruela de 1870, el profesor Tardieus dijo ante la Academia de Medicina en París: "¿De qué nos sirve insistir continuamente en que las vacunas son un remedio seguro? La cantidad de casos mortales, que aumentan cada semana, demuestra lo contrario."

Incluso la OMS no pudo menos que cambiar de estrategia después de 180 años de desastres en las vacunas, afirmando que "se demostró que la viruela también puede propagarse en poblaciones vacunadas." Acto seguido se reemplazó la vacunacion masiva en el Tercer Mundo por un control

y un tratamiento específico, consiguiendo con ello un gran éxito: en 1977 la OMS presentó al mundo con orgullo el "último enfermo de viruela": un cocinero de 23 años somalí. Se ocultó que se trataba de una forma leve de viruela. Tampoco se dijo que fue vacunado antes de enfermar.

Los daños causados por las vacunas tienen la misma edad que las excusas de los amigos de las vacunas: cuando algo salía mal, la culpa era de una vacuna "en malas condiciones". Las vacunas están "mejorando" desde hace décadas, sin que mejore la situación, según las estadísticas.

Esto recuerda a la resaca, después de pasar toda la noche bebiendo, donde también la "última cerveza tenía que estar mala".

Otro engaño muy usual de los amigos de las vacunas consiste en echarles la culpa a los no vacunados en caso de una epidemia; y acto seguido, cuando la enfermedad retrocede, decir que es gracias a las personas vacunadas...

Si en 1801 había un vacunado por cada 1.000 no vacunados, en 1802 ya eran dos. Por lo tanto, también el 0,2% de los enfermos fueron vacunados. ¡Y éstos al parecer redujeron la mortalidad en el restante 99,8% a la mitad! Un insulto a la inteligencia más elemental.

Y así todo.

Bibliografía:

"Impfen, das Geschäft mit der Angst"(Vacunas, el negocio del miedo), Dr. Gerhard Buchwald, 1997.

"Sind Impfungen sinvoll? (¿Tienen algún sentido las vacunas?), Joachim-F. Grätz, 1994.

"Imprschutz, Irrtum oder Lüge?" (La protección de la vacuna: ¿una equivocación o una mentira?), "Impfungen, der unglaubliche Irrtum (Vacunas, el increíble error), Simone Delarue, 1993 y 1990.

"Impfungen - der Großangriff auf Gehirn und Seele" (Vacunas - el gran ataque al cerebro y a la mente), Harris L. Coulter, 1993.

"Mentiras Lucrativas", Juan Jürgenson, 2002.

Leí este libro en 2017.

Imposible comprarlo en ninguna librería. No me lo podían pedir.

Tampoco lo encontré disponible en internet por su título o nombre del autor.

Se me ocurrió buscarlo por el ISBN y lo encontré en una librería de Santa Cruz de Tenerife y me lo enviaron.