En la historia de la ciencia, el nombre de algunos investigadores se ha eclipsado por su creación. Como Hans Geiger, cuyo contador de radiactividad es tan popular que parece una marca registrada. Sin embargo, la biografía de Geiger bien merece un HILO.
Johannes Wilhelm Geiger nació en 1882 en la localidad alemana de Neustadt an der Weinstrasse. En Erlangen comenzó a estudiar matemáticas y física en 1902. En 1906, tras doctorarse, se trasladó a Inglaterra, para proseguir sus estudios en el Instituto de Física de Manchester.
En 1907 llegó Ernest Rutheford (izquierda) al Instituto. El científico neozelandés, Premio Nobel de Química en 1908 y uno de los precursores la radiactividad, ofreció trabajar como asistente al aventajado estudiante alemán, que le sugirió incorporar a Ernest Marsden (derecha).
Rutherford diseñó un experimento que desarrollaron sus dos estudiantes y que ha pasado a la historia con el nombre de Rutherford-Geiger-Marsden: enviar un rayo de partículas alfa (núcleos de helio) contra una lámina de oro de 0,0004 mm rodeada por una pantalla de sulfuro de zinc.
Las partículas alfa colisionaban contra los átomos de la lámina de oro, veían alterada su trayectoria y chocaban con la pared de estaño. El experimento demostró que el átomo estaba formado por un núcleo compacto con una alta densidad de carga rodeado de una nube de electrones.
Geiger comenzó a trabajar en la medición de la radiación alfa. Hasta ese momento, se utilizaba la observación directa usando radón-222 como fuente de partículas que se dirigían a través de un tubo de vacío hacia una lámina que causaba su dispersión, observable forma de destellos.
Era un método fatigoso para los ojos. El propio Rutherford escribió en 1908: «Geiger es un diablo en la tarea de contar destellos, y podría estar haciéndolo una noche entera sin que eso afectara a su precisión. Yo me puse a maldecir y me retiré después de dos minutos».
La búsqueda de un sistema más fiable llevó a Geiger a desarrollar su primer contador que ayudó a identificar la partícula alfa como núcleo del átomo de helio. Rutherford y Geiger descubrieron así el núcleo del átomo en 1911, que ocupa un volumen muy reducido en su centro.
Consistía en un cilindro de metal que actuaba como cátodo, conteniendo un gas neutro atravesado por un cable como ánodo. Tras producir un intenso campo eléctrico entre el ánodo y el cátodo, las partículas alfa entraban en el tubo a través de una pequeña ventana de mica.
Las partículas alfa colisionaban con el gas, produciendo iones que colisionaban con otras moléculas produciendo más iones. Cada cascada de iones producida por una partícula alfa descargaba parcialmente el cilindro, produciendo un pulso de voltaje que permitía su medición.
En 1912 el resultado de su experimento apareció publicado por primera vez en un artículo de la Academia de Ciencias de Viena; ese mismo año, Geiger dejaría Manchester para aceptar un puesto en el Instituto Físico-Técnico Alemán, en Berlín.
Al estallar la I Guerra Mundial en 1914, Geiger dejó los laboratorios para alistarse en el ejército como oficial de artillería. Durante varios años en las trincheras, el frío y la humedad se cebaron con su salud, causándole un reumatismo crónico que acabaría acortándole la vida.
De vuelta de la guerra, Hans Geiger puso en marcha el laboratorio de radiactividad de Berlín, aceptó la oferta de director de Físicas Experimentales en la Universidad de Kiel, atraído por la independencia que del cargo y por ser su puerta de entrada en el mundo de la docencia.
El nuevo medidor de radiactividad creado por Hans Geiger (a) en 1928 fue conocido como contador Geiger-Müller, por la colaboración con Walther Müller (b), el primer estudiante de doctorado de Geiger. Era más pequeño que el modelo anterior y capaz de detectar alfa, beta y gamma.
El contador Geiger-Müller consistía en un cilindro de metal lleno de gas a baja presión (argón o helio) con una ventana de plástico o cerámica en un extremo. En el centro del tubo, un delgado cable de metal conectado a una fuente eléctrica que originaba un campo eléctrico.
Cuando la radiación entraba en el tubo, las moléculas de gas se dividían en iones y electrones, de carga negativa, atraídos por la carga positiva del cable, chocando en su trayectoria con más moléculas de gas y produciendo nuevas ionizaciones, que daban lugar a más electrones.
El resultado era un pulso eléctrico que podía medirse con un contador, o escucharse con un sonido de chisporroteo si se conectaba un altavoz. Una vez efectuada la medida, los iones y electrones se absorbían por el gas del tubo y el contador quedaba listo para una nueva medición.
La ventaja del nuevo contador era su facilidad de uso y su portabilidad, que permitía utilizarlo fuera del laboratorio, además de su capacidad para registrar cantidades mínimas de radiación.
La investigación sobre los rayos cósmicos la había iniciado en la Universidad de Tübingen, donde aceptó un puesto en 1929, y en 1936 se trasladaría a la Universidad Técnica de Berlín, donde añadiría a este campo de trabajo la radiactividad artificial y la fisión nuclear.
En 1929 la Real Sociedad de Londres le otorgó la Medalla Hughes “por su invención y desarrollo de métodos de conteo y partículas alfa y beta”, y en 1937, el Instituto de Física de Londres le concedió la Medalla Duddell.
Geiger no participó en la II Guerra Mundial por su maltrecha salud, aunque formó parte del Club de Uranio, el grupo de científicos trató de desarrollar la bomba atómica para Hitler. En una reunión dijo: «si existe la más mínima posibilidad de conseguirlo, hay que hacerlo».
Mientras muchos compatriotas emigraban de Alemania para continuar con investigación, Geiger permaneció en su país durante toda la guerra. A partir de cierto momento, la causa nazi y sus líneas de investigación científica estaban igualmente condenadas.
El reumatismo contraído en la I Guerra Mundial se le agudizó cuando finalizaba la segunda, postrándole en la cama en Babelsberg hasta la ocupación de ejército ruso en 1945, forzándole a trasladarse a Potsdam, donde murió tres meses después, el 25 de septiembre, a los 62 años.
La contribución de Geiger a la ciencia nuclear es inapelable, desarrollando un aparato para localizar y medir una energía invisible que genera miedo y desconfianza. La brillantez de este logro queda asociada a su nombre y contribuye a difuminar los momentos oscuros.
REFERENCIA
📖 Fernández de Bobadilla, F. (2017). Hans Geiger: el latido del átomo. Revista ALFA, 35. csn.es/documents/1018…
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Sabéis que os suelo pedir pocas cosas, pero esta vez es muy importante. Por favor, ayudadme a que esta publicación con el vídeo de mis compañeros de Almaraz tenga la máxima difusión posible. Gracias.
La carga fiscal soportada por el parque nuclear español se ha incrementado en más de un 70% en los últimos 5 años, un PROBLEMA ARTIFICIAL creado por el Gobierno para hacer inviables las centrales nucleares y forzar su cierre.
Los datos de un informe de @PwC_Spain en un HILO.
Estructura de costes del parque nuclear español entre 2025 y 2035 en €/MWh producido y expectativas del precio mayorista de la electricidad en el mismo periodo.
El impuesto sobre la producción de combustible nuclear gastado y las Ecotasas de las comunidades autónomas son redundantes con la Tasa Enresa y puramente recaudatorias, no tienen contrapartidas de la administración, ni se destinan a actividades relacionadas con el parque nuclear.
Tras la emisión del tendencioso programa de televisión @anatomia_tv de @laSextaTV sobre el incidente de Vandellós I en 1989, considero necesario aclarar en un HILO algunas afirmaciones carentes del rigor y la veracidad que cabría esperar en profesionales del periodismo.
INTRODUCCIÓN
La central nuclear de Vandellós I está situada en el municipio de L’Hospitalet de l’Infant, en la provincia de Tarragona. Inició la operación comercial en 1972 y fue la tercera en conseguirlo en España, después de José Cabrera (1969) y Santa María de Garoña (1970).
El diseño de esta central era único en España. Disponía de un reactor de tipo uranio natural-grafito refrigerado por gas (CO₂) y con una potencia de 480 MWe. Su tecnología era francesa y la operaba la compañía Hispano-Francesa de Energía Nuclear, Sociedad Anónima (Hifrensa).
Llamado a ser un vector energético esencial para descarbonizar diversos sectores, el 95% del hidrógeno se obtiene actualmente mediante combustibles fósiles. ¿Qué ventajas tendría producirlo en las centrales nucleares españolas? Lo explico en un HILO.
Este hilo es un breve resumen del trabajo fin de máster titulado «Análisis de las alternativas de generación de hidrógeno con un reactor nuclear de agua ligera», realizado por Alejandro Pintado Bergas, auxiliar de operación/turbina en la central nuclear Almaraz (Cáceres, España).
Una de las principales ventajas de las centrales nucleares es su enorme capacidad para producir vapor y energía eléctrica durante grandes periodos de tiempo y con una gran independencia de la meteorología. España dispone actualmente de 7 reactores nucleares en operación.
El símbolo de la radiación ionizante, el famoso trébol de tres hojas, se utiliza desde 1946 para advertir de la presencia de material radiactivo. Te explico su historia y curiosidades en un HILO.
Encontrarás el símbolo ☢️ en cualquier lugar donde exista radiación ionizante mayor de la que percibimos de forma natural, como objetos, equipos, lugares y vehículos. Su objetivo es muy claro: advertir del riesgo de exposición a la radiación ionizante.
El símbolo ☢️ es muy útil para las personas que trabajan con dispositivos médicos, como los escáneres de tomografía computarizada utilizados para el diagnóstico de cáncer y otras enfermedades, o en la braquiterapia utilizada para el tratamiento del cáncer.
Tono impropio y contenido falaz en un artículo de @Newtral, un medio que se autoproclama verificador de noticias.
HILO donde verificaré las afirmaciones del artículo con sus propios códigos: 🟢 Verdadero, 🟠 Engañoso, 🟡 Verdad a medias y 🔴 Falso. newtral.es/centrales-futu…
🟠 «Aunque la sombra de la energía nuclear en España es mucho más alargada.»
✅ El artículo es tendencioso desde el principio, haciendo poner en cuarentena el resto de afirmaciones, que comprobaremos que son coherentes con el tono.
🟠 «A punto de cumplir los cuarenta años de vida útil las centrales, las autoridades consideran que “no tiene sentido económico” realizar las inversiones que serían necesarias para alargar su vida de manera segura.»
✅ Además de enlazar unas declaraciones de Teresa Ribera, un medio verificador como @Newtral debería consultar otras fuentes implicadas, como el @ForoNuclear, representante de la industria nuclear, que comunicó recientemente que «el sector nuclear español se hace cargo de la totalidad de los costes operativos y en especial del coste de la gestión de los residuos radiactivos que se producen en las centrales nucleares». Es más, la operación a largo plazo de las centrales nucleares ya está preparada y sufragada por sus propietarios y no requiere inversiones extraordinarias, que en todo caso correrían a cargo de sus propietarios, que son empresas privadas.