Esta semana el periódico de Angoulême, el Charente Libre, publicó un suplemento sobre los refugiados españoles de la Guerra civil. Abro hilo para interesados en la Memoria y la Historia...
El suplemento es un trabajo de investigación de los alumnos de los colegios de Baignes y Chasseneuil, un reportaje vastísimo que abarca 55 páginas con medio millar de biografías de refugiados españoles en la Charente.
Aquí tenéis a Damien y Alexis, que siguieron la pista de Rafael, que salió de Turón y cruzó la frontera en enero del 29. Sobrevivió a Mauthausen y su historia tuvo final feliz, vida nueva y nuevo empleo en Drancy, París.
Abakar rescata la memoria de Ramiro, el hermano de Rita, al que el devenir de la historia llevó de Mieres a Mauthausen para acabar gaseado en Gusen en el 41.
Otro mierense con mejor suerte fue Manuel, el guaje de Manolo y María, que por su formación de químico era más útil vivo que muerto al Reich alemán. Liberado de Mauthausen en el 45, se fue a París y luego a Argentina. Ya se acordaría lo suyo de Franco.
Nathan pone su granito de arena para que el olvido no barra a Acrocio, que era de Gijón, estaba casado con María y tenía una guaja que se llamaba Isabel. Era "ferreru" y murió en Gusen en el 41.
No pongo más porque son muchos, habría que recordarlos a todos.
¡Qué pesados estos franceses, con la Memoria histórica"!
Ataúlfo era de Avilés, y desde que cruzó la frontera fue de campo en campo de concentración hasta Gusen. Sobrevivió y se metió a marino. Gracias, Emilien.
Y Aurelio Acebal era un camarero de Gijón que no sobrevivió a Gusen, pero Lucas y Benjamin lo reviven aquí para no nos olvidemos de él.
Voy a alargar un poquito el hilo porque parece que todos los refugiados eran asturianos. Aunque éstos eran muchos, los alumnos franceses han rescatado biografías muy diversas: aquí Felicísimo, un zapatero leonés de Valdunquillo. Tenía un hijo llamado Cirilo y murió en Gusen.
Fermin Goñi, un policía pamplonés que vivió en Angoulême hasta la Ocupación y llegó a Mauthausen en aquel tristemente célebre tren. Murió en Gusen en el 41.
Joaquín Zapero era pintor de brocha gorda en Madrid. Hizo el peor trayecto: Retirada, Argelès-sur-Mer, los campos, Mauthausen y Gusen. No sobrevivió. Llevaba el triángulo azul de los apátridas.
Juan García, un marino coruñés que murió muy lejos del Atlántico, gaseado en el castillo de Hartheim en 1941.
Alfonso Nalda, agricultor riojano que sobrevivió a Gusen. No aparecen muchas reseñas con final feliz en el periódico; ésta es una de ellas.
Un bilbaíno llamado José Odria cruzó el puente de Irun en el 39 y llegó a Angoulême: los alemanes lo detuvieron junto con sus padres en el verano del 40. Su trayecto final fue Mauthausen-Gusen-Hartheim y la cámara de gas.
Rafael Rico era un agricultor extremeño. Llegó a Mauthausen en 1940, y fue transferido a Gusen en enero de 1941. Samuel, el alumno que escribe su historia, recuerda incluso la hora de su muerte: las 8:39 de la mañana del 9 de noviembre del mismo año.
Policarpo era un obrero de Santander. El mismo tren, el mismo campo de Mauthausen, transferido igualmente a Gusen en enero de 1941: sobrevivió hasta marzo.
Un malagueño de Ojén llamado Diego Sánchez recorrió el mismo camino entre 1939 y 1941. Su historia termina en el campo de Gusen, no por el gas sino por una colitis ulcerosa. Su viuda vivió en Ojén hasta 1958, año en el que abandonó el país para irse a la Argentina.
Francisco, el marido de la Blasa, era un campesino aragonés de Alcolea de Cinca. Detenido en Angoulême, exiliado a Mauthausen y transferido a Gusen, muere por el hambre y los malos tratos en 1941.
José Solé era un obrero de Banyoles. En Mauthausen le dieron el número 3814, en Gusen lo dejaron inválido y en Hartheim lo asesinaron con gas en 1941.
El valenciano Victorino Sospedra era el hijo de Bautista y Consuelo. Estaba soltero y trabajaba en una imprenta. Murió en Gusen en 1941, y sus padres, también exiliados en Francia, lo sobrevivieron tristemente.
El hijo de Ezequiela se llamaba Benito. Era de Daimiel, en Ciudad Real, y cruzó la frontera para acabar en un campo en Angoulême y luego en un tren rumbo a Mauthausen. Transferido a Gusen en enero de 1941, resistió hasta febrero de 1942.
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Dibujé el periplo de una familia asturiana emigrante de principios del XX, que se puede ver en los muros de Colombres. Como @Sairutsa está poniendo letra a los dibujos, aprovecho para rescatarlos en un hilo indiano aquí. Capítulo 1: la partida.🧳
Capítulo 2: el viaje. Antes en vapor transatlántico. Ahora en ALSA, coche, avión... El caso es que te vas. Lo peor no es irse de🇸🇪, lo peor es que no sabes si te vas al carajo.
Capítulo 3: la llegada. País nuevo, nuevas caras, nueva cultura. Los emigrantes que se bajan del barco no saben que, aunque en su país de origen eran alguien, acaban de llegar a un lugar en el que no son nadie (todavía).
El 5 de septiembre es la fecha límite para la convocatoria de la Residencia en la Maison des Auteurs de Angoulême organizada por @ACEcultura y @CiteBd. Por si alguien duda o no se ha enterado todavía, breve hilo de lo que ha dado de sí el número 2 del boulevard Aristide Briand:
Cuando llegué en 2009 Clara-Tanit Arqué ya estaba allí. Era la flamante ganadora de la primera beca de la Alhóndiga Bilbao (ahora @AzkunaZentroa) cuyo espíritu ha rescatado @ACEcultura y seguramente nunca tuvo tanto tiempo para dibujar y dibujar. Esperamos tu nuevo libro, Clara.
También estaba @lolalorente que dibujaba la que sería su ópera prima en @Astiberri y que justo acaba de publicar su nueva y portentosa obra. A veces los dibujantes de cómic tardamos en alumbrar nuevos títulos, todo sería más fácil si cada año nos dieran una beca @ACEcultura