"Los niños PUEDEN ser muy crueles”... y los lenguajes PUEDEN ser imprecisos.
Hoy en #Epistemología101 con @ValeArvejita: ambigüedad, vaguedad y por qué en ciencia y filosofía fastidiamos tanto con el lenguaje.
El lenguaje que hablamos en la vida cotidiana (“ordinario”, en oposición a “científico” o “técnico”) está afectado de algunas imprecisiones, que hacen que la comunicación no siempre sea lograda (o racional). Dos de las más importantes son las conocidas como AMBIGÜEDAD y VAGUEDAD.
La ambigüedad, como en el diálogo que acabamos de ver, es el fenómeno que ocurre cuando una expresión lingüística tiene más de un significado. Así, en ese ejemplo, “poder” se utiliza tanto en el sentido de “tener la TENDENCIA a” como en el de “tener DERECHO a”.
Evidentemente, Marge usa la palabra “poder” en el primer sentido, y Bart la interpreta en el segundo, con lo cual, aunque superficialmente hay un acuerdo entre ambas personas sobre la “misma” afirmación, en realidad están sosteniendo cosas distintas.
Veamos otro tipo de ejemplo. Hay palabras, como “visiBLE” o “comestiBLE”, que indican que algo tiene la POSIBILIDAD de ser visto o ser comido. Podríamos pensar, por analogía, que palabras como “aceptaBLE” o “deseaBLE” siguen la misma lógica...
...pero, en rigor, existe una ambigüedad en los sentidos que atribuimos al incluir la terminación “-ble”: cuando decimos que algo es tolerable o intolerable; por caso, “los niveles de pobreza son intolerables”, NO estamos diciendo que no tengan la posibilidad de ser tolerados
De hecho, como sociedad VENIMOS tolerándolos (en el sentido de que convivimos con ellos) desde hace décadas. En cambio, decir algo como “Una temperatura de más de 50ºC es intoleraBLE para el cuerpo humano” quiere decir, ahora sí, que no es posible sobrevivir en esas condiciones.
¿Cuál es la ambigüedad aquí? Que términos como “tolerable” y otros tienen un uso descriptivo –referido a lo que PODEMOS DE HECHO tolerar– y otro normativo –referido a lo que DEBERÍAMOS O NO tolerar–. El problema no es la existencia de estos sentidos, sino la CONFUSIÓN entre ellos
En particular, cometemos una FALACIA de ambigüedad cuando en un mismo razonamiento pasamos de usar un término en uno de los sentidos a usarlo en otro. Y esto no nos pasa solo a los simples mortales, sino que grandes pensadores de la filosofía han caído en este error.
Bertrand Russell, por ejemplo, ha identificado esta falacia de ambigüedad en uno de los mayores exponentes del pensamiento ético contemporáneo, John Stuart Mill, a propósito de su argumento a favor de la tesis “Lo deseable es el placer”.
Como la ética es una disciplina normativa, esperaríamos que Mill nos hable de lo “deseable” en el sentido de qué DEBERÍAMOS desear (“es deseable eliminar la pobreza”), no en el sentido de qué PODEMOS DE HECHO desear (“es deseable dejar de trabajar a las 19 para ver Netflix”)
En el segundo sentido, “deseable” funciona de hecho como “visible” o “audible”; en el primero, obviamente no. En consecuencia, dice Russell, todo el argumento ético de Mill sobre “lo deseable es el placer” descansa sobre una ambigüedad en la terminación "-ble".
La existencia de ambigüedades como estas, en que podemos deslizarnos entre diferentes significados, hace que frecuentemente en el lenguaje científico o técnico sea necesario introducir definiciones de palabras, de modo que estas tengan UN SOLO sentido.
Pero además de la ambigüedad, hay un SEGUNDO obstáculo en el lenguaje natural: la VAGUEDAD.
Que un término sea “vago” no quiere decir que tenga sábados de flojera (no Homero, es miércoles), sino que sus “límites” o “bordes” son imprecisos.
Supongamos que las leyes de un país prevén el estado de sitio en caso de “grave conmoción interior”. ¿A partir de qué punto es “grave”?
Lo mismo pasa en el lenguaje ordinario cuando decimos que un hombre es “alto”. ¿A partir de qué medida? ¿1.80 m? ¿Es tan distinto medir 1.79 m?
Dada una serie de diferencias meramente de grado (por ejemplo, ir a 61 km/h en una avenida en vez de 60 km/h), pareciera ser arbitrario establecer un límite en un punto particular y no en otro.
De hecho, la existencia en el lenguaje de vaguedades, de ausencia de límites claros, ha dado lugar a algunos argumentos famosos, como la llamada “paradoja de sorites” (del griego σωρείτης, que claramente significa “montón”).
A saber: si un millón de granos de arena son “un montón”, pero para CUALQUIER cantidad que sea “un montón”, ESA CANTIDAD MENOS UNO también lo es... entonces, si seguimos restando de a uno, llegamos a la conclusión de que dos o tres granos de arena son TAMBIÉN “un montón”.
El argumento viene también en su versión más perv.
El filósofo estoico Zenón de Citio, por ejemplo, argumenta en contra de la ilegitimidad del incesto con la propia madre.
El argumento de Zenón apela a que “nadie diría que es malo frotar con la mano” alguna parte del cuerpo de la madre (digamos, acariciarle la cara) y –esta parece ser la premisa implícita– de ahí hacia el incesto todas las diferencias parecen ser meramente DE GRADO.
Para evitar, en un lenguaje riguroso, el problema de la vaguedad –y escapar al destino de Edipo- tenemos varias opciones.
Una es estipular definiciones estrictas. Por caso, una temperatura cuenta como FIEBRE en tanto síntoma de COVID, si supera los, EXACTAMENTE, 37.5ºC.
La otra es admitir que, si nos movemos en un “continuum” -hay diferencias de grado desde la persona “alta” de 1.80m y la “no alta” de 1.55m-, la existencia de una “zona gris” (¿es “alta” la persona de 1.79m?) no quita que los casos extremos SÍ PUEDAN clasificarse.
En conclusión: el vocabulario técnico de la ciencia y la filosofía necesita desconfiar del lenguaje cotidiano porque este está expuesto a ambigüedad y vaguedad.
Así que recuerden, amiguites: debemos tener cuidado para no caer en ciertos equívocos.
QUÉ VERGÜENZA LA GENTE QUE “INVESTIGA” EN EL PAÍS. Una UNIVERSIDAD NACIONAL publicando sobre ¡dibujitos animados! No podemos gastar EL IVA DE LOS CHICOS DEL CHACO en estas chantadas.
En el próximo tuit el @ del CHANTA que publicó esto para que vayan a decirle lo que piensan.
Con ustedes, el autor del texto: @jmilei
¿Pero cómo? ¿Uno de los (poquísimos) artículos publicados POR MILEI está al nivel de la “investigación sobre el ano de Batman”?
En cierto sentido sí. Sigan el hilo.
El paper de Milei NO ES sobre los Supersónicos ASÍ COMO la ponencia de Saxe NO ES sobre el ano de Batman. Uno es sobre progreso tecnológico, el otro sobre discursos de odio
Hay 2 moralejas en la historia
La primera: no juzgar trabajos por su título, menos aún por PARTE del título
En medio de los festejos por el título mundial, este #ComboÑoño DESEA OFRECER DISCULPAS PÚBLICAS A LA COMUNIDAD ASTROLÓGICA por haberla juzgado mal en un hilo anterior.
): ejemplos como “el año que viene podrían PASAR COSAS” NO FALLAN NUNCA, y por eso no son informativos.
Si al comenzar el Mundial hubiéramos dicho “ALGUNO de los 32 seleccionados participantes va a ganar la Copa” nos habrían revoleado una chancleta. En cambio, si hubiéramos dicho “Argentina será campeona” era mucho más jugado (y también nos la habrían revoleado pero por “mufas”).
@ValeArvejita En “La casita del horror V” (T6·E6), Homero viaja en el tiempo y mata “solo un insignificante mosquito” en la época de los dinosaurios. Tal como le había advertido su padre el día de su boda, esta acción tendría profundas consecuencias.
@ValeArvejita El ascenso de Flanders al poder absoluto nos enseña algo epistemológicamente importante: no es INEVITABLE que nuestro mundo tenga las características que tiene. Nuestro mundo es el que es, pero HABRÍA PODIDO SER DE OTRA MANERA.
A toda la gente que piensa que Kuhn es un autor pluralista y amigo de las ciencias sociales, que “tienen muchos paradigmas”, desde #Epistemología101 con @valearvejita tenemos algo para contarles:
-No.
@ValeArvejita El amor de la gente de sociales por Kuhn definitivamente no es correspondido. Si nos guiamos por lo que dice este autor en su libro más famoso _La estructura de las revoluciones científicas_ no nos queda más que aceptar que LAS CIENCIAS SOCIALES SIMPLEMENTE NO SON CIENCIAS.
@ValeArvejita Lo que típicamente se dice para simpatizar con Kuhn desde las ciencias sociales es que disciplinas como la sociología y la psicología “tienen diferentes paradigmas” y que sería un análisis como el kuhniano el que tiene el mérito de reconocer, y quizás valorar, esta pluralidad.
@ValeArvejita En el episodio "Lisa la iconoclasta" (S7E16), Lisa Simpson descubre que Jeremías Springfield, fundador de la ciudad, era un pirata y asesino, pero decide MENTIRLE a la comunidad para preservar su amor por él con las célebres palabras: “Jeremías fue... grande”.
@ValeArvejita Es interesante notar algo en la actitud de Lisa: el señalamiento "La creencia en Jeremías despierta los mejores sentimientos de la gente" no la dice públicamente, al micrófono; se la dice, "en secreto", al historiador que también conoce la verdad.
@ValeArvejita ¿Es lo mismo preguntarnos cómo son los animales que preguntarnos cómo ciertas personas BUSCAN CONOCER los animales? No: en uno de los casos el OBJETO de nuestro estudio son los animales; en el otro, el objeto de estudio es el comportamiento de las personas que buscan conocerlos.
Obtener conocimiento SOBRE el fútbol, o sobre las orugas, o sobre la danza moderna, no quiere decir que el fútbol, las orugas y la danza moderna SEAN TODOS ELLOS CONOCIMIENTO. Son el OBJETO, aquello SOBRE LO CUAL HABLA, nuestro conocimiento.