Para Nietzsche, la música de Gustav Mahler era el canto del cisne de su época. Al igual que Hugo Wolf, Mahler llegó tarde a la escena del movimiento romántico, y continuó con lo que Schumann y Schubert habían hecho con los ciclos de canciones.
También al igual que Wolf, Mahler parece haber sido sujeto a los estímulos del movimiento romántico cuando se acercaba a su climax artístico y emocional con el drama musical de Wagner y el poema sinfónico de Liszt.
Uno de estos estímulos fue el deseo de recrear un estilo de expresión lírica popular (Volkstümlichkeit). Desde finales del siglo XVIII los compositores alemanes habían buscado crear música complementaria a la poesía de Goethe, Hölty y los primeros poetas del movimiento romántico.
El clímax de la lucha por igualar musicalmente la simplicidad y claridad de la canción folclórica alemana se alcanzó con la canción nupcial de Der Freischütz de Weber, el Der Lindenbaum de Schubert y varias canciones del Im Volkston de Schumann.
Cuando la última colección de Volkslieder de Brahms se publicó en diciembre de 1893, parecía que el movimiento se había extinguido. Sin embargo, fue revivido por compositores modernos que para entonces habían integrado la canción folclórica alemana a su idioma musical.
El logro de Humperdinck con Hänsel und Gretel, obra en la que reconcilia la melodía folclórica con la armonía y orquestación wagnerianas considerada el mayor evento operístico desde la muerte de Wagner, fue igualado por los logros de Mahler en el área de la canción y la sinfonía.
Algunas de las obras de la juventud de Mahler se convirtieron en el punto de partida de su carrera como compositor. En el tercer movimiento de su 1ª Sinfonía, encontramos una melodía “muy simple y sencilla, como una canción folclórica” (minuto 5:20):
Mahler tomó esta melodía de la cuarta canción del Lieder eines fahrenden Gesellen (minuto 2:58 ). Cuando compuso esta obra, aún no había descubierto Das Knaben Wunderhorn. Esta antología se convertiría en gran inspiración para sus canciones y sinfonías.
Del Wunderhorn, Mahler recibió el estímulo para evolucionar hacia un estilo de música tipo folclórico, para buscar inspiración de sujetos de carácter espeluznante, y lo llevó al poeta F. Rückert, cuyas canciones retienen algo de la franqueza y cualidad aforística del Volkslied.
En un extraño contraste con la deliberada simplicidad de esas composiciones líricas, Mahler ambicionaba convertiste en un sinfonista sucesor de Schubert y Bruckner. Pero su linaje romántico explica su peculiar tipo de sinfonía.
La sinfonía mahleriana, a pesar de que externamente se adecua al tipo clásico, es una sinfonía con un programa para la cual los ciclos de canciones son ensayos preliminares tal y como Schubert, Berlioz y Wagner usaron canciones para algunas de sus obras.
El carácter autobiográfico de la sinfonía mahleriana revela el vínculo con su arquetipo histórico, la Sinfonía Fantástica de Berlioz. Su planeación literaria y filosófica con connotaciones tipo ópera y oratorio, establecen una clara conexión con la 9ª de Beethoven…
… Roméo et Juliette de Berlioz y Fausto de Liszt, todas ellas típicas expresiones del impulso fundamental del romanticismo de fusionar las artes una obra de arte total, como el Gesamtkunstwerk de Wagner.
El hecho de que la mayoría de las sinfonías de Mahler son tanto concepciones literarias como estructuras musicales prueba la gran influencia de Wagner, de la cual pudo liberarse evitando el drama musical y concentrándose en la sinfonía vienesa clásica y en el ciclo de canciones.
Si Bruckner mostró a Mahler que la sinfonía todavía podía componerse en los cuatro movimientos perfeccionados por Beethoven y Schubert y con las peculiaridades estilísticas del idioma de Wagner y Liszt, Berlioz, Liszt y Wagner le anticiparon el ciclo orquestal de canciones.
Los ciclos de canciones de Mahler son auténticos sucesores de los Beethoven, Schubert y Schumann, en el sentido de que también giran en torno del ego que experimenta, personificado ya sea un viajero, un poeta o ambos, como en el Kindertotenlieder o en Das Lied von der Erde.
El interés de Mahler en el lado oscuro de la naturaleza se refleja en sus canciones del Wunderhorn, con su mundo encantado de soldados medievales y su utilización de la parodia, ironía y sátira para caracterizar sus oscuros y legendarios eventos.
El amor de Mahler por la música militar muy probablemente era consecuencia de sus experiencias auditivas de las barracas de Jihlava durante su infancia. Siempre estuvo presente a lo largo de su vida, haciendo eco hasta las últimas marchas fúnebres en sus 9ª y ª10 Sinfonías.
Otra elección romántica de Mahler es la escena final de Fausto. La segunda parte de la 8ª Sinfonía es lo más cerca que Mahler estuvo de la estilización operática de la música, cuya conexión con Parsifal y los oratorios de Liszt es especialmente aparente.
Sólo en las últimas obras de Mahler los vínculos con el movimiento romántico empezaron a aflojarse. En la 9ª y 10ª Sinfonías y en Das Lied von der Erde, cuya interpretación Mahler nunca escuchó, se acercó a la música del futuro, la música de la primera mitad del siglo XX.
Para concluir este capítulo y la semana, comparto una de las canciones en las que Mahler usó la poesía de Rückert, "Ich bin der Welt abhanden gekommen", mi canción favorita entre todas. Buenas noches.
Alma tardó casi un año en poder regresar en Viena. Su visa llegó en septiembre de 1947 y partió inmediatamente, haciendo escala en Londres para visitar a su hija Anna. Cuando llegó a Viena, la esperaba un equipo de filmación:
Viena se encontraba aún en un estado deplorable. Alma se quedó en un hotel lleno de ratas. Su casa en Hohe Warte era inhabitable, había sido bombardeada y saqueada. Tanto los escritorios de Mahler y Werfel como los manuscritos de sus canciones, habían sido incinerados.
Para consuelo de Alma, después de dos convulsivos años, Werfel empezó a trabajar en su nueva novela en enero de 1941. Alma retomó su vida social con los emigrados europeos de la costa oeste, entre los que se encontraban Thomas Mann, Arnold Schoenberg y Erich W. Korngold.
La casa en Los Tilos Road, rodeada de jardines de árboles de naranjo, era modesta para los estándares de Alma. En mayo de 1941 Werfel terminó el primer borrador de “The Song of Bernadette” y contrató a Albrecht Joseph, un judío alemán exiliado, ex director de teatro y guionista.
Un año después de la muerte de Manon Alma seguía inconsolable. En Viena se preparaban los festejos del 25º aniversario de muerte de Mahler. Bruno Walter organizó varios conciertos apoyado por Schuschnigg, quien quería demostrar que Austria aún celebraba a sus judíos eminentes.
En junio de 1937 Alma visitó Berlín y vio cuánto se había transformado la ciudad bajo el régimen Nazi. Los cambios llegaron pronto a Austria. Mientras los Werfel vacacionaban en Capri en febrero de 1938 recibieron la noticia de la ida de Schuschnigg a Berchtesgaden.
Durante los primeros meses en Casa Mahler, Alma recibía visitas casi a diario. Sabía exactamente cómo lograr una velada bella y placentera para sus huéspedes. Sobre su poderoso encanto, su hija Anna decía: “When she entered a room, or just stopped in the doorway…
…you could immediately feel an electric charge… Se was an incredibly passionate woman…And she really paid attention to everyone she spoke to. And encouraged them….She was able to enchant people in a matter of seconds.”
Franz Werfel recibió la noticia del divorcio de Alma y Gropius con gran alegría y alivio, y la llevó a Praga a conocer a sus padres. Para la madre de Werfel, Alma era “la única reina o monarca de nuestros tiempos."
Alma continuaba con su intensa vida social llena de arte y música en su salón rojo en Elisabethstrasse. En una de sus veladas, se interpretaron dos versiones de Pierrot Lunaire de Schoenberg, una dirigida por el compositor y otra por Darius Milhaud.
Franz Werfel se convirtió en un visitante habitual del salón de Alma Mahler. A los 27 años era considerado como uno de los principales escritores jóvenes de la época. Sus ideas intrigaban a Alma, cantaba con una bella voz de tenor y recitaba sus poemas con un fervor fascinante.
Tiempo después, Alma reflexionó: “The evening on which Werfel and I played music together for the first time and we were so in tune immediately through our very own medium that we forgot everything around us and in front of the husband committed spiritual adultery.”