Muy poca de la obra temprana de Mahler sobrevivió a la destrucción que él mismo hizo posteriormente, y mientras no haya una edición realmente crítica de esas obras será difícil formarse una opinión adecuada de sus actividades creativas de su adolescencia y época de formación.
Si bien hay razones para pensar que por lo menos algunas de las obras tempranas de Mahler aún existen en posesión de miembros de su familia, sólo son conocidas por nombre: un Cuarteto y un Quinteto para piano y cuerdas, dos sinfonías y el preludio de la ópera Die Argonauten.
Se ha mencionado también una Sonata para violín y piano y varias canciones. Sin embargo, las energías creativas de Mahler en esa época se enfocaron a la ópera, probablemente por influencia de Wagner. Mahler trabajó al menos en 4 proyectos operísticos.
De esos cuatro proyectos, el único que sobrevive fue Das klagende Lied, el cual originalmente fue concebido como una ópera de cuento de hadas en tres partes. Mahler terminó la versión operística en 1880 pero no logró estrenarla.
En una primera revisión de 1888 eliminó la primera parte y la obra se convirtió en una cantata en dos secciones. No fue hasta 1896 que retomó la obra y la volvió a revisar. Fue publicada en 1899 o 1900 y estrenada en 1901 bajo la dirección del compositor.
El manuscrito de la primera parte, Waldmärchen, permaneció en posesión de Justine Rosé, la hermana de Mahler, y fue ejecutada en 1934 en una transmisión de Checoslovaquia, bajo la dirección de Alfred Rosé.
El poema de Mahler, inspirado por cuentas de hadas de Bechstein y Grimm, se basa en una vieja leyenda alemana de una pelea de dos hermanos por el amor de una mujer. La víctima del fratricidio yacía secretamente sepultado en el bosque mientras el asesino celebraba su boda.
Un trovador por casualidad recogió un hueso del lugar del crimen e hizo una flauta con él. El “hueso cantante” revela el secreto de la tumba en el bosque durante el banquete de bodas.
Mientras que las las rimas de Mahler siguen la tradición literaria de Heine y Eichendorff, la música muestra una sorprendente originalidad que rompe con la tradición operística. Todas las características del estilo sinfónico tardío de Mahler están presentes en el Preludio.
Con gran habilidad integra influencias del Anillo de Wagner, de las primeras sinfonías de Bruckner y de las óperas de Weber y Marschner. La revisión de 1898 con su manejo virtuoso de alientos y percusiones creó un curioso contraste con la simplicidad de la música de adolescencia.
La otra obra de juventud de Mahler que sobrevive es la colección de Lieder und Gesänge aus der Jugendzeit. Mientras que el Libro I de 1885 contiene canciones compuestas en y antes de 1883, los Libros II y III de 1892 se basan completamente en poemas del Wunderhorn.
Los poemas del Libro I son del poeta menor del romanticismo Richard Leander. Esta extraña selección de poesía da indicios de una similar inmadurez musical, en la que sólo se pueden encontrar algunos destellos de originalidad.
Para concluir este capítulo y la semana, comparto "Das klagende Lied", la canción del lamento, dirigida por Simon Rattle, basado en un sombrío y siniestro "cuento de hadas". Buenas noches.
Alma tardó casi un año en poder regresar en Viena. Su visa llegó en septiembre de 1947 y partió inmediatamente, haciendo escala en Londres para visitar a su hija Anna. Cuando llegó a Viena, la esperaba un equipo de filmación:
Viena se encontraba aún en un estado deplorable. Alma se quedó en un hotel lleno de ratas. Su casa en Hohe Warte era inhabitable, había sido bombardeada y saqueada. Tanto los escritorios de Mahler y Werfel como los manuscritos de sus canciones, habían sido incinerados.
Para consuelo de Alma, después de dos convulsivos años, Werfel empezó a trabajar en su nueva novela en enero de 1941. Alma retomó su vida social con los emigrados europeos de la costa oeste, entre los que se encontraban Thomas Mann, Arnold Schoenberg y Erich W. Korngold.
La casa en Los Tilos Road, rodeada de jardines de árboles de naranjo, era modesta para los estándares de Alma. En mayo de 1941 Werfel terminó el primer borrador de “The Song of Bernadette” y contrató a Albrecht Joseph, un judío alemán exiliado, ex director de teatro y guionista.
Un año después de la muerte de Manon Alma seguía inconsolable. En Viena se preparaban los festejos del 25º aniversario de muerte de Mahler. Bruno Walter organizó varios conciertos apoyado por Schuschnigg, quien quería demostrar que Austria aún celebraba a sus judíos eminentes.
En junio de 1937 Alma visitó Berlín y vio cuánto se había transformado la ciudad bajo el régimen Nazi. Los cambios llegaron pronto a Austria. Mientras los Werfel vacacionaban en Capri en febrero de 1938 recibieron la noticia de la ida de Schuschnigg a Berchtesgaden.
Durante los primeros meses en Casa Mahler, Alma recibía visitas casi a diario. Sabía exactamente cómo lograr una velada bella y placentera para sus huéspedes. Sobre su poderoso encanto, su hija Anna decía: “When she entered a room, or just stopped in the doorway…
…you could immediately feel an electric charge… Se was an incredibly passionate woman…And she really paid attention to everyone she spoke to. And encouraged them….She was able to enchant people in a matter of seconds.”
Franz Werfel recibió la noticia del divorcio de Alma y Gropius con gran alegría y alivio, y la llevó a Praga a conocer a sus padres. Para la madre de Werfel, Alma era “la única reina o monarca de nuestros tiempos."
Alma continuaba con su intensa vida social llena de arte y música en su salón rojo en Elisabethstrasse. En una de sus veladas, se interpretaron dos versiones de Pierrot Lunaire de Schoenberg, una dirigida por el compositor y otra por Darius Milhaud.
Franz Werfel se convirtió en un visitante habitual del salón de Alma Mahler. A los 27 años era considerado como uno de los principales escritores jóvenes de la época. Sus ideas intrigaban a Alma, cantaba con una bella voz de tenor y recitaba sus poemas con un fervor fascinante.
Tiempo después, Alma reflexionó: “The evening on which Werfel and I played music together for the first time and we were so in tune immediately through our very own medium that we forgot everything around us and in front of the husband committed spiritual adultery.”