¿Cómo llegamos a tener 100.000 muertos por el Coronavirus? Repasemos la crónica del desastre, la desidia, el uso político de la crisis sanitaria, los negociados y el listado de errores en el manejo de una pandemia que fue llevada un modo catastrófico
Ilustración: @MComadreja
Ilustración: @MComadreja
El 22 de enero de 2020 el ex embajador en China, Diego Guelar, advirtió por privado al ministro Ginés sobre el riesgo que representaba el Covid y la urgencia de controlar el ingreso de personas procedentes de China. Y el 30 de enero repitió la advertencia en público. Lo ignoraron
La OMS declaró emergencia mundial por el Covid el 30 de enero. El 6 de febrero el ministro Ginés dijo que “Estamos lejos y estamos en verano, algo que nos juega muy a favor pero esto no quiere decir que bajemos las alertas” y estar más preocupado por el dengue.
En los primeros días de febrero el embajador de Taiwán en Buenos Aires, Antonio Hsieh, presentó dos informes en el Ministerio de Salud avisando que estaba por desatarse una pandemia originada en China y que había alertado sin éxito a la OMS. También fue ignorado
El 7 de marzo se informó la primera muerte por Covid en Argentina. Era un hombre de 64 años llegado de Paris que, por supuesto, no fe controlado. En ese momento se comenzó a pedir que se testeara y se hiciera caso a la necesidad de una cuarentena. Pero no había reacción
Finalmente, el 11 de marzo implementaron las DDJJ para los pasajeros que entraban por Ezeiza. Informaban voluntariamente si estaban contagiados. El primer caso vino efectivamente de Italia y se detectó el 2 de marzo en CABA. Pasó los controles del aeropuerto sin problemas
No obstante, el 12 de marzo en una entrevista con Longobardi el presidente Beto dijo que “el virus muere a los 26 grados” y dijo que “según la OMS” había que tomar bebidas calientes porque el calor mata el virus”. Y con eso justificó no tomar más medidas ante el coronavirus.
Pero el 20 de abril, Beto firmó el DNU que inició una cuarentena estricta que apenas iba a durar quince días. Se prorrogó con más de 15 DNU. Recién el 10 de noviembre decretó el fin del ASPO. Y las restricciones siguen vigentes. Es la cuarentena más larga y más ruinosa del mundo
Lejos de ayudar a detener la propagación del virus, la cuarentena destruyó 3 millones de empleos, hizo caer el PBI en un 10% y llevó la pobreza al 45%. Y desde que se inició, los muertos pasaron de 105 a 100.000 sin que se haya podido frenar la debacle. Todo por nada
Es que lejos de centrarse en la urgencia sanitaria, el gobierno se concentró en una reforma judicial que salvara a la matriarca a cargo de la vicepresidencia de sus cargos por corrupción. Y a los funcionarios por su manejo de la pandemia. O en criticar al anterior gobierno.
Y de cuestiones “urgentes” como modificar la ley del aborto que lograron el 30 de diciembre de 2020. O el lenguaje inclusivo y los cupos de género en el estado y los medios. O de pedir superpoderes que ampliaban los que ya tenía para manejar a discreción el presupuesto
En abril de 2020 el periodista Diego Cabot publicó la primera de las tantas noticias de sobreprecios en compras habilitadas por la urgencia de la pandemia. Fideos, papas, equipamientos y otros rubros reforzaron la idea que el negocio era más importante que la salud
Y esa presunción de los negocios por sobre la salud se corroboró en la contratación de vacunas. El 10 de julio de 2020 el presidente se juntó con los directivos de Pfizer. La vacuna había sido testeada en el país y eso nos permitía acceder a 13,2 millones de dosis a fin de año
Pero el 15 de agosto el mismo presidente anunció que Hugo Sigman en alianza con otras empresas proveería de 25 millones de vacunas Oxford. En ese momento dejaron de atender los llamados de Pfizer. Le adelantaron 60 millones de dólares, todavía esperan las millones de dosis
Pero el 29 de octubre Cris se reunión con Dimitry Feoktisov, embajador ruso, y se cerró el trato para que Argentina se convirtiera en sede del ensayo de fase 3 de la Sputnik. La Pfizer y la Oxford ya habían pasado esa etapa, pero Cris era el argumento mas sólido para decidir
En consecuencia el ministerio de salud le pidió a la ANMAT que aprobara de urgencia la Sputnik. Pero en ese momento no estaba aprobada ni siquiera en Rusia. Se solucionó el 23 de diciembre con una aprobación del ministerio con “recomendación de la ANMAT”. Turbio
Mientras tanto se supo que Pedro Cahn, el principal asesor presidencial, estaba vinculado a la Sinopharm china que también fue aprobada de emergencia. Y que la ministro Filomena Vizzotti era parte de su staff y que ambos tenían vínculos directos con Sigman. Una capsula de Petri.
Luego vino el tema del Covax, cuando argentina aceptó la cantidad mínima de 1,9 millones de dosis y rechazó la Pfizer supuestamente por motivos económicos, cuando todos sabían que el origen de cada vacuna era importante. Y Perdimos el acceso a 9 millones de dosis.
Y en medio del despelote, Beto anunció que para enero o febrero de 2021 ya habría 10 millones de argentinos vacunados ¿O era de 2022? Lo real es que para esos meses habían vacunado a menos de la mitad con una dosis y a 3% con las dos. Y el número de muertos crecía mientras tanto
El 26 de noviembre de 2020 ocurrió uno de los eventos más vergonzosos de la cuarentena. Luego de meses de acusar a runners, comerciantes y estudiantes, el gobierno organizó un funeral masivo para despedir a Maradona. Fueron cientos de miles. Fue un bochorno nacional
Y mientras la Casa Rosada era invadida, todavía resonaba el eco de las muertes “colaterales del Covid”. 71 muertos por el exceso de celo a la hora de aplicar la cuarentena. Luis Espinoza en Tucumán, Valentino Blas Corres en Córdoba, los nombres son muchos. Pero falta más
El 4 de febrero de 2021 la ensayista Beatriz Sarlo denunció que le ofrecieron vacunarse saltando la fila. Al día siguiente del Comodoro (R) Verbtisky confirmó que había un “vacunatorio VIP” y que su el ministro Ginés le había facilitado recibir su Sputnik. La realeza de la vacuna
En los meses siguientes los casos de vacunados VIP Se multiplicaron. El presidente, ministros, políticos, mimosas, amantes, jardineros vicepresidenciales y parientes del poder recibieron su vacuna mientras miles de personas con factores de riesgo aun esperan su turno.
El 3 de abril de 2021 se supo que el presidente Beto, vacunado con Sputnik completa, tenía Covid. Dijo no saber cómo se había contagiado, pero estaban las imágenes de sus encuentros sin respetar el protocolo mientras firmaba un decreto tras el otro para continuar la cuarentena
“No sé” era la excusa para un constante fallo en la información fidedigna. El 20 de octubre de 2020 Argentina fue excluida de la información que brindaba Our World Data de la Universidad de Oxford, el más consultado y serio desde que se desató la pandemia.
A fuerza de publicar datos a turbios, mentir filminas y pelearse con más de 20 países, hablar de falsa inmunidades o confundir dosis y fortalecer la sospecha que se anotaba como muertos por Covid – o lo contrario – de acuerdo a las necesidades políticas, perdieron credibilidad
Y la falta de información nos lleva a los testeos. Aun hoy, se testea al que va a averiguar si tiene Covid o al que llega a la frontera. No se buscan focos de manera activa. Solo se sientan a esperar que llegue el virus sin aislar focos, sin saber cómo, cuándo y dónde.
No nos olvidemos del NeoKit y otros anuncios rimbombantes. Se iban a producir millones por mes. Y otros kits que nos llenaron de orgullo nacionalista y ¡viva nuestra ciencia, Carajo! Aun hoy somos uno de los países que menos testea por habitante, que menos sabe
Todo esto con la ayuda de parte del periodismo que un día se encargaba de delatar bares abiertos y al otro día aplaudir funerales. Que sembraba el terror o alivio sin base científica y a la media hora tragaba sin masticar que Argentina fabricaba lo que envasaba o lloraba aviones
O propagar información falsa de papers inexistentes sobre el contagio en escuelas cerradas para que luego viniera un grupo de mamis armadas con celulares y chats para contar la verdad. Y ahora van por las vacunas seguras para menores, otra batalla contra los que hablan sin saber
Información faltó, pero no propaganda. El 13 de abril de 2020 el aparto de difusión se unió para transmitir Unidos Por Argentina, una colecta organizada bajo el madrinazgo de Fabiola Duarte de Fernández No tuvo efecto sanitario alguno, pero mostró la voluntad de politizarlo todo
En esa politización no faltaron carteles partidarios en los centros de vacunación ni militantes que se exhibían en las redes agradeciendo al patrón político, sin darse cuenta que estaban burlándose de aquellos que eran grupos de riesgo y estaban (y siguen) sin vacunar
Y la tardanza en los plazos prometidos para vacunar hizo que se extendiera la cuarentena y el número de muertes. No solo por Covid, sino además por falta de atención. Como sucedió con Lara Arreguiz en Rosario, cuya imagen a poco de morir en el piso de un hospital no se borra
O murieron por falta de atención como Abigail, cuya imagen siendo cargada por su padre en noviembre de 2020 para entrar a su provincia se hizo viral. Estaba ya tomada por un cáncer impiadoso, tan cruel como los policías y políticos que cortaban el camino.
O el caso de Solange Musse, que esperó hasta el último momento a que su padre pudiera pasar los controles para despedirse. Murió el 21 de agosto de 2020. Son 100.000 muertes, pero al ponerles nombres y conocer las circunstancias de su partida, se vuelve abrumador
Y mientras tanto el poder gozaba de impunidad. El 21 de abril el gobierno bonaerense anuló todas las internaciones en centros privados y públicos para privilegiar a los enfermos de covid. Se sumaba a la restricción para velar a los muertos que no hubieran hecho goles con la mano
El 23 de mayo Máximo Kirchner se internó por un cálculo renal en una clínica privada de La Plata. El 1 de julio Mayra Mendoza se operó un tumor benigno en el Hospital Austral y para mayor indignación, se mostró sonriente y sin respetar los protocolos junto a su jefa política
Ya no sonríen los que forman el cuerpo sanitario que aportó la mayor cantidad de muertos y tuvieron que bancarse que se los acusaran de relajarse. Mientras eran humillados seguían esperando el bono prometido. Y que arreglen los hospitales. Que no aplaudan tanto esos balcones
Todo es consecuencia de la improvisación. Tuvieron un año para preparar el sistema médico. Apenas sumaron un 37% de unidades UTI y mientras tanto, como si no supieran que se necesitan médicos, postergaron la habilitación de miles de egresados de medicina
Todo esto sumado a la falta de vacunas. Mientras Chile y Uruguay tienen a más de la mitad de su gente protegida con dos dosis, Argentina tiene el 11,3%. Y con vacunas flojas de papeles cuya calidad puede ser puesta en duda porque en otras naciones lo hacen con razones científicas
Falta aún contar las otras muertes. Porque a los 100.00 hay que sumarle los que se fueron por diferir la atención a dolencias cardiacas, oncológicas o de otro tipo. Y los que murieron por los efectos de la debacle personal o la soledad. Y los asesinados por la suelta de presos
100.000 muertos. La peor tragedia de nuestra historia. Y todavía faltan más, porque las razones para estar entre los países con mayor cantidad de muertes por millón de habitantes siguen intactas. El tren se sigue estrellando en cámara lenta y los maquinistas culpan a los demás
Nunca pidieron perdón por sus errores por lo que no puede esperarse una autocrítica, paso anterior a enmendar el rumbo. Solo arman una coreografía de homenaje plagiado con emociones contratadas. Falta todavía. Cien mil y contando. Y mirando la ruleta de las cepas
PS: Un día vamos a hacer cuentas. Ya nos andan faltando cien mil. Y muchos otros que todavía no pudimos contar. Una pandemia trae muertes, pero la imprevisión y el egoísmo las multiplican. Un día se va a terminar y diremos otra vez “Nunca Más”, si es que empezamos a aprender
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20 de marzo, error de tipeo y agradecimiento a los que marcaron el equivoco
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