1. Al fondo de la imagen, a la derecha, con su cámara.
Es la guerra de Vietnam, y ella, Catherine Leroy.
2. Quería convertirse en reportera de guerra.
Y, con 21 años, 100 dólares y su Leica M2 se planta en la Guerra de Vietnam.
Arranca la historia de una de las más emblemáticas fotoperiodistas de la condición humana.
3. Quería plasmar el horror de la guerra entrando en las almas de las personas.
Primeros planos.
Y sólo se podía encontrar en primera línea.
O, incluso más allá...
4.... ¿Qué puede hacer una reportera de guerra capturada durante una ofensiva del ejército 'enemigo', en este caso, Vietnam del Norte?
Pues cubrir ambos lados del conflicto.
5. Aunque salió viva de milagro de esa primera guerra, y con estrés postraumático, sea lo que sea que descubriese, la llevaría después por distintos mataderos humanos por Afganistán, Irak, Somalia, Irán, Líbano...
6. Pequeña, peleona y fumadora compulsiva, Catherine esquivó a la muerte hasta el año 2006.
7. Pero nos quedan los zarpazos de la fotógrafa francesa.
En esos momentos en los que perdemos la condición humana.
O, al contrario, en los que nos manifestamos como verdaderamente somos.
8. Y, entre sus mazazos en la boca del estómago, aquellos segundos eternos de un soldado, sanitario, que trata de reanimar a un compañero.
9. Ese instante en el que tratas de socorrer a un compañero.
Y terminas, un mundo después, reconociendo tu derrota.
10. Supongo que, en esta vida, te pueden educar para ser pianista.
Pero terminar saltando en paracaídas sobre la guerra.
Catherine Leroy.
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En el fondo, los de los discursos del odio no han inventado nada.
Simplemente aplican disciplinadamente los principios de la propaganda, sí, como en los años 30.
Primero, la coyuntura, el caldo de cultivo preciso, la frustación más profunda tras, por ejemplo, una guerra.
Segundo, busca un cabeza de turco, un culpable de todos los males del mundo mundial.
Y repite, repite mucho: Problema, culpable; problema, culpable; problema, culpable... Sí esta es la tercera clave, la repetición, siempre, hasta la extenuación.
Tercero, conquista con la imagen. El formato, la misma narrativa, se convierte en el mensaje. A lo Leni Riefenstahl.
1. Monrovia, 2003. La capital de Liberia está bajo asedio por los rebeldes.
Un combatiente acaba de perder a su compañero en una refriega.
Allí está el objetivo de Carolyn Cole. Un viaje inacabado al horror de las guerras.
2. La cámara de Cole se centra en el horror que sufren los civiles en los conflictos.
Como estos estos niños iraquíes que lloran tras el acribillaniento de sus familiares en un control militar de las tropas norteamericanas. Cole, testigo incómodo.
3. Cole salta de conflictos armados a catástrofes naturales durante 30 años. Katrina, el terremoto dd Haití, las guerras de Liberia, Afganistán, Irak...
Sigo pensando que Leonardo da Vinci no era de este planeta.
La maravilla de escalera de 'caracol', con doble hélice, está situada en el castillo de Rochefoucauld, en Francia, y presenta una serie de apasionantes particularidades.
Al tratarse de dos 'hélices' superpuestas, una persona puede bajar por la misma, ver a otra que sube y, sin embargo, no encontrarse.
Temperaturas extremas han sumido a los países en peligrosas olas de calor e incendios forestales en toda Europa. La Federación Internacional de Sociedades de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (IFRC) insta a las ciudades y comunidades a prepararse para evitar un nuevo desastre.
"Con la crisis climática, este calor forma parte de nuestra 'nueva normalidad'", afirma Maarten Aalst van, Director del Centro del Clima de la Cruz Roja y la Media Luna Roja. "Estos eventos mortales son ahora más frecuentes y más intensos".