En 1995, el escritor y filósofo italiano Umberto Eco, ofreció durante una conferencia en la Universidad de Columbia las 14 claves para identificar el fascismo.
Haré un pequeño #hilo10 para recordarlas y tenerlas presentes.
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Elementos tradicionalistas como la religión, la lengua, la familia… Añoranza por tiempos pasados. Saberes arcaicos o textos sagrados.
Las ideas ilustradas y toda idea progresista son negativas por atentar contra el estado actual de las cosas. Al tener el fascismo unos elementos puramente emocionales, cualquier fuente racional es rechazada.
Pasar a la acción sin necesidad de una reflexión previa.
Lo que se dice "bala pa' todo el mundo.
Anular cualquier pensamiento crítico. Todo aquel que no piense igual pasa a ser enemigo.
Miedo a los intrusos, el primer llamamiento de un movimiento fascista es contra los que vienen de fuera. Acciones racistas más o menos sutiles como “las ayudas públicas solo para los nacionales” o “entre los refugiados vienen terroristas”.
Frustración entre la clase media, el fascismo encontrará su público en una mayoría social furiosa y frustrada. Ya sea a raíz de una crisis económica, o por un sentimiento de humillación política “Los acuerdos le entregaron el país a la guerrilla”.
Todo es culpa de una conspiración mayor, ya sea judío-masónica, comunista… Los símbolos nacionales dotan de un sentimiento de pertenencia.
Miedo y envidia al enemigo. Los enemigos son al mismo tiempo demasiado fuertes o demasiado débiles. “Los vándalos viven sin trabajar gracias a ayudas y subvenciones”.
El pacifismo es la estrategia para tener al pueblo callado y sometido. El principio es la guerra permanente.
Elitismo en todas las esferas de la sociedad, humillación de los débiles, pobres…
El heroísmo es la norma del fascismo. Cualquiera que luche por el movimiento será un héroe. Culto a la muerte.
Desdén hacia las mujeres y rechazo de actitudes sexuales contrarias a las tradicionales.
Respuesta emocional de un público a consignas vacías o poco racionales.
"Vamos a vencer a la corrupción, Colombia no será como Venezuela".
Vocabulario empobrecido y elemental para limitar el razonamiento.
Simplificación extrema:
Vándalos, neocomunismo, castrochavismo, masacres con sentido social, zurdos.
Nota: El uso de la expresión "fascismo de izquierda" se hace de forma contingente. Para calificar a los regímenes comunistas reales [URSS, China y Korea del Norte p. ej], se emplea el término "totalitarismo", el cual está claramente definido.
Los movimientos de resistencia NO
corresponden con esa definición, debido a su variedad y diversidad. Que en algunos casos se recurra a acciones de hecho no los clasifica como fascismos.
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"Ayer se me ocurrió hacer un experimento en clase. Primero, para calentar motores, leímos atentamente el comienzo de "Luvina", un cuento de Juan Rulfo. Después pedí a los estudiantes que fueran diciéndome las principales características de Rulfo como escritor y yo las apuntaba en
la pizarra. Como llevamos varios días leyendo cosas suyas, no fue difícil llegar a un consenso.
Y por último, le pedí allí mismo a Chat GPT que me escribiera un texto imitando el estilo de Rulfo. Así fue apareciendo en la pantalla de la clase, letra a letra, una historieta con
muchos tics rulfianos: las piedras, el sol abrasador, las casas desoladas, el polvo en los caminos, un tal Pedro que daba vueltas por ahí en medio... tenía su magia ir viendo cómo se construía el monstruo.
Pero lo interesante de la experiencia es que aparecía mucho de lo que
"En mi grado había una niña, la Ramos, a la que le decían piojosa. Nadie quería juntarse con ella. Era pésima como alumna. Llevaba el guardapolvo desprendido y nunca tenía merienda. Andaba sola, y las maestras no la querían. Ramos, le decían, fuerte, con rabia, cuando
ella mordisqueaba el lápiz y se quedaba, la mirada fija en el pizarrón sin escribir. Ramos, al frente. Y ella pasaba y se quedaba enrollando su corbata entre los dedos. La maestra sabía que ella no había estudiado. Lo sabía, pero igual la enfrentaba al desconsuelo de
hacer público su dolor.
Yo le miraba las manos, pequeñas, oscuras, flaquitas, de uñas sucias. Yo la miraba y desde los diez años, aprendí a odiar a todos los maestros que se ensañaban con las Ramos. Que a propósito y diciendo que era una oportunidad de levantar las
Yo alguna vez, cuando era joven y estúpida participé en la humillación pública un ladrón que trató de robarme el celular en el Parque de los periodistas.
Años después, con la experiencia que me da la investigación social, lo que he comprendido es que los ladrones se vuelven más
violentos y vengativos, y terminan matando a sus víctimas.
La sensación de impotencia, asco y vulnerabilidad que se siente luego de ser atracada, sobre todo con violencia, se incrementa debido a la impunidad predominante en esos casos. Eso permite explicar las reacciones
Agresivas y violentas de mucha gente.
No obstante, esto lo único que ocasiona es el incremento en la violencia en los atracos callejeros, conduciendo a una espiral infernal que no tiene fin. Porque en un país que no ofrece oportunidades, con trabajos mal pagos y una cultura de
Cuando comencé Medicina en la Unal (sí, en la unal), me sucedieron varias cosas.
Viviendo en Soacha, recuerdo una vez que alguien dijo que no preguntaran el precio de fotocopias para mí, pues "ella no tiene con qué comprarse ni el almuerzo".
Otro día una vieja me preguntó por qué
tomaba una buseta en donde "se subía gente fea que olía mal", que si nadie me recogía en carro.
En otra ocasión me acusaron de la pérdida de un libro en uno de los laboratorios.
Tenía 17 años.
Obviamente, me retiré con una enorme depresión, y me cambié de carrera.
No pongo en
duda que la experiencia de personas como yo en universidades privadas debe ser horrible.
Ah, recuerdo que una de las chicas que comenzó sociología conmigo, que venía de Garzón Huila, había abandonado la carrera de psicología en la Javeriana por razones parecidas.
Sionin busca notoriedad. Ese es su motor principal. Y ciertamente me incomoda dársela, pero no aportaré más que lo que ya hacen otras cuentas que la citan y le responden.
Me tomaré un instante porque este tema es serio: esta mujer está jugando con el tabu del suicidio. Va hilo.
Carolina Sanin no es la única que banaliza el suicidio, que deposita la responsabilidad en la persona que toma esa decisión, y que revictimiza. En mi opinión, ella solo hace parte de ese gran sector de la sociedad que idealiza el individualismo, que ha aceptado sin cuestionar ese
gran valor del capitalismo, aderezado además con el ingrediente del "echeganismo" y colombianadas tales como no dejarse y ser un "berraco".
No obstante, esa señora no solo cree que está lanzando una deducción interesante, sino que además cree que está "dando clase", que
(...) Voy a hacerles una confesión un poco curiosa: yo soy hechura de mi madrastra. Mi madre murió cuando yo tenía dos años y medio. Mi padre se casó en segundas nupcias con una mujer que tenía tres hijos; yo era el menor y como era muy pequeño me dejó en la casa de mi
madrastra, que era dueña de la mitad del pueblo; tenía mucha servidumbre indígena y el tradicional menosprecio e ignorancia de lo que era un indio, y como a mí me tenía tanto desprecio y tanto rencor como a los indios, decidió que yo había de vivir con ellos en la cocina, comer y
dormir allí. Mi cama fue una batea de esas en que se amasa harina para hacer pan, todos las conocemos. Sobre unos pellejos y con una frazada un poco sucia, pero bien abrigadora, pasaba las noches conversando y viviendo tan bien que si mi madrastra lo hubiera sabido me habría