1/22 Al viejo asilo de Moncloa se le fueron añadiendo estructuras adosadas en distintas épocas para ampliarlo y fue declarado en ruina inminente el 29 de enero de 1898 por el arquitecto municipal Andrés Octavio.
2/22 El periodista Roberto del Palacio había visitado el asilo y plasmó sus impresiones, curiosamente favorables, en el periódico en el cual trabajaba. Ni en su amplio reportaje ni en las fotos publicadas en La Revista moderna dejan ver el estado ruinoso.
3/22 El conde de Romanones, a la sazón alcalde de Madrid, fue a verlo “in situ” y decidió cerrarlo de inmediato. Pero surgió un problema: ¿Dónde alojar a los asilados?
4/22 Romanones encargó al concejal Fernández Agero la tarea de encontrar un lugar para trasladar a los asilados. Este recorrió distintos locales y tan solo encontró uno que reuniera las condiciones apropiadas: los pabellones del Hospital de epidemias del Cerro del Pimiento.
5/22 El alcalde solicitó a la Diputación provincial la cesión temporal de dichos edificios. Este hospital, situado en terrenos cedidos por el ministerio de Fomento fue construido en 1885 con motivo de la epidemia de cólera surgida en dicho año.
6/22 La burocracia tenía sus cauces y sus tiempos y urgía el traslado de los asilados así que el concejal propuso entonces el palacio de la Alameda de Osuna, embargado en 1896, entre otros bienes, para pagar las deudas contraídas por el duque.
7/22 El pleno deshechó el palacio por su lejanía y por no hallarse dentro del término municipal. Fernández Agero, no se dio por vencido y, finalmente encontró un local alternativo: el conocido como “hospitalillo de Vallehermoso”.
8/22 Pero, ¿qué era el “hospitalillo”? Se trataba de un barracón construido en 1883 para depósito de cadáveres situado detrás de los cementerios de San Luis y Patriarcal. No tenía agua, ni retretes, ni alcantarillas, ni ventilación, y no llegó siquiera a funcionar.
9/22 Curiosamente, un año más tarde, en 1884, se clausuraron todos los cementerios de esta zona no permitiéndose ya los enterramientos lo que provocó el abandono, la ruina y el saqueo de los mismos durante muchos años.
10/22 Por estas fechas, el barrio de Vallehermoso era una sucesión de solares sin explanar, edificaciones dispersas y un núcleo de chabolas adosadas a las tapias traseras de los citados cementerios.
11/22 Con los primeros brotes de la epidemia de cólera en 1885 y la ausencia de una casa de socorro para los barrios de Pozas y Chamberí, el Ayuntamiento encargó al aquitecto municipal José Urioste que habilitara el barracón como hospital de coléricos.
12/22 El alcalde Pedro Boch señaló que sería «el mejor y el único en su clase, pues estará a la altura de los primeros del extranjero».
13/22 La Casa especial de Socorro de Vallehermoso ─su nombre oficial─ se inaguró en agosto de 1885. Tenía 80 camas y cumplió con su función en las sucesivas epidemias. El resto del tiempo permanecía cerrada.
14/22 Cuando empezaron a llegar los primeros soldados heridos, inútiles y convalencientes de la guerra de Cuba, por mediación de la reina María Cristina, el Ayuntamiento cedió provisional y gratuitamente el hospitalillo a la Cruz Roja.
15/22 La humanitaria asociación, con la ayuda del arquitecto Mariano Belmás, transformó el antiguo y ruinoso hospital municipal de Vallehermoso en el Sanatorio central de la Cruz Roja. La reina María Cristina lo inauguró el 17 de febrero de 1896.
16/22 Con la epidemia de viruela en octubre de 1896 se construyó un edificio independiente para acoger a los varilosos y poder así aislarlos y evitar que contagiaran a los militares. Ambos hospitales eran atendidos por las Hijas de la Caridad.
17/22 Mariano Belmás construyó además una capilla exenta puesta bajo la advocación de la Purísima. El párroco de Nuestra Señora de los Dolores ─antigua capilla del clausurado cementerio de la Patriarcal─ bendijo templo. La entrada era pública.
18/22 Dos años justos después de la cesión del hospitalillo, el 5 de febrero de 1898, y tras haber atendido a un total de 4.469 militares a una media de 5,1 días por enfermo, la Cruz Roja devolvió al Ayuntamiento el edificio.
19/22 El edificio se cedió al día siguiente al Asilo de San Bernardino. El traslado de los asilados se llevó a cabo en varios días, teniendo en cuenta que había que contratar carros para transportar no solo a los acogidos, también sus enseres y herramientas de los talleres.
20/22 Una parte de los acogidos de San Bernardino se llevó al que sería conocido a partir de entonces como Asilo municipal de Vallehermoso. Los demás asilados se repartieron entre el asilo del camino de Aceiteros (paseo de San Francisco de Sales) y dos de Alcalá de Henares.
21/22 El traslado de San Bernardino de Moncloa a Vallehermoso le costó al Ayuntamiento un pleito ruinoso con el duque de Granada de Ega, patrono y propietario del convento de San Bernardino, luego asilo. En 1900 el Consistorio se vio obligado a devolver los terrenos al duque.
22/22 Para no extenderme más dejo pendiente el tercer y último hilo sobre el Asilo de San Bernardino.
Como siempre, muchas gracias por leerme, vuestros “me gusta” y retuits. 🙂
Hace años escribí un hilo sobre el caso de un trampantojo de Madrid que se hizo realidad. Como soy incapaz de recuperarlo en tuiter (ahora X) lo vuelvo a poner ya que texto y fotos los tengo archivados.
🧵⤵️
1/12 Historia de un #TrampantojodePuertaCerrada hecho realidad.
Corría el año 1917 cuando los vecinos de dos inmuebles de Puerta Cerrada, alarmados por las grietas aparecidas de pronto en todos los pisos, avisaron al administrador. A la derecha, se ve parte de uno de ellos.
2/12 El administrador pasó ampliamente del tema, así que los vecinos, avisaron al teniente de alcalde quien envió al arquitecto municipal. Este certificó que ambos edificios ─construidos en 1860─ corrían riesgo inminente de desplome.
15/30 Damos un salto en el tiempo hasta febrero de 1937: Juan Deportista ─seudónimo del cronista deportivo Alberto Martín Fernández─, en su “paseo” por la Ciudad Universitaria menciona la gruta con la imagen de la Virgen en su interior.
16/30 Como vemos, el cronista metido a reportero dice que el ejército rebelde libró a la «Virgen de piedra (...) de los cascotes y las pintarrajeaduras». Esto no quiere decir que legionarios y regulares resguardaran la imagen en la gruta. Ya estaba en el interior. Así lo creo yo.
Una fría y desapacible mañana de diciembre, al pie del Hospital Clínico, se bendijo el monumento a la Virgen. Un sencillo templete alojaba una imagen de la Inmaculada Concepción.
2/30 Era el único resto del Asilo de Sta. Cristina que sobrevivió veintinueve meses en el Frente de la Ciudad Universitaria de Madrid, desde el 17 de noviembre de 1936 hasta el 28 de marzo de 1939. Al término de la guerra permaneció en su gruta hasta que se inauguró el templete.
3/30 Pero retrocedamos en el tiempo a finales del XIX. En 1895, Alberto Aguilera vio culminada su ilusión: la inauguración del Asilo de Santa Cristina, situado más allá de la plaza de la Moncloa, un terreno obtenido gracias a su buena relación con la reina regente Mª Cristina.
1/8 Cuentan las viejas crónicas que en uno de sus paseos por el Real Sitio de El Pardo, Felipe IV se encontró con un hombre que se había colado en el bosque y estaba recogiendo bellotas.
2/8 Este no reconoció al rey y siguió a lo suyo hasta que el monarca le preguntó por qué se afanaba en llenar el cesto.
─Son para mi familia, tenemos hambre, señor.
El rey quedó impresionado y le dejó que siguiera cogiendo todas las bellotas que pudiera llevarse.
3/8 Ya en palacio, el rey ordenó que cada 15 de noviembre se abrieran las puertas de El Pardo para que los madrileños pudieran llevarse las bellotas que quisieran.
La costumbre dio lugar a la conocida romería de san Eugenio, la última del año.
(Palacio del Pardo, J. Leonardo).
1/17 En 1895 surgió la idea de construir un gran edificio para asilo pero sin materializarse. Tras la declaración de ruina inminente del asilo de Moncloa, se convocó en enero de 1898 un concurso de proyectos.
2/17 Doce años más tarde, en 1910, se inauguró el Colegio y Asilo de Nuestra Señora de la Paloma, obra del arquitecto Francisco Andrés Octavio, situado en la Dehesa de la Villa.
3/17 Es frecuente confundir una conocida fotografía del Asilo de San Bernardino indicando que se trata del situado en Moncloa. En 2008, la valla de protección para la remodelación del antiguo intercambiador de Moncloa se ilustró con, entre otras, dicha instantánea.
1/16 El asilo y su huerta ocupaban un espacio triangular que ha perdurado en la configuración urbana, situado entre la calle de Isaac Peral y las avenidas de la Memoria y Reyes Católicos.
2/16 La creación del asilo se debió a lo que hoy llamaríamos una “tormenta perfecta”: una epidemia, un cordón sanitario, un rumor y un bulo.
A finales de junio de 1834 se desató en Madrid la epidemia de cólera la cual se propagaba a través de alimentos o agua contaminados.
3/16 Se decretó, como siempre, un cordón sanitario: horario restringido en las puertas de acceso y cierre total de los portillos. Esto produjo la subida del precio de los alimentos por su escasez y la miseria, sobre todo, para los más desfavorecidos.