1/17 En 1895 surgió la idea de construir un gran edificio para asilo pero sin materializarse. Tras la declaración de ruina inminente del asilo de Moncloa, se convocó en enero de 1898 un concurso de proyectos.
2/17 Doce años más tarde, en 1910, se inauguró el Colegio y Asilo de Nuestra Señora de la Paloma, obra del arquitecto Francisco Andrés Octavio, situado en la Dehesa de la Villa.
3/17 Es frecuente confundir una conocida fotografía del Asilo de San Bernardino indicando que se trata del situado en Moncloa. En 2008, la valla de protección para la remodelación del antiguo intercambiador de Moncloa se ilustró con, entre otras, dicha instantánea.
4/17 Retrocedamos nuevamente en el tiempo al Sanatorio de la Cruz Roja: se ve el pabellón principal con un cuerpo central adelantado, una capilla al fondo y dos edificios a la derecha.
5/17 Comparemos dicho edificio con la fotografía reproducida que hoy se puede ver en el interior del intercambiador. No hay duda, se trata del mismo establecimiento: el cuerpo central adelantado del pabellón, la capilla y los edificios de la derecha, son los mismos.
6/17 El camino frente a la valla del asilo no es Isaac Peral sino Vallehermoso esquina a Fernández de los Ríos. La calle central del grabado del sanatorio era un paseo interior. En ambas imágenes se aprecia que la capilla, obra de Balmás, quedaba dentro del recinto.
7/17 El asilo de Vallehermoso llegó a tener entre 1000 y 1200 asilados a los que se les daba instrucción primaria, gimnasia y esgrima. Además, en los talleres de formación se les enseñaba diversos oficios: dibujo lineal, sastrería, zapatería, telegrafía, mecánica, etc.
8/17 En el plano de Facundo Cañada (1900) se señala, con en el n.º 222, el «Asilo municipal de San Bernardino (con los edificios del núm. 202) - Fernández de los Ríos y Galileo», y se observa que la portada de la capilla estaba orientada al sur (círculo negro).
9/17 La fachada principal de la capilla tenía dos pilastras, un rosetón en el centro y una pequeña espadaña que albergaba la campana; sobre ella, una sencilla cruz. En ambas imágenes es el mismo templo.
10/17 Como he dicho, el Asilo de San Bernardino dio origen, en 1910, al Asilo Virgen de la Paloma (hoy instituto de enseñanza media), en la Dehesa de la Villa. Allí fueron trasladados todos los mendigos el 18 de julio de 1910.
11/17 En la imagen de Google Earth podemos ver la capilla actual del instituto de la Paloma. Sorprende el gran parecido con la del Asilo de San Bernardino de la calle Vallehermoso.
12/17 A partir del traslado de asliados, el Asilo de San Bernardino de Vallehermoso pasó a ser un centro de tránsito mientras se les encontraba a los ingresados el establecimiento que más les convenía en función de edad y condiciones físicas y morales.
13/17 En 1927 se construyeron los actuales edificios para asilo y refugio para niños y niñas, hoy denominados residencias infantiles Vallehermoso y Chamberí.
14/17 Como dije en el primer hilo, el viejo y deshabitado Asilo de San Bernardino de Moncloa fue derribado a finales de 1906 o principios de 1907 y los materiales que se pudieron aprovechar se vendieron.
15/17 La Junta del Patronato de la Ciudad Universitaria compró a los herederos del duque de Granada de Ega «el solar de San Bernardino y otro contiguo para completar la linde de la Universidad con las calles urbanizadas del paseo de San Bernardino y Ataulfo» (Isaac Peral).
16/17 En 1931 se construyó el edificio de la Junta constructora de la Ciudad Universitaria, obra de Manuel Sánchez Arcas (hoy Pabellón de Gobierno). En noviembre de 1936 fue tomado por el ejército sublevado y, en enero del año siguiente, reconquistado por los republicanos.
17/17 Al término de la Guerra Civil el pabellón fue reconstruido y, entre 1943 y 1946, se construyeron los bloques de la Residencia de profesores, obra de Javier Barroso.
Una vez más, muchas gracias por leerme, por vuestros “Me gusta” y retuits.
Hace años escribí un hilo sobre el caso de un trampantojo de Madrid que se hizo realidad. Como soy incapaz de recuperarlo en tuiter (ahora X) lo vuelvo a poner ya que texto y fotos los tengo archivados.
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1/12 Historia de un #TrampantojodePuertaCerrada hecho realidad.
Corría el año 1917 cuando los vecinos de dos inmuebles de Puerta Cerrada, alarmados por las grietas aparecidas de pronto en todos los pisos, avisaron al administrador. A la derecha, se ve parte de uno de ellos.
2/12 El administrador pasó ampliamente del tema, así que los vecinos, avisaron al teniente de alcalde quien envió al arquitecto municipal. Este certificó que ambos edificios ─construidos en 1860─ corrían riesgo inminente de desplome.
15/30 Damos un salto en el tiempo hasta febrero de 1937: Juan Deportista ─seudónimo del cronista deportivo Alberto Martín Fernández─, en su “paseo” por la Ciudad Universitaria menciona la gruta con la imagen de la Virgen en su interior.
16/30 Como vemos, el cronista metido a reportero dice que el ejército rebelde libró a la «Virgen de piedra (...) de los cascotes y las pintarrajeaduras». Esto no quiere decir que legionarios y regulares resguardaran la imagen en la gruta. Ya estaba en el interior. Así lo creo yo.
Una fría y desapacible mañana de diciembre, al pie del Hospital Clínico, se bendijo el monumento a la Virgen. Un sencillo templete alojaba una imagen de la Inmaculada Concepción.
2/30 Era el único resto del Asilo de Sta. Cristina que sobrevivió veintinueve meses en el Frente de la Ciudad Universitaria de Madrid, desde el 17 de noviembre de 1936 hasta el 28 de marzo de 1939. Al término de la guerra permaneció en su gruta hasta que se inauguró el templete.
3/30 Pero retrocedamos en el tiempo a finales del XIX. En 1895, Alberto Aguilera vio culminada su ilusión: la inauguración del Asilo de Santa Cristina, situado más allá de la plaza de la Moncloa, un terreno obtenido gracias a su buena relación con la reina regente Mª Cristina.
1/8 Cuentan las viejas crónicas que en uno de sus paseos por el Real Sitio de El Pardo, Felipe IV se encontró con un hombre que se había colado en el bosque y estaba recogiendo bellotas.
2/8 Este no reconoció al rey y siguió a lo suyo hasta que el monarca le preguntó por qué se afanaba en llenar el cesto.
─Son para mi familia, tenemos hambre, señor.
El rey quedó impresionado y le dejó que siguiera cogiendo todas las bellotas que pudiera llevarse.
3/8 Ya en palacio, el rey ordenó que cada 15 de noviembre se abrieran las puertas de El Pardo para que los madrileños pudieran llevarse las bellotas que quisieran.
La costumbre dio lugar a la conocida romería de san Eugenio, la última del año.
(Palacio del Pardo, J. Leonardo).
1/22 Al viejo asilo de Moncloa se le fueron añadiendo estructuras adosadas en distintas épocas para ampliarlo y fue declarado en ruina inminente el 29 de enero de 1898 por el arquitecto municipal Andrés Octavio.
2/22 El periodista Roberto del Palacio había visitado el asilo y plasmó sus impresiones, curiosamente favorables, en el periódico en el cual trabajaba. Ni en su amplio reportaje ni en las fotos publicadas en La Revista moderna dejan ver el estado ruinoso.
3/22 El conde de Romanones, a la sazón alcalde de Madrid, fue a verlo “in situ” y decidió cerrarlo de inmediato. Pero surgió un problema: ¿Dónde alojar a los asilados?
1/16 El asilo y su huerta ocupaban un espacio triangular que ha perdurado en la configuración urbana, situado entre la calle de Isaac Peral y las avenidas de la Memoria y Reyes Católicos.
2/16 La creación del asilo se debió a lo que hoy llamaríamos una “tormenta perfecta”: una epidemia, un cordón sanitario, un rumor y un bulo.
A finales de junio de 1834 se desató en Madrid la epidemia de cólera la cual se propagaba a través de alimentos o agua contaminados.
3/16 Se decretó, como siempre, un cordón sanitario: horario restringido en las puertas de acceso y cierre total de los portillos. Esto produjo la subida del precio de los alimentos por su escasez y la miseria, sobre todo, para los más desfavorecidos.