Recuerdo cuando viajé sola a México este año. Estaba en Cozumel y me hice amiga de un chico que trabajaba como guía en los tours en lanchas. Al día 2 regresé porque fue muy amable conmigo y me consiguió mejor precio para un par de tours. Cuando se hizo de noche, se ofreció(…)
a dejarme en mi Airbnb porque él iba en auto y era un poco lejos, así que acepté. Subí al carro y me dijo que podía darme unas vueltas por la isla para que la conozca antes de irme al día siguiente. Durante los 2 días que coincidimos, me había ofrecido
de todo, hasta de su propia comida y cervezas. Siempre muy atento y simpático, solo conversábamos de la vida, pero apenas me dijo para pasear un rato en el auto, se prendieron las alarmas dentro mío, sentí miedo, pensé que podía ser una amenaza y yo estaba sola en una isla lejana
en un país que no era el mío y donde no conozco a nadie. Yo decía que no porque estaba cansada, pero en verdad era porque sentía miedo. Él intentaba convencerme porque era mi última noche y yo no sabía qué más decir, no quería decir que estaba asustada porque no quería ofenderlo
hasta que dije ok pero que sea rápido porque necesitaba descansar, así que prendió el auto y nos fuimos. Para ese momento ya estaba con todos los sentidos alertas y por dentro rogaba que no sea un desgraciado, dudé de todos los detalles amables
Sentía terror. Intentaba que no lo notara pero solo estaba inmóvil sin disfrutar de nada, y en mi mente solo corrían un sinfín de posibilidades. Solo pensaba en mi mamá en el cielo, que por favor me cuidara. Pensaba que podía ser solo un paseo
o una historia de terror que no sabía cómo podía acabar. Llegamos al final de la isla donde ya no había pista, cuando pensé que iba a voltear, siguió por un camino de tierra, toda era vegetación a los lados, literal una selva y pensaba que si él decidía hacerme algo, nadie
se enteraría aunque gritara, y así intentara escapar, me perdería en medio de todo eso. Pensé en mi papá y le pedía perdón por dentro, pensé en mis amigos, pensé en cada persona que quería porque quería volverlos a ver y ya no sabía qué más hacer del susto
Era una cosa que me dominaba por dentro. Para esto, él venía hablando porque no tenía idea de todo lo que estaba pasando en mi mente y yo solo respondía con monosílabos porque no podía ni hablar con el corazón latiendo a mil por hora y llorando por dentro.
Hasta que dio la vuelta y empezamos a regresar, aún nada era seguro y solo deseaba llegar, pegarme la ducha más fría del mundo y dormir agradeciendo estar bien y completa. Sentía un temor que no puedo describir, simplemente paralizante.
Nunca me dio motivos para pensar mal y aún así yo no podía conmigo misma. Finalmente y, después de los 40 minutos más largos de mi vida, me dejó en el Airbnb sin tocarme un pelo y muy simpático como siempre, y entendí más que nunca el daño con el que tenemos que convivir nosotras
las mujeres día a día. Que si me hubiera pasado algo, habrían dicho: “para qué va en un auto con alguien que no conoce, se lo buscó”. Que siempre es nuestra culpa. Que estamos desprotegidas. Quisiera saber si a los hombres les pasa eso alguna vez. Sentir ese miedo profundo y
paralizante en una situación similar. ¿Se habrían alarmado de esa manera? ¿Se hubieran sentido cómo me sentí? No puedo escribir esto sin llorar, estamos traumadas y no es para menos. Entonces no me vengan a decir que hay igualdad porque esto es cualquier cosa menos ser iguales.
Y siempre mi empatía y amor a todas esas hermanas que no tuvieron mi suerte.
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