Quizás una de las dictaduras modernas menos conocidas pero una de las más largas y brutales del siglo pasado, también una de las más interesantes fue el régimen de Hastings Kamuzu Banda, quién rigió Malawi con puño de hierro durante treinta largos años.
En su momento líder del anti-colonialismo en su país, Banda fundó el Partido del Congreso de Malawi —Malawi Congress Party (MCP)—, el cual manejaba un discurso nacionalista, que exigía la descolonización de Malawi y al mismo tiempo adoptaba una postura anti-comunista y pro-EE.UU.
Con la independencia del país el 6 de julio de 1964, Banda se convierte en el primer ministro durante los dos primeros años. En 1966 llega a presidente y en 1971 asesta un auto-golpe de estado, convirtiendo a Malawi en una dictadura conservadora y sumamente autoritaria.
Durante su visita a Canadá en mayo de 1992, el líder islamista sudanés Hassan al-Turabi fue atacado el karateka cinturón negro Hashim Bedreddin Muhammad, quién asestó un fulminante golpe a al-Turbani, haciéndolo caer contra el asfalto donde rompió su cabeza.
Muhammad atacó con rabia a al-Turabi y le hizo una llave con las manos conocida como tegatana para inmovilizarle y posteriormente le dio una brutal patada. La patada de Muhammad hubiese sido mortal de no ser porque un presente trató de empujar a Muhammad al asestar su golpe.
Pensando que al-Turabi estaba muerto, Muhammad huyó de las escena antes que las autoridades apareciesen. Cuando la policía y las ambulancias llegaron, al-Turabi yacía en un charco de sangre, con la cabeza abierta. Milagrosamente, aún seguía vivo.
En estas últimas décadas la juventud se ha infantilizado tanto, tanto física pero por sobretodo psicológicamente, que creo correcto decir que la mayoría de ellos, ya pasados los 18, no son adultos. 18 es una edad estándar bastante desfasada, hay muchos adolescentes de 22 o 23.
Alcanzar la mayoría supone que uno debe ser responsable de sí mismo como persona, de sus acciones y decisiones, terminando así el control y las responsabilidades legales de sus padres o tutores sobre ellos. Creo que una parte importante carece de dicha autoridad y responsabilidad
Además de las comodidades y falta de responsabilidades en comparación a nuestros antepasados, donde la vida te obligaba a madurar y hacerte cargo a ti mismo, sumale también que la esperanza de vida se sigue extendiendo. Las infancias y adolescencias se tornan cada vez más largas.
Un fenómeno muy desagradable que he visto en la comunidad LGBT y creo que deben ellos mismos combatir es esa fijación de muchos hombres mayores –de 35 a 50– con chavales mucho más jóvenes –de 15 a 20– y esa romantización de las relaciones entre distintas edades.
No, no es bonito ni «romanticamente erótico» un chaval de 18 con un señor de 40, solo es repulsiv0 y de muy mal gusto, no es tan distinto al viej0 verde que anda buitreando a chavalitas de 16.
Por si fuera poco, he visto a más de uno usar esos argumentos de «ellos provocan»
«son ellos [jóvenes] quienes los buscan mayores». Misma excusa de viej0 verde que de darse en una situación heterosexual sería vista como machista, desagradable y hasta ped0fila. No hay diferencia entre un señor que va detrás de jovencitAs que uno que va detrás de jovencitOs.
La confusión de «libertad» con «libertinaje» ha hecho muchísimo daño a nuestra sociedad. Esa «libertad para hacer lo que te de la gana» es, en realidad, una perdida del sentido y el propósito de uno, la anulación de la disciplina y orden, la libertad para esclavizarse uno mismo.
«Tu moral es liberticida, al menos soy libre» –Exclamó el hombre de casi treinta años que aún vive con sus padres, no sale de su habitación ni socializa con nadie al grado de desarrollar una leve misantropía, come en exceso cualquier chatarra que pille y es adicto al p0rno.
Su salud, tanto física como mental, van empeorando, con cero interés en formarse, cultivarse y encontrar un sentido propio, todo los estímulos los recibe de estar abstraído en videojuegos y la masturbaci0n. No trabaja, no estudia, su vida es triste y carente de propósito.
Partidarios de un presidente derechista izando una bandera Gadsden, símbolo americano de independencia nacional e históricamente asociado a la derecha política. No veo nada raro en esa foto. Ni fascistas ni ancaps, simplemente derecha estadounidense de toda la vida.
Y no, la bandera Gadsden no es necesariamente anarcocapitalista o libertaria, representa la independencia estadounidense y sus valores fundacionales plasmados en la Constitución de 1776 que aún rige el país.
Incluso existen varios Estados en los cuales las matrículas de los coches suelen portar el símbolo de la serpiente.