Uno de los mayores movimientos religiosos sectarios emergidos a fines del pasado siglo fue el emprendido por Bhagwan Shree Rajneesh —de nacimiento Chandra Mohan Jain—, místico hindú que inició su carrera religiosa como predicador reaccionario, opuesto al socialismo y al gandhismo
Durante su actividad como gurú en la India —inicialmente con el nombre de Acharia Rajneesh— fue progresivamente cambiando su pensamiento y alejándose del hinduismo tradicional para acercarse a un movimiento religioso anti-dogmatico, sincrético y despegado de las tradiciones.
Así buscó crear una reconciliación entre el pensamiento materialista occidental y el espiritualismo oriental, haciendo énfasis en su abogación por la libertad sexual, la libertad de expresión, el énfasis en la meditación, el pensamiento libre, el amor y el humor.
Sus ideas y pensamientos causaron gran escándalo en la India, donde incluso le llegaron a apodar como «el gurú del sexo» por sus posturas liberales sobre dichas cuestiones. Sin embargo, al mismo tiempo que escandalizó a muchos indios, llamó la atención de muchos occidentales.
Para escuchar sus sermones y enseñanzas, cientos y luego miles de personas viajaron desde Europa, Norteamérica y Oceanía. Así en 1970 se estableció en Bombay y comenzó a iniciar bajo sus lecciones a una serie de discípulos que pasaron a ser conocidos como «neo-sannyasins»
Durante este periodo amplió sus enseñanzas espirituales y comentó extensamente en discursos sobre los escritos de tradiciones religiosas, místicos, poetas bhakti y filósofos de todo el mundo. En 1974, Rajneesh y seguidores se trasladaron a Pune, donde establecieron un ashram.
En este ashram —monasterio hindú— se desarrollaron una gran variedad de terapias, incorporando métodos desarrollados por primera vez por el Movimiento de Potencial Humano. A los neo-sannyasins se les conoció también como «los hombres naranjas» por sus túnicas y vestimentas.
Cada vez más en conflicto con las autoridades indias, los neo-sannyasins decidieron abandonar el país y trasladarse a EE.UU. en 1981, más concretamente al condado de Wasco, en Oregón.
En Wasco, los neo-sannyasins emprendieron un ambicioso y costosísimo macro-proyecto urbano para hacer emerger de la nada una auténtica ciudad, una colonia neo-sannyasin, en medio del Oregón rural. Pese a todos los esfuerzos que supuso, se hizo realidad: Rajneeshpuram.
Rajneeshpuram se proclamó como comuna internacional y como sociedad libre, queriendo construir su propio sistema de leyes y normas al margen del Estado americano, una «sociedad libre» de religiosos. Pronto empezaron a arribar personas de todo el mundo a Rajnishpuram.
Rajneeshpuram rápidamente alcanzó los cinco mil habitantes y comenzó expandirse, lo cual hizo a la secta enfrentarse con unos lugareños que desaprobaban sus creencias y su forma de sociedad. La influencia religiosa de Rajneesh comenzó a expandirse por toda Oregón y luego el país.
Su presencia no se limitó a EE.UU., si no que fundaron colonias y templos a lo largo y ancho del globo, teniendo algunas de las más importantes en Italia y Dinamarca, y reclutando a gente de todos los continentes y todos los colores y nacionalidades. Incluso llegaron a la URSS.
La expansión de los neo-sannyasins comenzó a alarmar a las autoridades americanas y perturbar a su sociedad, que se mostraba desconfiada y temerosamente hostil a este singular movimiento. Sintiéndose amenazados, los neo-sannyasins, quienes en un inicio rechazaban la violencia
comenzaron progresivamente a militarizarse, adquirir armamento y establecer campos de entrenamiento y reclutamiento, llegado a crear su propio pequeño ejército y una fuerza policial fanáticamente leal al gurú. Para expandir su influencia y defender su derecho a existir, los
neo-sannyasins recurrieron a desafiar al sistema americano con sus propias armas, buscando ganar representación política y participar en la misma vía métodos legales y democráticos. Durante este periodo, la organización sufrió todo tipo de sabotajes por parte de las autoridades.
En 1984, gracias a una maniobra legal bastante sucia y cuestionable, el Estado de Oregón logró sabotear la participación neo-sannyasin en Wasco ante una victoria segura. Los neo-sannyasins decidieron tomar represalias por ello y orquestaron un ataque bioterrorista contra los
lugareños. La secta se infiltró en los restaurantes de Wasco y comenzaron a contaminar las ensaladas con salmonelosis, cobrándose un total de 751 afectados —ningún muerto, pero 45 personas sufrieron de problemas graves—, además de intentar sabotear el agua del condado.
En un inicio se pensó que brote fue de origen natural y no se sospechó de ellos hasta que empezaron a llegar a manos del FBI rumores y evidencia de presuntos laboratorios en Rajneeshpuram en los que se estaban desarrollando armas biológicas.
Este incidente, sumado a los crecientes escándalos sexuales y de corrupción que estaban dándose dentro de Rajneeshpuram, incluyendo la lujosa vida de Rajneesh, y también a una cada vez mayor división interna ante la llegada de nuevos integrantes, empezó a descomponer al culto.
Rápidamente de les empezó a encriminar de numerosos delitos que iban desde incendios provocados hasta amenazas y extorsión. Con esta razón, un grupo de neo-sannyasins intentaron en 1985 liquidar al Fiscal General Charles H. Turner.
Este nuevo hecho y la acumulación de denuncias y acusaciones, se le sumó una escisión y fuga fieles, quienes siguieron a Ma Anand Sheela, número dos de la secta y secretaria personal de Rajneesh. Sheela era mucho más radical y violenta que el gurú y se enfrentó a su maestro
ante una creciente pérdida de poder y el ascenso de una nueva élite interna de ricos recién llegados, cada vez más cercanos a Rajneesh. La tensión interna estalló cuando Sheela y los suyos intentaron asesinar al médico personal de Rajneesh, Sw Prem Amrito, a quien acusaban de
drogar al gurú siguiendo las órdenes de este nuevo círculo. Este incidente supuso la ruptura definitiva e inició una guerra interna que hizo colapsar a la organización. Sheela escapó a Alemania para protegerse y Rajneesh comenzó a romper su silencio para acusar abiertamente a los
desertores de la organización y perseguirlos. Estos eventos permitieron al FBI adentrarse más y más en la organización y en un punto donde Rajneesh se encontraba arrinconado, este se ofreció a cooperar con las autoridades y confesó los delitos realizados por la secta, pero
cargando culpa de ellos hacia Sheela. Rajneesh fue arrestado y se le pidió 150 años de cárcel, algo que pudo arreglar pagando una fianza gracias a sus millonarias cuentas y llegado a un acuerdo con las autoridades por las cual él regresaría a la India.
Rajneesh aterrizó en Dehli en noviembre del 85 donde fue recibido como héroe por sus discípulos indios y denunció a los Estados Unidos, diciendo que el mundo debe «poner al monstruo EE.UU. en su lugar» y que «O a EE.UU. se le calla o EE.UU. constituirá el fin del mundo».
Tras varios semanas en India, viajó a Nepal a difundir su palabra, pero le deportaron. Probó suerte en Grecia y le volvieron a deportar. Viajó a Suiza, Suecia y Reino Unido y ninguno le permitió la entrada. Se fue de Europa a Canadá y tampoco le dejaron entrar.
De Canadá se quedará dos semanas en Irlanda, pero se le obligará a abandonar el país. Viajará a España, pero su avión fue rodeado por la Guardia Civil y expulsado de vuelta. Finalmente encontró refugio en Senegal y más tarde se trasladó a Punta del Este, Uruguay.
Tras un tiempo viviendo en Uruguay, intentará refundar una nueva Rajneeshpuram, pero el gobierno estadounidense presionará al gobierno uruguayo para deportar a Rajneesh. De Uruguay viajará a Jamaica, pero al llegar a Kingston fue detenido y deportado de vuelta.
Tras meses dando vueltas por el mundo en busca de continuar su secta a escala internacional, Rajneesh se dará por vencido y volverá a la India en julio de 1986.
En enero de 1987 anuncia su regreso al ashram de Pune y su intención de continuar el culto justamente donde éste se originó. Desde principios de 1988, los discursos de Rajneesh se centraron exclusivamente en el zen y más tarde desarrolló un interés hacia el marxismo.
En 1989, con un estado de salud cada vez más deteriorado, Rajneesh anunció que abandonaría dicho nombre pues suponía con ello la superación de una etapa de su vida y un renacimiento como ser humano: a partir de entonces sería únicamente «Osho».
Hablar de los vínculos entre el neofascismo/neonazismo y el nacionalismo blanco contemporáneo, más que nada en sus sectores más tendentes a lo esotéricos y lo neopagano, con el satanismo tampoco creo sea novedad.
El neozelandés K. R. Bolton, exlíder del NWP y uno de los más influyentes teóricos del movimiento supremacista blanco actual, por ejemplo, es un conocido adepto al satanismo y a lo oculto. No por nada, él es también el fundador de la Orden del Camino de la Mano Izquierda.
Influenciado por Charles Manson, Mishima Yukio, Varg Víkernes y la síntesis satánico-nietzscheana del ONA británico, su orden se cimenta sobre una idea de total rechazo al «dualismo moral» del «inconsciente colectivo occidental» inducido por la fe «zoro-judeo-cristiana».
¿UN FÜHRER JAPONÉS? Hilo sobre la vida y pensamiento de Nakano Seigō, fascista japonés 🇯🇵🗾🧵
Antes que nada aclarar que el hilo es meramente informativo, con fines históricos y busca ser en todo momento neutral. El mismo toma como referencia el segundo volumen de Pan-Asianism
A Documentary History, concretamente el capítulo escrito por Stefano von Loë.
Nuestro protagonista nace en 1886 y crece en Fukuoka. Su padre, un samurái al servicio de Kuroda, quedó relegado a ser un simple trabajador de una casa de empeño tras la Reforma Meiji. A pesar de que su padre acabó en la quiebra, Nakano siempre estuvo orgulloso de su estirpe.
Sí bien lo que se dice no es equivoco, se está haciendo un salto de tiempo e ignorando algunos detalles muy importantes. El más importante es que ignora que el DAP de Múnich no era más que una versión «importada» del DAP original, el cual se fundó en Aussig en 1903.
El DAP no lo fundan Drexler y Harrer en 1919, lo que Drexler y Harrer fundaron fue una sucursal en Weimar, un copia-pega, de un partido previamente existente en Austrohungría, fundado por Ferdinand Burschofsky y Ludwig Vogel. Y este sí provenía de la izquierda socialista.
No digo con ello que esté partido fuera de izquierdas, pero sí tiene su cuna en el sindicalismo de izquierdas. El DAP fue el primer partido «nacionalsocialista», pero este se fundó con la finalidad de dotar de un brazo partidista al Mährisch-Trübauer Verband.
El libro en el que se basará el siguiente hilo se trata The Beast Reawakens: Fascism's Resurgence from Hitler's Spymasters to Today's Neo-Nazi Groups and Right-Wing Extremists, de Martin A. Lee.
Enero del 53, el ejército egipcio realiza un desfile: entre los espectadores, rodeado de varios oficiales, incluido el coronel Gamal Abd al-Naser, se encuentra un alemán de gafas oscuras: Se trata de nada más ni nada menos que Otto Skorzeny, el «hombre más peligroso de Europa».
El 25 de agosto de 2011 las fuerzas rebeldes apoyadas por la OTAN anunciaron que habían descubierto fosas comunes con los restos de 1700 prisioneros supuestamente asesinados por el régimen de al-Gaddafi cerca de la prisión de Abu Salim.
Los primeros en difundir la información fue al-Jazeera. Sin molestarse en verificar absolutamente nada, escribieron el titular «Mass grave of Libyan prisoners found». Rápidamente cadenas estadounidenses tradujeron el artículo y la noticia se regó por los medios occidentales.
Para quien no lo recuerde o no le suene: En 1990, cuando se produce la invasión a Kuwait, EE.UU. necesitaba excusas para justificar ante la opinión pública su intervención. Es ahí cuando aparece una adolescente, una supuesta enfermera kuwaití, en el Comité de Derechos Humanos.
La chica, entre lágrimas y angustia, cuenta una historia aberrante como fue testigo de como los iraquíes entraron a su hospital y empezaron a matar a todos los bebés en las incubadoras. El testimonio fue sumamente mediático, dio la vuelta al mundo y shockeó a todos.
El propio Bush, en un discurso anunciando su decisión de intervenir en Kuwait, citó el caso como una evidencia de la monstruosidad iraquí y la necesidad estadounidense de intervenir. «Nos encontramos ante el Hitler de nuestros tiempos», decía Bush.