Thread by @vfeinmann

Si leíste el #Verano12 de ALEJANDRA KAMIYA quizá te guste este hilo. Si no, quizá te den ganas de leerlo bit.ly/3HD4IwS y volver
Yo estaba tan triste q no salía d la cama y mi marido dejó cerca el Verano12, como miguita d pan, como platito d leche
Este es un🧵literario

Ella misma explica: “Veo aquí los temas d los q sigo hablando. Intentando cambiar, repito, e intentando repetir, inevitablemente cambio”
En este y en todos sus cuentos, Kamiya trabaja el modo en q las palabras conviven con –o ganan su peso específico gracias a– el silencio
1/22

No es q lo escriba literalmente (aunque a veces sí, como en “Arroz”: “almorzamos en silencio. Un silencio liviano como el aire del q está hecho, y en el que se expresa mejor el sabor de lo que comemos”) ni es q sus personajes no hablen sino q el silencio se siente al leerla👇2/22

Todo estaba lejos en medio de ese desierto. La vía, con la duda de haber sido olvidada. El horizonte echado por los cuatro costados. Puso su silla apuntando a la ciudad, de frente al viento, y allí se quedó. La madre de Ana había regresado sin que Ana se notara en la panza 3/22

Sea por grande, por abierto, por quieto o pequeño, todo trasunta silencio. Sin duda eso puede atribuirse a la ascendencia d la autora. Más q Kazumi-Stahl, Kamiya encarna rasgos de la cultura japonesa tradicional: quietismo, naturaleza, pudor. Haragei vs parloteo occidental👇4/22

“Puso también hojas de los árboles y un rosario que tenía una cruz de la que el Cristo se había perdido dejando sólo la marca de unos clavos diminutos”
Qué modo tan sutil de la ausencia y la pérdida. A Kamiya no le hace falta decir la palabra silencio para q haya silencio 5/22

Es la escritora de las comparaciones, d esas oraciones q se piensan c detalle, q cierran en sí mismas como poemas (como haikus) y unen naturaleza y vida cotidiana con la palabra COMO
“Con forma de V, como las bandadas de pájaros cuando se van”
“La casa sola, como un error” 6/22

dijo su abuelo como si hablara de pan o de agua
ombúes gordos como dos vigilantes
surcos junto a su boca como arados en la tierra
recuerdos como nubes que cambian d forma
lo metió en su estuche como en un ataúd
ojos oscuros como tronco de árbol
Llega a cansar? 7/22

En tanto recurso repetido, puede ser estilo, puede ser agobio, puede caer en formas menos ingeniosas. Acá me gustaron las que juegan con marcas gráficas del lenguaje: la boca entre dos paréntesis negros, la casa como un error, la vía como una línea que subraya 8/22

En otro cuento que se llama “Los nombres” escribió: “Siempre los demás exhibiendo la diferencia, para hacerla caer sobre nosotros como un acento” 9/22

Y la palabra está puesta en cuestión: si Ana tiene una pregunta debe guardarla para cierto momento del día. Ante cada dolor familiar el abuelo deja de leer. Ana cree q el abuelo tose xq tiene algo atragantado para decir. Eso q no dijo –piensa– debería escribirse en su tumba 10/22

La boca de la abuela –su palabra– está entre paréntesis. Ella quedó reducida a “verbo y huesos” –qué hermosa definición de la vejez– y cuando también se extingue, cuando el último ser humano se va, Ana busca –en vano– palabras en la naturaleza👇11/22

Escuchaba el viento en los álamos y salió “para estar segura de q no le hablaban”. Pensó q la vaca “merecía un nombre”. Estaba ahí y la miraba con ojos “q nunca decían nada”. Los árboles callados. Las hojas “mudas en las ramas”. Y los pájaros q sólo “cantaban lo q sucedía” 12/22

En este cuento el ruido irrumpe, paradójicamente, cuando el tren disminuye la velocidad. Una vez más, no hace falta escribir la palabra ruido. Pero es tanto lo que se ve en pocos segundos que produce barullo. La desaceleración del tren permite una aceleración de la prosa👇13/22

“Unos metros antes de la casa, el tren aminoró la marcha, y pasó tan lento que Ana pudo ver los vagones, los pasajeros en las ventanillas, sus rostros, las manos de un niño pegadas al vidrio, las ropas de colores hasta los hombros y equidistantes” 14/22

Fuera de contexto quizá no lo parece, pero en la calma de la prosa que lo rodea da un poco de vértigo, no?
Ana, por primera vez alterada, no puede parar de recorrer todo con la vista 15/22

Por supuesto que en un cuento cuyo leit-motiv es el silencio o, como dijéramos, el peso de las palabras en él. La resolución final (bien!) se hilvana con esos mismos elementos por los que pasó la historia👇16/22

Ana sintió algo “para lo que no tenía palabras”. Si le hubieran preguntado “no habría sabido qué responder”. El tren “dejó un silencio que Ana nunca había escuchado antes”. El violín quedó incapacitado de sonar y ella, consecuentemente, abandonó el lugar 17/22

Dejé para el final una particularidad de esta autora porque no sé si soy yo la única a la que le pasa. Una narradora que siempre es tan sensata y sin embargo hace afirmaciones como mal calculadas o que van en contra del sentido común, por ejemplo👇18/22

El otro cuento que mencioné de ella, “Los nombres”, empieza: “Hay cosas que no tienen nombre. Ciertos momentos del día, como aquel rojizo entre la tarde plena de luz y la noche, algunos colores como verdes que no son agua ni musgo”
Yo diría q lo primero se llama atardecer 19/22

En este: “El agua salía siempre helada. 'De las entrañas de la tierra' decía el abuelo”.
Y todo en mi ser me hace pensar que el agua de las entrañas de la tierra sale caliente 20/22

O: “el abuelo iba inclinado para el lado contrario al que sostenía el balde. A veces Ana le tomaba la mano de ese lado y el abuelo volvía al centro”.
No le tendría que haber tirado de LA OTRA mano para enderezarlo? 21/22

Perdón, Alejandra Kamiya, por ser una lectora tan literal. Son como basuritas que me quedan flotando en la cabeza y que en nada impiden que disfrute –disfrutemos– de tu prosa. Gracias Verano12, porque hace calor y estamos tristes, pero la literatura refresca como nunca. 22/22

voy a probar desplegarlo para les amigues de facebook

@threadreaderapp unroll