Sorolla visitó Ávila en dos ocasiones, en marzo de 1910 y mayo de 1912, para pintar del natural cuadros preparativos para La Fiesta del Pan
Desde Ávila Sorolla escribea su mujer Clotilde: "Yo no sé qué me ocurre con la luz de Ávila y el frío mezclados, que sin sentirme mal, hay algo que te quita el deseo de pintar a gusto, será la triste pobreza de esta naturaleza. No lo sé, pero al mismo tiempo atrae su severidad.."