- Doctor, tengo un problema muy serio y necesito su ayuda desesperadamente! Mi bebé no tiene un año y estoy embarazada de nuevo. ¡No quiero otro hijo!
Entonces el médico dijo:
- En qué exactamente quieres que te ayude?
¡Quiero hacer un aborto!
Después de pensar por unos instantes, el médico dijo:
- Mira, tengo una idea que me parece mejor y también es menos arriesgada...
La mujer sonrió satisfecha.
Así que el médico continuó:
- Mira: Para que no tengas que cuidar de dos bebés, vamos a matar al que está en tus brazos. Así podrás descansar hasta que el otro nazca. Ya que vamos a matar a uno de tus hijos, no importa cuál de ellos sea... Dicen que los hijos son todos iguales para las madres... No es así?
Y, además, tu vida no correrá riesgo con procedimientos quirúrgicos, si eliges ése para matar.
La mujer, con las palabras del médico, dijo:
- ¡Qué monstruosidad me está proponiendo! ¡Matar a un niño es un crimen!
El médico le respondió:
- Estoy de acuerdo. Pero pensé que eso no era problema para ti...
Sólo te estoy sugiriendo que elijas al hijo que será asesinado...
Por el rostro de la mujer, el médico vio que había podido aclarar su punto de vista.
Y él la convenció de que no hay diferencia entre matar a un niño que está en sus brazos o a uno que está en el vientre. El crimen es el mismo.
Sabes desde cuándo Dios te ama? Desde el vientre de tu madre!