(1/7) A ver “expertos” sobrevenidos en polemología y geopolíticas varias:
Las fuerzas militares rusas en Ucrania, que son 1/3 de las que están listas para intervenir, van con el freno de mano echado y no han querido entrar, aún, en Kiev.
(2/7) La forma del despliegue demuestra que se está siendo muy cuidadoso en minimizar las víctimas civiles, algo fácil de comprobar por la ausencia de imágenes en los informativos de los grandes medios cuya existencia sería convertida en un campaña propagandística a nivel global
(3/7) Se están evitando los bombardeos estratégicos y de saturación contra núcleos urbanos.
En esta fase no se está entrando a combatir dentro de las ciudades.
Se han destruido la mayoría de las capacidades militares estratégicas ucranianas.
(4/7) Se están desplegando en profundidad en al menos tres frentes que parecen indicar se dislocarán en diferentes maniobras de pinza.
Esta fase deja abierta la posibilidad para negociar una desescalada siempre que se contemplen y garanticen las peticiones rusas de seguridad.
(5/7) Rusia percibe como una amenaza existencial la expansión de la OTAN a sus fronteras y como línea roja el cambio de rol ucraniano para convertirla en punta de lanza y final de cerco.
Si no hay estás garantías, mi impresión, es que la siguiente fase será cruenta y decisiva.
(6/7) Ya pueden seguir con la propaganda y con los “expertos” rusófobos o directamente pagados por las inteligencias OTAN.
Sigan comprando que Rusia está siendo derrotada y que Kiev resiste, cuando ni ha empezado el baile urbano.
(7/7) Sigan comprando el odio y la deshumanización del oponente. Es la garantía de que el desastre de la guerra total arrase con la estúpida superioridad moral de la que muchos hacen gala.
No es un juego. Hay que hablar y llegar a acuerdos. Respeto, y más a nuestro vecino.
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