¿Os imagináis ir a una charla científica y ver al ponente enseñando su miembro y recorrer la sala donde da la charla con los pantalones bajados?
Por increíble que parezca, esto ocurrió en un congreso médico, de urología, no podía ser de otra cosa…🧵 #hilodivertido
El 78 Congreso Anual de Urólogos Americanos se celebró en 1983 en Las Vegas, allí el profesor Giles Brindley, neurofisiologo británico era el encargado de dar esta charla.
Brindley tenía buena reputación como científico y ya había dado una charla sobre estimulación rectal.
Llega el día de la charla, y el profesor es visto en el ascensor en chándal, atuendo poco convencional para dar una charla científica…pero el espectáculo no había empezado aún.
El título de la charla es “Terapia vasoactiva en disfunción eréctil”
Brindley comienza su charla comentando que tiene la hipótesis de que la inyección de vasoactivos en el cuerpo del pene induce la erección.
Como no tenía un animal a mano, decidió experimentar en el mismo y comenzó a exponer diapositivas…
Se lo que pensáis…sí, de su miembro.
En las diapositivas mostraba su pene con distintas dosis de fármacos y distintos fármacos y cómo afectaban a su erección, de más blando a, permitirme la expresión, más “tieso”.
Su hipótesis, viendo el estado del miembro, era eficaz, aquello estaba en su máximo esplendor.
No contento con eso, los asistentes se dieron cuenta del bulto tan sospechoso que marcaba su pantalón de chándal.
Un asistente, Arnold Belker le comentó que uno de los fármacos usados no estaba aprobado por la FDA y era cancerígeno. Las risas no se hicieron esperar, se le caería?
Viendo que su bulto era más que aparente, tras confesar que se había inyectado papaverina antes de bajar en ascensor, apretó el pantalón para que se le viera más el “bulto”.
Para demostrar que era todo suyo y que no se había metido unos calcetines, invito a la gente a “tocar”.
Los asistentes estaban atónitos, algunos abochornados y otros disfrutando del “show”.
Viendo que nadie se animaba a tocar, dijo: “me gustaría dar a la audiencia la oportunidad de confirmar el grado de mi erección”
Se bajo pantalones y calzoncillos y comenzó a bajar las escaleras como un pingüino, acercándose s las butacas…
Algunas mujeres de las primeras filas gritaron mientras veían una erección bamboleando cerca de sus caras.
Viendo el estupor general, terminó su “exhibición”…
En esta ocasión, lo que pasó en Las Vegas no se quedó en Las Vegas, y está charla surrealista se contó por botones del hotel si querían escucharla. FIN.
Espero que os haya divertido tanto, como a mí escribirlo.
Si te gustó, se agradece Rt. Si alguien se ofendió 🙏🏻 #hilojulsfm
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A mediados del siglo XX no existían los test de embarazo como ahora que en un par de minutos sabes el resultado, para saber si una mujer estaba embarazada, un conejo acababa muerto, hasta que llegó una rana africana con garras con una pandemia bajo el brazo.
El TEST de la RANA
Los antiguos médicos del antiguo Egipto desarrollaron la primera prueba de embarazo conocida alrededor del 1400 a.c. Las mujeres orinaban en una mezcla de cebada y trigo.
Si el bebé era macho, la cebada brotaba, si era hembra, era el trigo el que brotaba.
Si no lo hacía ninguno de los dos, no había embarazo.
La prueba se intento demostrar en el s.XX si era capaz de diferenciar por sexo, algo que no se consiguió pero el 70% de los positivos si los detectaba este método, quizá debido a elevación de hormonas durante el embarazo.
Tradicionalmente, la eritromicina se usa para tratar infecciones bacterianas, pero quizá no conozcas su capacidad para mejorar la motilidad gastrointestinal.
La eritromicina puede estimular los receptores de motilina en el intestino, lo que promueve el vaciado gástrico y acelera los movimientos intestinales.
A través de este mecanismo de acción, aumentan la amplitud de las contracciones gástricas, acelerando el vaciamiento gástrico en pacientes con gastroparesia diabética, idiopática y postvagotomía.
Según datos del propio Ministerio de Sanidad, el 0,05% de la población entre 40-65 padece alzheimer, porcentaje que va en aumento por grupo de edad, hasta llegar a alcanzar casi al 40% de los mayores de 90 años.
LECANEMAB supone una nueva esperanza para ralentizar la enfermedad.
La enfermedad fue descrita por Alois Alzheimer, el científico que descubrió el olvido, el 4 de noviembre de 1906 en una Conferencia de Psiquiatría en el suroeste alemán bajo el nombre ¨Sobre una enfermedad específica de la corteza cerebral¨.
Alzheimer había observado que los pacientes sufrían pérdida de memoria, desorientación, alucinaciones, y en el análisis post mortem de sus cerebros, encontró placas acumuladas de una sustancia anómala, amiloide, y acumulación de materia fibrosa en las neuronas.
Sobreutilización de INHIBIDORES BMBA DE PROTONES
El uso a largo plazo de inhibidores de la bomba de protones (IBP) se asocia con una variedad de efectos adversos, respaldados por estudios clínicos, datos observacionales y advertencias regulatorias.
Si bien los IBP son efectivos y generalmente seguros para el uso a corto plazo, su uso prolongado, especialmente más allá de las 8 a 12 semanas, se ha relacionado con varios riesgos para la salud.
Efectos adversos de uso a largo plazo de IBP:
🟣 Deficiencias de nutrientes
• Deficiencia de vitamina B12
• Deficiencia de magnesio (puede provocar calambres musculares, convulsiones, arritmias)
• Malabsorción de calcio (relacionada con pérdida ósea)
• Anemia ferropénica
Fue el primer fármaco que dio lugar al grupo de los AINE. El uso de la salicilina es probablemente el remedio más antiguo que sigue en uso en la actualidad, aunque su desarrollo es relativamente reciente, ya que está disponible comercialmente desde 1904.
ASPIRINA
Los AINE son fármacos inhibidores de las enzimas COX.
El descubrimiento de enzimas COX data del 1990. Este descubrimiento determinó la clasificación de los diferentes fármacos AINE y el estudio de sus diferentes perfiles de acción. El descubrimiento más reciente fue COX-3 en 2002
La salicilina, glucósido presente en corteza de los sauces de la familia salicáceas (género salix, como salix alba, salix fragilis) es probablemente el remedio más antiguo contra el dolor que se usa actualmente.