Como en otras mil series, aquí los protas son los más ricos de Nueva York... pero en una época
fascinante, finales del siglo XIX, en la que la ciudad estaba inmersa en un momento de enormes cambios políticos y sociales, y en la que económicamente crecía como la espuma para convertirse en la capital del mundo que sería desde, quizás, el final de la Primera Guerra Mundial.
La narración se centra en la lucha de poder entre los nuevos ricos (burgueses de nueva cuña que habían hecho inmensas fortunas gracias al desarrollo industrial y financiero) y a los viejos ricos, descendientes de los primeros ingleses llegados a la isla, poseedores de rango,
nobleza y abolengo.
La ambientación es ridículamente brutal. Aunque la historia no te interese mucho, merece la pena ver la serie aunque solo sea por las casas, los vestidos, los muebles... y unos exteriores alucinantes que no termino de comprender cómo se han conseguido.
La historia es, también, maravillosa... aunque tiene tantos personajes que, a menudo, puedes tener la sensación de que no están contando la historia que realmente te interesa y que, en realidad, no sabes demasiado de gente que aparece para decir dos frases y después desaparece.
Yo la he disfrutado apasionadamente, aunque tampoco tiene mucho mérito porque es una serie hecha personalmente para mí.
Solo le saco dos fallos:
- Muchos de los secundarios me parecen algo desdibujados, tanto que me sería imposible decir sus nombres.
- Algunos de los actores
de este monumental elenco están, sin duda, desaprovechados. No puedes contratar a alguien con el carisma de Christine Baranski y darle un personaje literalmente hierático que, más allá de un par de frases sueltas pretendidamente icónicas, no mueve un músculo de la cara en nueve
episodios. Y lo mismo puedo decir de Audra McDonald (que saldrá unos cinco minutos en toda la temporada) o el incombustible Nathan Lane, cuyo personaje —una suerte de Truman Capote finisecular— podría haber dado muchísimo más juego.
En fin, es una serie que recomiendo muchísimo
y cuya segunda temporada espero con ansia. Ojalá que para entonces conozcamos mejor a los personajes y se aproveche más a algunos actores. Por lo demás, a buen seguro, el espectáculo televisivo está más que garantizado.
Miniconsejo a los creadores de contenido con cuentas pequeñas:
A menudo te parecerá que lo que haces no sirve de nada porque tienes unas cifras muy bajas, y tendrás la sensación de que nadie te ve. Pero cada cosa que subes y que haces con cariño, honestidad y personalidad en
realidad está llegando a más personas de las que crees. No todo el mundo interactúa, no todo el mundo compra. Pero lo que aportas está siendo visto por gente que empieza a entender quién eres, qué haces y cómo lo haces. Y cada vez llegará a más gente, a veces a un ritmo
desesperantemente lento, a veces con saltitos imprevistos. Y lo importante no son las cifras inmediatas, sino el disfrute y el amor que le pones a lo que haces, el cariño que poco a poco vas despertando en cada vez más gente y la credibilidad de lo que muestras en pantalla.