1/21 En el último hilo hablábamos sobre cómo las serpientes han aprovechado evolutivamente su mala fama. Es decir, que como los animales solemos ser bastante malos distinguiendo especies, muchas serpientes tratan de pasar por venenosas sin serlo (mimetismo batesiano). #sugebizi
2/21 Pero para imitar a una especie venenosa, debe haber algún aspecto que la identifique claramente como tal. ¿Lo hay? Pues el caso es que sí. En muchas especies venenosas han evolucionado rasgos muy llamativos y fácilmente identificables. A esto se lo conoce como #aposematismo.
3/21 Los casos más conocidos de este fenómeno son los que afectan a la coloración: los patrones contrastados de colores vivos a menudo denotan veneno o toxicidad. Por ejemplo, el amarillo/negro de avispas, abejas o de la salamandra común; o el patrón del mortal pulpo australiano.
4/21 Pero el aposematismo no sólo se expresa con colores. La “capucha” que despliegan las cobras y cómo se elevan también son señales aposemáticas. E incluso hay aposematismo sonoro📢: el sonido que producen las #serpientes de cascabel, o los bufidos de nuestras #víboras.
5/21 Curiosamente, aquí todas las serpientes suelen bufar cuando amenazan, mientras que en Norteamérica, muchas de las no venenosas hacen vibrar la punta de su cola, golpeando así el suelo e imitando el movimiento y sonido del cascabel que da nombre a los venenosos crótalos.
6/21 Cuando una especie venenosa o tóxica exhibe su coloración o su comportamiento y sonidos amenazantes, no está haciendo otra cosa que tratar de comunicarse con sus potenciales depredadores con un sistema de señales que éstos puedan comprender. Pero, ¿por qué lo hace?
7/21 Es evidente que a una serpiente no peligrosa le resulta ventajoso tratar de convencernos de que sí lo es (engañarnos), pero, ¿por qué una serpiente venenosa se molesta en avisar?
La evolución siempre favorece cualquier rasgo o comportamiento que evite una confrontación.
8/21 Ésa es también la razón por la que casi todas las especies animales con capacidad para matarse en una “discusión”, no suelen hacerlo, sino que presentan comportamientos que les permiten resolverla sin que la sangre llegue al río.
9/21 A menudo se interpreta erróneamente que esto ha evolucionado “por el bien de la especie”. No es así, sino que ha evolucionado por la “egoísta” intención de evitar los probables daños que resultarían de una confrontación física, incluso cuando se sale victorioso.
10/21 Esa es la razón por la que los ciervos tienen cornamentas que les permiten medirse mutuamente la fuerza, empujándose con ellas entrelazadas, sin llegar a hacerse daño. O por la que, quien mucho amenaza, rara vez muerde.
11/21 También es la razón por la que han evolucionado vivos colores, cascabeles o capuchones en muchas serpientes: las especies venenosas siempre prefieren resolver sus encontronazos con nosotros u otros potenciales depredadores mediante meras amenazas y huyendo.
12/21 En las especies de nuestro entorno, las amenazas aposemáticas (o batesianas) se restringen a bufidos y a ciertos movimientos. Por ejemplo, aplastan sus flexibles mandíbulas, consiguiendo de este modo que su cabeza adquiera una forma triangular.
13/21 La cabeza triangular y bien diferenciada del cuerpo es una característica de las víboras que éstas también suelen exagerar cuando amenazan. Hablando de las víboras, siendo venenosas, ¿por qué no tienen una coloración aposemática? ¿No la tienen?
14/21 Se ha solido especular con que el zigzag oscuro tan característico que presentan dorsalmente podría ser una señal de este tipo. Sin embargo, todo apunta a que, en realidad, también se trata de una coloración críptica, para camuflarse en su entorno (1).
15/21 Nuestras víboras son especies tan discretas y poco agresivas que normalmente les basta con pasar desapercibidas gracias a que ese zigzag, que cuando están enrolladas en el claroscuro de su entorno, “rompe” y desdibuja su figura.
16/21 También se ha interpretado a menudo como mimetismo batesiano la coloración de la culebra viperina, que recibe ese nombre, precisamente, por presentar el mismo zigzag que las víboras. Sin embargo, es más probable que se trate de un caso de convergencia evolutiva.
17/21 Este fenómeno ocurre cuando, ante presiones evolutivas similares, un mismo rasgo o conjunto de rasgos (fenotipo) evolucionan de forma muy similar en dos linajes independientes. En la imagen: nuestra rana verde, un ránido (⬅️) y una especie australiana, un hílido (➡️).
18/21 Otras especies, como la culebra lisa de la foto, sin llegar a tal grado de convergencia, también presentan patrones de coloración similares, que no sólo les ayudan a confundirse con su entorno, sino que también nos dificultan a nosotros distinguirlas entre ellas.
19/21 Porque las coloraciones crípticas, al tratar de ser confusas, también son muy variables dentro de la misma especie (al contrario que las aposemáticas, muy consistentes, ya que son señales que tratan de maximizar su eficacia eliminando cualquier ambigüedad).
20/21 Las especies de nuestro entorno suelen ser crípticas, así que es difícil identificarlas por su coloración o con tópicos como “las víboras tienen cabeza triangular”. Ya adelantamos que somos malos distinguiendo especies… pero sobre eso hablaremos en el siguiente hilo.
Atención #sugezain❗️🐍Con mucha pena ha llegado el día en el que nos despedimos de #sugebizi. Debajo podéis ver los datos recogidos, entre todos, durante estos últimos cuatro meses 👇
En total nos habéis mandado 273 citas. ¡Espectacular! De las 11 especies de serpientes que hay en Euskal Herria, hemos conseguido citas de 10: la que más ha aparecido es la culebra de Esculapio con 94 citas; la víbora hocicuda, en cambio, no se ha dejado ver.
También queremos agradeceros vuestra participación: habéis sido 149 #sugezain. ¡Genial! No nos queda más que dar las gracias por seguir con nosotros la evolución del proyecto todas las semanas y por haber compartido tantas citas y tantas fotos.
1/16 ¿Por qué las serpientes no tienen patas? A lo largo de los últimos 7 hilos, durante la campaña #sugebizi, nos hemos ido moviendo, a través del estrecho margen de caracteres que deja Twitter, con hilos alargados y sinuosos como las propias serpientes.
2/16 Partimos del por qué nos dan miedo, viendo cómo en parte es innato, pero en parte aprendido. Y hemos partido de ahí porque ese aprendizaje podemos alterarlo y cambiar así la idea cultural que tenemos de ellas. Con estos hilos tratamos de contribuir.
3/16 El miedo nos llevó al veneno, a para qué sirve, qué peligro real supone para nosotros aquí, qué serpientes lo tienen y cómo distinguirlas. Nos fijamos en su coloración, porque algunas nos advierten con ella de quiénes son, para dejarlas en paz.
1/25 En el último 🧵 acabamos con la foto de una víbora del Gabón, una de las más grandes del mundo que, como su nombre indica, es africana. Pero ¿qué tiene que ver una especie africana con la conservación de las serpientes nativas de Euskadi? #sugebizi
2/25 En aquel hilo hablábamos sobre la complejidad del concepto de #biodiversidad y cómo también debería amparar la conservación de especies comunes, tan dejadas de lado por la conservación, que suele centrarse en las raras, ya que sus problemas son más obvios.
3/25 Los principales problemas de conservación de una especie rara son bastante evidentes. Quizá lo más obvio es que, cuando la rareza se debe a un declive, si sus causas no se frenan, éste progresará hasta la extinción de la especie.
21/29 Sin embargo, lo que ocurre con la mayor parte de las especies de serpientes es que no disponemos de información. No sabemos nada de la tendencia de sus poblaciones.
22/29 Como ya hemos explicado al justificar #sugebizi, son especies difíciles de estudiar, de las que apenas se obtienen datos, salvo que se haga un enorme esfuerzo. Éste es el caso de @Navarra, que ha apostado por establecer un programa de seguimiento.
23/29 Su versatilidad, los amplios dominios vitales de algunas especies y sus hábitos secretos, que ya hemos venido comentando, las hacen difíciles de localizar y de monitorizar. Para ello, necesitamos métodos de trampeo y proyectos sostenidos en el tiempo.
1/29 En el anterior 🧵, hablábamos sobre nichos ecológicos y el complejo concepto de #biodiversidad, que abarca más que el mero número de especies. Biodiversidad es una palabra que aparece en todo discurso sobre conservación, pero a menudo mal utilizada.
2/29 Aunque la intención era buena, el abuso de la palabra ha llevado a su simplificación y, de favorecer medios más diversos biológicamente, se ha pasado a centrarse en un mayor número de especies y, de ahí, a concentrarse sobre todo en proteger las especies o hábitats raros.
3/29 La legislación obliga a fijarse en las especies que son escasas, que (ya) están amenazadas. Las administraciones tienen que remitir a Europa informes sobre su situación y tomar medidas para mejorarla. Por supuesto, esto es tan necesario como urgente.
1/35 En el último hilo de #sugebizi acabábamos preguntándonos por qué especies tan similares como las dos culebras lisas, la europea (/Coronella austriaca/) y la meridional (/C. girondica/), se encuentran en simpatría, incluso en sintopía, en muchas zonas. ¿Por qué es esto raro?
2/35 Para disfrutar de la aparente rareza del asunto planteado, pensemos primero en por qué existe la #biodiversidad. O, dicho de otro modo, ¿por qué no hay las mismas especies en todas partes? ¿Por qué en unos lugares hay más especies que en otros?
3/35 Aclaremos que el concepto de #biodiversidad no se refiere sólo a diversidad de especies, sino a la diversidad biológica a distintos niveles: de #ecosistemas, de #nichos_ecológicos y #estrategias_evolutivas, de taxones y, dentro de cada especie, la genética y fenotípica.