1. El fin de la era de la energía versátil y barata, la lenta desestabilización del clima global y el ocaso del imperio de EEUU son motivos de sobra para intentar ejercitar una visión con perspectiva más amplia y afrontar el inminente declive alimentario global. Avisos no faltan. 
2. No se trata de nada planeado, ni siquiera para un futuro lejano. Los pensadores de los últimos años del siglo XIX observaron cómo se desarrollaba la historia en sus entornos reconociendo el desastre inminente que venía con el inicio del siglo XX. Pero no lo pudieron parar...
3. Vieron cómo la civilización moderna comenzaba su descenso hacia una nueva era oscura. La tecnología suele ser un indicador, aunque vaya rezagada. Es habitual que una civilización en declive impulse sus tecnologías contra la vida y la libertad aludiendo precisamente a ellas...
4 ... mientras la economía se convierte en el hueco cascarón de la corrupción, quedando abierto exclusivamente a mercenarios políticos. Este sistema político se vuelve —incluso ante los ojos desesperados de sus actores— en una parálisis burocrática forzada desde su incompetencia.
5. El control sobre la periferia se vuelve cada vez más ficticio con la emergencia necesaria de su soberanía. La denominada civilización moderna lleva más de un siglo en declive. Se acerca al final de un episodio de relativa estabilidad, sólo posible mientras creció.
#NoHayTiempo
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